En ese momento Melek y Nathaniel se dan un beso en sus labios, tan dulce y tan puro que conmueve hasta el fondo de los corazones de todosa ambos están sonrojados como cuando eran adolescentes y después de unos minutos, ellos se separan con tanta dulzura y Melek le dice:
—Entiendo.. — dice Melek muy triste y también con miedo — pero no.. quiero volver a la vida.
—Este lugar es tan maravilloso, eso lo sé.. — dice Nathaniel la mira fijamente — lo disfrutarás cuando hayas terminado todo lo que está destinado para ti y no puedes morir ahora.. no.. ¿Comprendes el hecho de que vas a volver a la vida?.
—Me imagino que las cosas serían así.. lo entiendo perfectamente.. — dice Melek con tristeza — pero tengo miedo, más ahora que antes, mi miedo está tan profundo como el aire de invierno, mis huesos se golpean a su contacto.
—No lo tengas… mi pequeño ángel, la mujer de mis palabras y de mis actos, mi amanecer y mi anochecer, mi luz, mi rayo de sol — recitando un poema, Nathaniel le toca el rostro con ternura — los héroes jamás tienen miedo lo escuchas, tu trabajo de detective hace que no tengas miedo.
—Que bellas palabras de un amante enamorado — sonríe Melek que está muy ruborizada — pero.. — dice Melek algo decepcionada.
—Pero nada Melek, ahora nos tendremos que despedirnos, lo único que quiero que sepas es que te amo mucho — exclama Nathaniel con una sonrisa tan tierna — y te dejo partir por el mismo amor es lo que me motiva dejarte partir y que sigas adelante.
—Yo también te amo — le da un beso en sus labios.
—Melek me tienes que prometer algo.. — dice Nathaniel que toca su rostro, sus mejillas y la piel de sus labios — esto es muy importante para mi y que nunca te dije antes, cuando estaba vivo o lo planteamos cuando éramos novios.
—Lo que sea mi amor, — sonríe Melek, mientras que lo abraza.
—Promete que serás feliz y que le vas a dar una nueva oportunidad al amor, hay muchas personas que te van a amar con la misma intensidad que yo lo hice en su momento, pero ellos estarán vivos — exclama Nathaniel que besa sus manos con amor — solo eso quiero para ti, solo eso lo prometes.
—Si, lo prometo siempre estarás en mi corazón como lo más hermoso de mi vida.. y siempre te recordaré — exclama Melek dándole un beso y lo mira por última vez.
—En el mío igual, esperemos que estemos juntos en la otra vida.. que va a ser mejor para nosotros — dice Nathaniel con una última sonrisa — te amo, ¡Mi pequeño ángel!.
—Yo también te amo, alma mía — sonríe Melek y nuevamente se acerca a sus padres — este es un adiós.
—Sí.. mi tesoro — dice su padre que la mira con esos ojos azules que siempre brillan cuando la mira y lo hace en estos momentos — tenemos que despedirnos.
—Los amo tanto — los abraza con todas sus fuerzas y se separa de ella.
—Nosotros también — dice su madre con una sonrisa — con tu padre estamos orgullosos de ti Melek mi ángel la primera vez que te vi y te tuve en mis brazos mi vida cambió para siempre.. — y Melek comienza a llorar.
—Es hora de volver mi pequeño ángel — dice su padre y Melek avanza para volver al lado de Hashim, que mira a los tres con la misma tranquilidad que lo caracteriza — recuerda que te amamos, mi cielo, cuando mueras vamos a estar esperándote — lo dice en voz alta antes de que se retiren de la sala y Melek vuelve a mirar a los supremos se seca las lágrimas de sus mejillas y uno de ellos dice:
—No te irás sin entregarte algo para combatir a Abaddon — dice uno de los supremos — es algo que solo funcionará una sola vez y son para todos.
—¿Qué cosa es en específico? — dice Melek con curiosidad.
—Ya lo verás.. pequeña niña — sonríe y los supremos se levantan de sus posiciones, se acercan a su alrededor y comienzan:
—Yo te entrego el agua de los eternos.. este cura todo tipo de heridas aunque sea la más mortal de ellas, debes utilizarlo con sabiduría y cuando vuelvas a la batalla se lo debes entregar a Halime y después al príncipe Dameron para que lo oculte en lo más profundo de la galaxia — dice colocando el collar en su cuello y Melek lo mira como si fuera el objeto más importante del mundo.
—Gracias y eso haré — dice Melek con humildad y vuelve a su asiento, otro se acerca con una caja.
—Mi regalo es el látigo de los supremos en mis tiempos de guerra maté a muchos, esto servirá para impartir justicia por la galaxia, en el campo de batalla se lo debes entregar a Gaith — dice y se lo pasa en las manos de Melek, está lo toma.
—Gracias eso haré — dice y él vuelve a su asiento, otro se acerca con un tridente muy poderoso.
—Con este tridente puedes controlar los elementos muy importante para la batalla esto se lo debes entregar a Diego, de esta forma va a controlar mejor sus poderes — exclama el supremo y se lo entrega a Melek y está lo toma con la otra mano, hace un gesto de agradecimiento y él vuelve a su lugar, se acerca a ella.
—Lo que ustedes me están entregando para mis compañeros son.. — dice Melek y cuando uno de los supremos se acerca a ella le explica:
—Estos son nuestras armas que se las estamos heredando a ustedes, los nuevos poseedores de los talismanes y dependiendo de sus capacidades tanto físicas y mental — explica la mujer y sigue — Te doy mis alas, para que al igual que yo puedas volar en el campo de batalla se lo debes entregar a Hanna — exclama y con chasquido hace que le crezcan unas enormes alas a Melek y ella queda impresionada por su flexibilidad.
—Gracias y eso hare — lo expresa con sorpresa y se acerca el otro.
—La historia de esta espada es tan antigua como el mismo universo, es la única arma que puede derrotar a nuestro hermano Abaddon y será entregada a Ghaada — exclama y se lo entrega, Melek se coloca el cinturón que guarda la espada y también puede poner el látigo, está hace un gesto de agradecimiento y se retira a su puesto y el último se acerca con un casco muy hermoso y un escudo.