Las Crónicas de Melek Hoffmann: El Inicio [libro I]

38 - Una Gran Traición

En este misma  noche entran los perseguidores de Melek al amparo de la oscuridad ya que no había luna llena; los invasores que eran ayudados por alguien muy influyente en el palacio que los espera en la cámara secreta que lleva directamente a la recámara de Melek, el líder de los invasores se acerca al príncipe:

—Así que es usted — se acerca a él hace una reverencia — no esperaba una ayuda de usted y que es el gran contacto que tenía mi señor.

—Pero tenemos un trato — le extiende la mano — ¿O no? Es lo que prometió su señor o no va a cumplir su promesa.

—Traicionas a tu planeta, a tu nación, a tu rey y al universo entero por un capricho infantil  que dada a su posición puede tenerlo con facilidad y así de simple — sonríe el hombre con cierto asco al hombre detras del velo — es lo más ruin que podría hacer un hombre traicionar a los demás y no eres digno de confianza.

—Yo voy a ser el rey de este planeta cueste lo que cueste, sí este es el precio que tengo que pagar… y mataré a todos los que se cruzan en el camino sí es necesario a la familia real — dice el hombre con una leve sonrisa —  ese fue el trato que hice con su señor y por supuesto quiero que respete el  trato — dice con arrogancia.

—Ten cuidado con lo que desea señor tal vez no va a salir como desea —exclama el hombre que mira al hombre — puede cotejar con la muerte ante tal traición, sí te descubre.

—Cuando maten a esa telépata y profundamente deseo que este muerta a esa inmunda humana con aires de superioridad  — se refiere despectivamente y le apunta la mano.

—Cuidado mi señor  — habla el hombre y le sostiene la mano — no se refleje en otras personas y tal vez no se refiera a ella.

—Solamente entra y te voy a entregar el mapa de la cámara secreta este corredor te llevará directo a la habitación de Melek y allí la vas a asesinar a esa humana inmunda, y sí los llegan a atrapar no tienen que decir mi nombre o sino los mataré a ustedes si me llegan a traicionar — exclama el hombre y los invasores entran a lo largo del pasillo secreto, con sus armas listas; como un depredador va de caza tras su presa. Mientras tanto en la recámara de Melek, ella se toca la cabeza pensando lo que te tenía que decir:

—¡Demonios!.. ¡maldición!— habla consigo misma y se toma su cabello y se sienta en el escritorio pensando en que va a decir mañana — como voy a dar un discurso para convencer al resto del consejo intergaláctico que es indispensable una alianza, no soy una maldita heroína, nunca lo seré; no puedo salvar el mundo ¡NO PUEDO!... — grita con tanta rabia y comienza a tirar las cosas que tenía en el escritorio, y  le comienza a doler la cabeza, se acuesta encima de la cama — que es lo que haría Klaus en este momento.. él sabe este tipo de cosas.

En ese momento Melek comienza a quedarse dormida, pero tiene una mala sensación; revisa el talismán no era eso estaba desactivado. Cierra los ojos para meditar un rato para ver sí lograba dormir, pero siempre con el escudo y la katana a su lado.

En ese momento los hombres del señor oscuro Abaddon el conquistador estaban a pasos de la habitación, y ellos abre la puerta que los lleva a donde está la muchacha. Ellos encuentran a Melek que está  estirada en la cama y se acercan a ella con cautela, con una bayoneta iban a intimidarla para llevarla y después su señor iba a asesinarla; Melek despierta en ese momento viendo la bayoneta que estaba a punto de morir, ella intercepta la bayoneta con su brazo ejerciendo un contrapeso con el atacante para que no pueda asesinarla y le da una patada en el pecho que hizo que volar por los aires. Así que ella toma el escudo de Dameron que lo había dejado en su habitación después de la reunión y comienza a luchar con diez hombres, al mismo tiempo con su mente llama a los demás héroes, a  Dameron, Dennis, Hanna, Diego, Gaith y Ghaada. Con una llave deja fuera de combate a tres y con el escudo se quita a cinco personas de su camino. En ese momento llega Ghaada que detiene a los hombres, porque ella controla el tiempo y los detuvo en el ataque, los deja congelados, excepto a los demás héroes y soldados que acompañan al príncipe Dameron:

—¡Melek!, ¿Te encuentras bien? — dice Ghaada y entra Dameron muy asustado como todos los demás.

—¿Cómo te encuentras, Melek? — pregunta Dameron que se acerca a ella y ve que está ligeramente herida en su brazo.

—Yo estoy bien algo cansada — exclama muy agitada, y entran a la habitación los  mellizos — pero bien.

—¡Melek! — la llama Diego y está lo mira.

—¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? — dice Hanna y todos miran a los hombres vestidos de negro y con sus rostros cubiertos y llega la guardia real; para detenerlos y Ghaada los quito el encantamiento, se vieron rodeados y Melek se acerca a uno de ellos, lo levanta de donde estaba, le saca el paño que cubre su rostro y lo toma del cuello:

—¿QUIÉN LOS MANDÓ?, RESPONDE  — le grita mientras le aprieta  más su cuello que le está acortando la respiración al bandido.

—En el reino del rey Mishal.. hay muchos traidores — le sonríe a Melek como signo de provocación y Dameron lo toma de la ropa — que quieren el poder y están dispuestos a todo y por  cualquier cosa.

—¿Cómo osas en hablar así? — dice Dameron enfurecido que toma de la ropa del hombre que hablo — No vas a ensuciar el nombre de mi padre y de este reino con tus viles mentiras — le da un puñetazo en el rostro del hombre.

—Mi señor te quiere a ti, ¡Ah! También quiere tu cabeza, telépata — dice el hombre mirando a Melek.

—¿QUIÉN ES TU SEÑOR? ¿PARA QUIEN LE SIRVES? — sigue gritando Dameron.

—Él que va a destruir este mundo y muchos más y nadie se va a librar todos se van a someter ante él — y en ese momento de un diente suelto va a sacar el veneno que en el caso que fueran capturados y que le sale espuma de su boca y muere. Hanna se acerca a verlos y dice:

—Es cómo lo hacían los nazis — mira a su hermano y Ghaada los mira.



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En el texto hay: galaxias lejanas, findelmundo, destinos

Editado: 10.07.2022

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