Las Crónicas de Aishla

Capítulo 11

Sofía estaba de pie ante las filas del ejército de Levongran, la vieja Aishla. Le dolía un poco el estómago; todavía sentía el filo de la daga sobre la garganta. La muñeca la sentía adolorida; eso no le importaba, ella se había alistado en esta misión y era necesario estar de pie.

Froglhan estaba de pie ante sus soldados, su rostro duro y su cuerpo tallado por las guerras.

—¡Soldados, hoy el entrenamiento será resistencia! Si estamos bajo ataque, el enemigo querrá que el ejército se desgaste; tendrán que elegir a un compañero, nadie puede quedar solo. ¡Rompan filas!

Sofía miraba a su alrededor y no sabía con quién unirse, hasta que encontró a su compañero. Varagot estaba a un lado examinando minuciosamente los movimientos de los guardias; él no confiaba en nadie; cada movimiento y sonido lo alertaban. En ese momento escuchó una voz que lo llamaba.

—¿Puedes ser mi compañero? —preguntó Sofía con su voz trémula.

—Señorita, sería un cumplido —dijo con su voz resonante—. Me ha tomado por sorpresa.

En ese momento Froglhan preguntó: —¡¿Están listos?! Nuestra misión será llegar hasta las montañas. Tardarán medio día hasta llegar allí; tendrán que regresar antes que anochezca; si no pueden regresar, se quedarán como castigo fuera. Su compañero los ayudará a refugiarse y descansar hasta que las puertas del día de mañana se abran. Irán equipados; nadie, por ninguna razón, podrá quitarse el equipaje; ellas serán su mayor esperanza dentro de la batalla. ¿¡Alguna duda!? Que la suerte esté de su lado.

Varagot miró a Sofía curioso. —¿Qué llevas allí, niña? —preguntó ceñudo.

—¿Esto? —preguntó Sofía—. En mi mundo lo llamamos celular; gracias al cielo, antes de salir de mi departamento, lo dejé lleno. Le pedí a Gruk si podían devolverme mis cosas; gracias al cielo, mi cartera estaba intacta. Ya sabes, dentro de una cartera puedes encontrar el corazón de una mujer.

Varagot escuchaba atentamente a Sofía y dijo: —¿Qué habrá visto en ti el príncipe Leuname?

—¿Disculpa? —dijo Sofía con un aire de desdén—. Eso lo escuché muy bien. ¿A qué te refieres con que ha visto en mí al príncipe?

En ese momento Froglhan preguntó: —¡¿Qué diantre hacen aquí parados!? Empiecen a mover sus malditos traseros.

Sofía y Varagot dieron media vuelta trotando; por los caminos del reino, llegaron a la puerta principal y al momento se perdieron entre el bosque, corrieron sin descansar. Sofía se sentía animada a pesar del desencuentro; se prometió no inmiscuirse en los asuntos que no le competían.

Ella comenzó a recordar su mundo, mientras el bosque mostraba sus majestuosos árboles. Ella se perdía en las eternas sesiones con Emanuel; siempre hablaba de su mundo, ella anotaba detalles y poco a poco notó que la locura del muchacho era real. Pronto llegaron a un claro donde un pequeño camino serpenteaba, metiéndose nuevamente en el bosque. En el centro del claro había un aljibe donde un hombre con un gran sombrero y vestido de harapos volteó, ya que el suelo retumbaba por las pisadas de Varagot. Ellos se perdieron dentro del nuevo camino.

—Me prometí ya no preguntar más; mi tarea será rescatar al príncipe, esa tarea nos ha encomendado —dijo Sofía mientras esquivaba un charco.

Varagot, que parecía no respirar y emitir ningún suspiro: —¿Preguntas? —preguntó—. Claro, todo estará claro mientras las preguntas no nos surjan. ¿Cómo aprende el ser viviente si no pregunta? —dijo y por primera vez dio un gran suspiro infinito—. Fuimos diseñados con errores; el sabio aprende del error y se pregunta miles de situaciones. El hombre común pregunta: "¿Qué comerá?" Su estómago contesta tal pregunta. ¿Y crees que no hay alguna duda en tu corazón, o que no son de tu incumbencia? Las cosas comunes y las difíciles ligadas están entre sí.

Sofía suspiró mientras corría sin parar; ella se preguntó miles de cosas en ese momento, se había quedado sin palabras, por segunda vez se había sentido desbordada; sus palabras se esfumaron de su mente y, por un momento, no supo responder.

Mientras corrían, las hileras de árboles eran interminables. —¿Sabes por dónde vas? —preguntó Sofía.

—Dentro de poco llegaremos a la villa, lugar de nacimiento de Eldrich. Tendremos que apresurar nuestros pasos; el viento está quieto, puede que delante de nosotros tengamos inconvenientes, tienes que estar atenta.

Fueron avanzando rápidamente; Sofía empezaba a sentir el cansancio. La cota de malla apretaba, una pequeña espada estaba en su cinto, tenía botas pesadas, llevaba un casco. Lo justo y necesario para un día. Varagot se detuvo y algo se movió en la espesura del bosque.

—Maldición, maldición —dijo Varagot angustiado—, ten cuidado, me temo que estamos rodeados, lo sabía, lo sabía. Había algo que no me olía bien; lo tuve que haber presentido antes de salir.

Varagot estaba en guardia la poca experiencia de Sofía en el combate. Ella sacó su espada y esperó la orden.

—¿Qué sucede, Varagot, que nos rodea? —preguntó Sofía, intrigada.

—Growgors, si tenías que empezar tu entrenamiento, tendrías que haber acabado fácilmente con Froglhan; esto te costará un poco más. Corre, corre, y no te detengas; yo iré detrás de ti.

Sofía acató las órdenes comenzando a correr. A medida que avanzaba, escuchaba gritos detrás de ella. Los Growgors empezaron a caer de derecha a izquierda, hasta que uno de ellos cayó sobre su espalda. Sus garras la tomaron de la cota de malla y las fauces se clavaron sobre el casco. Ella cayó de bruces al suelo; pronto sintió cómo la baba del animal caía sobre su rostro. En ese momento, Varagot alcanzó a Sofía, salvándole la vida; quitó de encima de ella un lobo lleno de sarna.

—¿Estás bien? —preguntó Varagot, preocupado—. No solamente son lobos, están poseídos por un mal que desconocemos.

En ese momento, un hombre del tamaño de Varagot apareció. Una de sus manos estaba mutilada; llevaba incrustado en su carne un gran pedazo de hierro. Tocó al lobo en su cabeza sarnosa; el lobo aulló. En los ojos del hombre había sed de sangre; su semblante, al igual que el del lobo, era gris; emanaban un olor nauseabundo, producto de la carne en descomposición.



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En el texto hay: novela juvenil, aventura fantasia

Editado: 19.10.2023

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