Las Crónicas de Aishla

Capítulo 10

Gruk y Sofía caminaban hacia el campo de entrenamiento.

—Espero que te sientas a gusto con esa ropa, puede que sea un poco pesada, es lo que había dentro de la armería, no hay mujeres soldadas en estos tiempos— dijo Gruk mientras cruzaban un gran patio lleno de gente— dentro de Levongran.

—Me encanta— dijo Sofía con una gran sonrisa— necesitó hacer esto Gruk, ¿Quién sabe cómo Emanuel está en esta hora?

Ellos caminaban entre la masa de gente, soldados a caballo se paseaban custodiando las calles, el viento soplaba fuerte, la nieve caí copiosa mente, la multitud caminaba como días de sol.

— En las calles hay alegría, a pesar del frio— comento Sofía mirando una niña que jugaba con otro pequeño. Correteaban aterrizando sobre un montículo de nieve.

— Por supuesto, este reino está de fiesta, hace poco nuestro reino sufrió un daño terrible, la guerra acaba de terminar miles de soldados fallecieron a merced de los enfrentamientos, y los soldados volvían de los viajes, uno de ellos trajo como obsequio la cabeza de nuestro enemigo Fehelgron su cabeza yace en lo oculto del reino. sin cabeza no podrá cumplirse la profecía.

Maldito es el día, descubierto estarás oh Levongran, cautiva estarás en mis garras. Te desgajare como un árbol caído, reuniré los pájaros se servirán de ti. Tus canciones, tus victorias quien las recordará, Fehelgron resurgirá desde el centro de tus entrañas.

Sofía le recorrido un escalofrió— temo por esos niños, la muerte visitara una vez más este reino.

—Eso tememos, el secreto de la profecía se develará dentro de unos días, para entonces ya no estaremos, la misión del príncipe era secreta, Fehelgron lo sabía.

— Hay algo que no me cierra. si Fehelgron fue derrotado, como puede ser que aun siga allí fuera causando terror— pregunto Sofía intrigada.

— Es una sombra, un espíritu, un susurro, una brisa, oscuridad, tinieblas, neblina— contesto rápida mente Gruk— él no es más que el miedo, es una fuerza que abate en la oscuridad, no puede estar en todas partes. Pero tiene espías a su disposición. Camina sin un cuerpo viviente se alimenta del débil, en los caminos lo llaman el pordiosero, se gana la confianza del caminante le muestra su hospitalidad, lugares de descanso, al bajar la guardia el individuo no vuelve a despertarse como era, lo aprisiona utilizando su fuerza para manipularlo, tienes que tener mucho cuidado él sabe que estas aquí, vendrá por ti.

Sofía caminaba pensando en todo lo que Gruk decía el seguía hablando, del reino de los viejos reyes que comandaron hordas, los ataques al reino, como los enemigos siempre implementaba un nuevo ataque. Doblaron en una esquina, un camino de piedras se abrió, aquí había comerciantes vendiendo, peces, verduras, frutas, vino, carne, aves, tapados de pieles. La multitud era extenuante, el griterío se escuchaba por doquier. A medida que avanzaban la calle se ensanchaba aún más. Delante un gran arco de piedra, le seguían muros inmensos, un hombre escoltaba la entrada, seguido por un gigante no era cualquier gigante.

— ¡Gruk! — vociferó el gigante.

— ¡Varagot! ¿Dónde te habías metido? — contesto Gruk.

Sofía miro a Varagot tenía una gran pregunta pendiente, se sorprendió al verlo, era un gigante esplendido, parecía que en vez de vello le salían pequeñas hojas puntiagudos por todo su extremo, su mentón estaba llena de pequeñas ramas oscuras, sus ojos oscuros le llamaban la atención, había un aire de tristeza.

— Los estaba esperando— dijo con su vos resonante— Arch ya me ha comentado absolutamente todo, ayudare en el entrenamiento de la señorita Sofía— él la miro rastreando su mirada, su respiración— ¿Cuál es la sorpresa de mi señora? — pregunto Varagot intrigado.

Sofía que no esperaba esa pregunta, la sacó de su profunda inspección— disculpe ¿Cuál fue la pregunta? — ante la imponente vos se quedó petrificada, su boca estaba abierta, sus ojos buscaban un escape.

Varagot rio de muy buena gana, y no volvió a preguntar— como dije, los estaba esperando.

Varagot dio media vuelta, y sus pasos causaban conmoción, se sentía una leve vibración en el suelo. Gruk y Sofía lo imitaron, llegaron a un campo inmenso, donde cientos de soldados preparaban sus cuerpos, muchos de ellos al ver a Sofía rieron sin darles importancia a Varagot, pero al ver a Gruk todos volvieron a sus quehaceres.

Un soldado de improvisto se acercó por la retaguardia, tomando a Sofía por la espalda.

—Aquí serás carnada fácil— dijo con su aliento apestoso.

Sofía quedo petrificada, quiso forcejear, a medida que ella más peleaba el sujeto apretaba la daga con fuerza sobre su cuello. El soldado la soltó tirándola al suelo una daga voló en medio del cuadrilátero, los soldados empezaron arrimarse uno a uno vitoreando. Sofía busco a Gruk parecía que la masa de soldados hubiera quitado al viejo, ella estaba sola el soldado miraba a la doctora con desprecio escupiendo el suelo, agitaba la mano para que las masa vociferara con presteza. Sofía sintió caminar algo sobre su estómago “Emanuel” algo hiso que ella pensara en él. Se llevo la mano al cuello tomo aire respiro profundo, salto sobre la daga a medida que su contrincante alzaba sus manos y le daba la espalda, el soldado se movió rápidamente golpeándola sobre el cuello, ella cayo de bruces sobre un montón de hombres transpirados.



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En el texto hay: novela juvenil, aventura fantasia

Editado: 19.10.2023

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