Las crónicas de Grea (en proceso)

CAPITULO XII

Secretos y más secretos.

 

—¡Hazlo, sé mi verdugo, muchacha extraña! —grité a ver si me escuchaba. 

Seguro que mañana estaré muerto y no le temo a la muerte, creo que no tenía ni tengo nada que perder, solo a mi madre, pero antes de eso tendría que hacer un pedido “mi madre, saber algo de ella…”

Recuerdo la vez que madre me habló del amor, de ese sentimiento extraño que se apodera de uno cuando conoce a su otra mitad, aquella vez no tomé importancia tal asunto, hasta sentí pudor por el solo hecho de pensar en una mujer. Ahora, estaba haciendose realidad aquella predicción. 

Cuando la vi entrar, sus ojos, su piel,su carácter denotaba tal energía que me hacía temblar y, sobre todo, sus ojos eran como un imán que me atraía, seguro que parecía un tonto. 

***

—Grea, muchacha, tenemos que hablar —se oyó la voz de Gorgiani al otro lado de la puerta —abreme, por favor —susurró. 

—Niña mía, hazlo por favor, —se oyó la otra voz de Santimeria.

Brownies me mira a los ojos con miedo —no te preocupes, no permitiré que te hagan daño, al menos hasta donde respire —dije consolándola. 

Corrí y abrí la puerta, ambas entraron con delicadeza.

—Tenemos que hablar sobre el destino del joven —adelantó Gorgiani —y, sobre el resto, ya habrá oportunidad —dijo sentándose en el piso y cruzando las piernas. 

—Hemos visto que has mejorado mucho en tus habilidades de lucha, pociones trucos y conjuros —aclaró Santimeria haciendo lo mismo que Gorgiani —me alegra mucho tu progreso y de seguro a toda la hermandad —diciendo eso cerró los ojos y parecía desmayarse — ya informé tu progreso a las otras hermandades —habló suspirando de cansancio. 

Le miré impresionada a los ojos, no pregunté. 

—Ahora que tenemos a uno de los suyos, la Sociedad de Salwacadabra vendrá en su búsqueda y el séquito de Tenemo intentará acabar con nosotras —hizo una gargara —la guerra ha empezado —finalizó bajando la mirada. 

—Aquí tenemos un ejército bastante preparado para la lucha —habló Gorgiani —sin embargo, necesitamos que asistas  a la reunión de la madrugada. Necesitamos tomar decisiones  sobre el futuro del chico —aseguró.

Al oír esto me atoré sin saber el porqué —¿acaso piensan matarlo? —dije temiéndome lo peor. 

—Eso es la decisión que se discutirá en la reunión, estarán presentes las hermandades y los grandes jefes de todo ser existente en esta cueva y de los  bosques —comentó. 

—Si fuese una votación seguro que votaré a favor—aclaró Gorgiani dejando muy en claro su punto de vista —luego haríamos lo mismo que los suyos, colgar cada extremidad en los bosques, para que sienta el mismo dolor que nosotras —apretó las mandíbulas. 

—¿Harían eso? —pregunté asustada, luego —hicieron eso con lo nuestro —dije incrédula

—Sí , eso y otras cosas que no prefiero mencionar —susurró Santimeria. 

Acaso la maldad no tenía límites…

—Yo sí, al menos para vengar la muerte de una de nosotras —musitó muy segura Gorgiani —al menos así vengaría la muerte de …—se quedó sin finalizar esta última, parecía que le era muy difícil.

Santimeria la palmeó en la espalda consolándola —también me gustaría hacer lo mismo, me gustaría ver la cara de sufrimiento —contestó. 

—Parece que conocen muy bien a Tenemo —dije

—Sí, un tiempo atrás fue parte de nosotras —dijo Santimeria dejándome perpleja —por eso le es fácil atacarnos, conoce bien nuestros pasos y escondites —finalizó. 

—Supongo que recuerdas la cabaña de Jorich —pronunció Gorgiani mirándome a los ojos, como buscando que recuerde —Jorich me lo contó hace un tiempo. 

—Si, claro que recuerdo —dije pensando —recuerdo su cuerpo robusto detrás del árbol y no solo eso, también lo vi en el hospital —pronuncié con miedo —está en todas partes.

—Al parecer sí, porque nosotras creíamos que nunca había salido de nuestro mundo —acotó Santimeria.

—Sí, Jorich y Titania te dijeron que nunca había salido —recalcó Gorgiani —hasta ese momento se creía que Tenemo simplemente era un ser resentido

,luego, sí, nos dimos cuenta que su vida en el mundo de las dos patas era de lo más normal, puede cambiar de forma —musitó. 

—¡Él raptó a mi ama, a Bri! —gritó Brownies dejando su forma de ping pong —él acabó con ella —musitó entre lágrimas. 

—Lo que ustedes no sabían es que Tenemo antes de formar parte de este lugar ya vivía en el mundo de Las Dos Patas —habló Rictus —desde la existencia de Salem.

Ambas mujeres se quedaron pensativas —puede que así sea— susurró santimeria. 

—¿Quién es Bri—pregunté a Brownies quien lloraba mirándose las manos

—Fue una de mis amas, era hija de unos granjeros, pertenecía a las hermandades por su madre y cuando cumpliría la mayoría de edad se iba a ir con los de las hermandades y llegó Tenemo, enloqueció por ella y se la llevó, mató a los suyos; nunca supe de ella —aseguró entre gimoteos. 

Miré a Santimeria como pidiendo explicación —¿hicieron algo? —pregunté

—No, nosotras las que nacimos aquí no somos nada en el mundo de las dos patas, somos más débiles que los humanos —respiró —Bri era una de nosotras que nació afuera en el mundo de lo que ya sabes —se limpió la nariz conteniendo las lágrimas.

—Pobrecita, ¿seguirá viva? —lamenté.

—Sí, supimos que fue madre —dijo Santimeria, tu madre sabía de ella, luego perdimos la comunicación cuando tú naciste. Todo se volvió nebuloso ante nuestros ojos.

Pero, —¿se llamaba Bri? —interrogué como recordando algo —el hospital, ahí me atendió una señorita, con el nombre de Bri, era la enfermera —suspiré con cansancio —y, ¿qué es el mundo de Akuashujay? Bri, dijo que el color de mis ojos eran verdes y que representaba el infinito en el mundo de los Akuashujay.

Rictus miró a Brownies como pidiendo explicación.




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