Eran las diez de la noche, Azra y Guadalupe están muy preocupadas por el hecho de que Melek no haya llegado a casa. En ese momento Guadalupe estaba rezando con su rosario y Azra la mira con preocupación y le dice:
—¡Madre!.. — exclama con preocupación.
—Hija mía — con el rosario en su mano agrega — ¿Dónde estará mi pequeña Melek?.
—No lo sé madre — dice Azra.
—¿Debería llamar a Klaus? — plantea su madre y Azra la mira.
—No todavía.. — exclama la chica — puede ser que llegue o la encontramos.
—Klaus es su hermano mayor y tiene todo el derecho de saber lo que está pasando..¿No lo crees? — exclama su madre y Azra se toca la barbilla.
—Todavía no.. no hay que colocar en alerta a Klaus — dice Azra con cautela — él no lo tiene que saber a Melek no le va a gustar si ve a su hermano en medio.
—Lo sé.. pero creo que es necesario — dice Guadalupe.
—Bueno madre haz lo que quieras, pero no digas que no te lo advertí — dice Azra tocándose las sienes.
—Voy a llamarlo — dice Guadalupe y toma el teléfono de la casa, mientras Azra espera una llamada de sus compañeros de investigaciones, la señora Guadalupe busca el número del hermano de Melek y finalmente lo encuentra, lo llama y el primero que contesta es un niño de siete años que era en hijo de Klaus y el pequeño dice:
—Alo — con su voz inocente.
—Alo.. ¿Esta tu padre? — pregunta Guadalupe.
—Sí está.. — dice el niño.
—¿Puedes llamar a tu padre? — exclama Guadalupe y el niño grita a su padre, se escucha el diálogo entre el niño y su padre. Finalmente Klaus toma el teléfono, el hombre dice:
—¡Alo! — exclama Klaus somnoliento.
—Señor Hoffmann — habla Guadalupe.
—¿Señora Guadalupe? — exclama con interés —¿Paso algo?.
—Se trata de la pequeña Melek — dice Guadalupe.
—¿Qué pasó con Melek? — pregunta muy preocupado.
—Ella no ha vuelto a la casa desde el mediodía — la mujer se intenta de contener el temblor de sus manos, la voz de Klaus pronuncia palabras que no tienen sentido y después de eso exclama:
—¿Qué estás diciendo? — pregunta Klaus con su voz de sorpresa y pena.
—Melek lleva desaparecida un par de horas y nadie la encuentra.. no sabemos nada de ella — le informa y Klaus a través del auricular le dice:
—Voy para allá.. necesito saber de mi hermanita — dice Klaus antes de colgar el teléfono, Azra mira a su madre con cara de enojada y ella dice:
—¿Por qué me miras de esa forma? — le pregunta.
—Es más que obvio que a Melek cuando aparezca no le va a gustar ver a su hermano.. aunque no entiendo el motivo de su pelea — analiza Azra y luego mira a su madre — ¿Tú sabes el motivo de su pelea?.
—En realidad no sé nada o lo que sucedió entre ellos — exclama Guadalupe, aunque ella sabe el real motivo de su pelea; Melek siempre se lo destacaba cada vez que veía a Klaus en la cocina de la casa le entra una enorme cólera, ella tiene un recuerdo de eso.
Melek tenía unos doce años y una tarde de primavera cuando su hermano la visitó, ella se volvió histérica y se encerró toda la tarde; y no comió nada, cuando se fue su hermano Guadalupe fue a visitar a Melek, ella estaba acostada y le dice:
—Melek — la llama y ella no responde inmediatamente — querida Melek.
—Sí.. Nani — exclama cabizbaja y se oculta su cara en la almohada.
—¿Quieres comer algo? — le pregunta y Melek la mira:
—No.. no quiero nada Nani — la mira con pena y ella le acaricia su largo cabello.
—¿Por qué no quiere ver a su hermano? — pregunta la mujer muy preocupada, al ver la mirada de tristeza de Klaus; el chico de ojos de océano tiene su mirada triste y esto le preocupó profundamente a Guadalupe, en ese momento Melek le responde:
—No lo quiero ver — sin emitir ningún comentario más; que no convenció a Guadalupe, pero entendió que no debe indagar más de lo debido. En los próximos años intento de indagar la enemistad de Melek con su hermano Klaus con su hija Azra, pero ella tampoco le dio una respuesta satisfactoria; ni el mismo Klaus que no habló nada al respecto. En los próximos años entendió que en asuntos familiares no hay que meterse. Guadalupe está tan inmersa en sus pensamientos que no se dio cuenta que tocaban la puerta y que su hija Azra le abrió la puerta al hermano de Melek, el joven Klaus Hoffmann y a su amigo Roberto que es un abogado que conoció en la universidad y que coincidieron en un taller y se convirtieron en amigos, la historia de Roberto es muy triste. Ellos están hablando con Azra y él le dice:
—¿Dónde está, Melek? — pregunta Klaus con preocupación.
—Primero me podrías saludar.. — exclama — No sé como: "Buenas noches.. ¿Cómo estás?.. yo estoy muy bien — le dijo con sarcasmo.
—Lo siento — dice Klaus con su expresión de preocupación y su amigo Roberto lo mira en silencio, ambos muchachos eran atractivos, altos de ojos azules que parecen hermanos gemelos, ellos eran los reyes; todas las mujeres caían en sus pies, pero Roberto y Klaus no las tomaban en cuenta. Ahora están ellos buscando a la hermana de su mejor amigo, a ella la conoció cuando solo tenía nueve años, era una niña muy tierna, de ojos redondos y oscuros, cabello largo; era muy parecida a su madre. Era muy hermosa y tierna, a ella la vio crecer y en ese momento Azra le dice:
—No te preocupes por esto.. — dice Azra y los muchachos la miran.
—Me gustaría saber que paso con mi hermanita — le dice.
—No lo sabemos.. no tenemos idea.. — dice Azra y en ese momento le llega una llamada y dice — esperen un momento tengo una llamada así que pueden pasar — le indica la habitación de Melek mientras atiende la llamada, ellos pasan a la habitación de Melek para buscar un indicio de la desaparición de ella. Tanto él y Roberto fueron a la habitación, ellos llegaron a la habitación; y solo vieron la cama deshecha, con su ropa de dormir y la puerta del baño abierta. Klaus se sienta en su cama deshecha y toma su polera de dormir, para sentir su olor y le pregunta a su amigo — ¿Crees que Melek esté bien?.