Las Crónicas de Melek Hoffmann Ii: El círculo del rayo azul

Doce: Una Promesa No Cumplida

A las tres de la tarde era la cita que tiene con el abogado, mientras tanto Melek se sienta para tocar el piano un rato antes de hablar con él , busca entre las composiciones de su padre, y saca una partitura se trataba de  una hermosa historia de amor, en su mente recuerda cuando su padre le cuenta una historia de amor, con la voz de su padre que era un buen narrador; cuando ella se iba a dormir y su padre le contaba la historia y recuerda que le decía:

—Papi — dice una pequeña Melek con su voz tierna — me vas a contar una historia

—Por supuesto — dice un joven padre con una tierna sonrisa así que saca un libro infantil y escoge uno de los cuentos — comencemos.. había una vez..

—Pero papi.. no quiero un cuento infantil — dice Melek cruzando sus pequeños brazos y estaba indignada y su padre la mira con sorpresa

—¿Pero por qué? — pregunta su padre con el libro en la mano

—Porque.. porque — exclama Melek pensando una respuesta y se toca su barbilla  — porque soy una niña grande — concluye y su padre suelta unas pequeñas risitas

—¿Asi qué eres una niña grande? — ríe su padre

—Si.. — dice Melek enojada, que se veía más tierna aún

—Entonces.. para que voy a contar un cuento, si ya eres una niña grande — dice su padre con una sonrisa deja el libro y se levanta para retirarse a su habitación, Melek le toca la mano con fuerza y su padre la mira; ve que tiene lágrimas en sus ojos y se la estaba secando con su polera de dormir. Su padre se vuelve a sentar al lado de ella, la pequeña Melek lo abraza y le dice:

—Nunca me dejes sola — dice entre lágrimas la pequeña y su padre la mira con mucha ternura secando sus lágrimas con sus delgadas y delicadas manos

—Nunca te dejaré sola.. — sonríe su padre

—Me lo prometes.. — dice Melek sacándose la nariz

—Te lo prometo — sonríe el padre y Melek lo abraza para sentir su olor — entonces te voy a contar un cuento

—Esta bien.. — sonríe Melek y se vuelve a acostar. En su mente piensa que su padre de cierta forma no cumplió su promesa de no dejarla sola, pero entiende que el accidente automovilístico es el culpable de todo esto, el recuerdo es interrumpido cuando se da cuenta que estaba parado al lado de ella a Christian que la estaba contemplando en silencio, no se había dado cuenta que tenía lágrimas en sus ojos se seca y dice:

—¿Qué ocurre? — pregunta la chica con un nudo en la garganta que no la dejaba hablar

—Sólo te quería decir que ya terminé de hacer la contabilidad — subraya el muchacho inexpresivo

—¿Hay algo raro? — pregunta la chica, mientras busca la partitura

—Si.. — destaca el joven — desde hace diez años hay un escape de dinero no es mucho, pero para la persona que hace la contabilidad lo deja en evidencia ciertos gastos que no cuadran

—Entiendo — habla Melek mientras toca el piano — muchas gracias muchacho

—¿Puedo sentarme al lado tuyo? — pregunta el muchacho y Melek lo mira

—Claro.. ¿Quieres aprender a tocar el piano? — pregunta la muchacha

—Me gustaría verte tocar el piano — dice Christian

—Esta bien — sonríe y busca la canción que iba a tocar y comienza a hacerlo, estaba tocando parte de su historia y en su memoria vuelve la imagen de su padre, su olor que lo extraña tanto; las lágrimas vuelven y de repente golpea con violencia el piano sin dañarlo, el chico la mira asustado y ella se da cuenta de su error — Lo.. lo siento mucho — tiembla sus manos y comienza a llorar ella cubre su rostro con sus manos

—¿Por qué estás triste? — pregunta el muchacho

—Extraño a mis padres — dice Melek con su aura de tristeza — y extraño el olor de mamá y papá

—¿Por qué su olor? — pregunta el joven

—Porque el olor de papá me daba  seguridad y el mi madre también — admite Melek y se sonroja un poco

—No recuerdo el olor de mis padres — dice el muchacho — pero me gusta tu olor

—¿Mi olor? — exclama confundida

—Tu olor en el cabello a arándanos y a limón es muy rico — dice Christian — me gusta el olor a limón

—Los olores te transportan a recuerdos y activan la memoria más profunda — sonríe Melek  —  nunca he vuelto a sentir el olor de mi padre en otra persona

—Entiendo — dice Christian y la muchacha coloca su cabeza en el hombro del joven  y este la mira, no le gustaba tocar y ser tocado, pero esta vez no se sentía tan incómodo

—¿Puedo colocar mi cabeza en tu hombro? — pregunta Melek

—Si.. si puedes — dice el muchacho

—Gracias — respira con tranquilidad y comienza a jugar con el piano, pero recuerda de una canción y comienza a tocar. Melek se coloca recta en la silla, y con el sonido y su memoria lúcida ante el movimiento de las manos de su padre, en ese momento Azra dice:

—No lo creo — sonríe ella y Melek la mira y también lo hace Christian

—¿Por qué dices eso? — pregunta la chica dejando de tocar el piano

—Recuerdas esa canción — sonríe Azra que apoya uno de sus hombros en el marco de la puerta de la cocina — que tu padre te enseñó una sola vez

—Si.. es verdad — se sorprende de sí misma — recordé esa canción que nunca lo llegó a terminar

—Me alegro — sonríe Azra — ¿Deberías terminar esa canción?

—En un futuro lo voy a ser — piensa la muchacha cuando su conversación es interrumpida de repente cuando sienten golpear la puerta y en ese momento aparece Beatriz que abre la puerta y ve al abogado con sorpresa:

—¿Qué haces aquí? — pregunta Beatriz con sorpresa

—Me llamó una muchacha arrogante y prepotente.. que me exigió estar aquí hoy a las tres de la tarde — dice el abogado no recordando a la muchacha y que su amigo le había dicho que cambió mucho desde que es policía — que es la hermana de Klaus.. Melek

—¡Ah! — dice Beatriz — Melek.. esa muchachita estúpida.. ¿Qué es lo que quiere?, ¿Qué planeas Melek Hoffmann?

—No lo sé y no me interesa.. — dice el abogado cansado  — pero lo único que quiero saber.. ¿Dónde está la muchacha?



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En el texto hay: cienciaficcion, aventura, suspeso

Editado: 31.07.2023

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