Mientras tanto a esa hora de las 10: 30 A.M en la mansión, despertaba Vanessa, con su cabellera castaño y rizado todo desordenado, se levanta para ducharse y cambiarse de ropa; se detuvo un minuto para verse a sí misma, Vanessa tenía la misma edad de Alexander, a diferencia que ella aparentaba menos edad; con su piel blanca perfecto, con labios carnosos y sensuales, con senos medianos, y de cabellera rizada y de color castaño oscuro, con una estatura mediana destacaba por su gran atractivo físico y era llamada constantemente por compañías de publicidad, para ser modelo de revista, ella era de Nueva York vivió junto con su madre, hasta que empezó a salir con Alexander Sterling hace unos tres años atrás, ella estudiaba artes en la Universidad de Harvard,ella amaba locamente a Alexander, pero la destruía la eminentemente indiferencia que sentía su novio por ella; ayer en la noche quedó impactada con la belleza del hermano de Alexander, tenía una extraña inocente, y con ese físico de hombre guapo; con esos ojos azules y esa cabellera rizada y muy rebelde, a Vanessa le excitaba la simple idea de llegar con el pobre joven y a su vez se martiriza con esos tipos de pensamientos con respecto a Benito. Bajo hasta la cocina en donde estaba Simone Sterling haciendo los preparativos para el almuerzo, ella era una mujer muy discreta y amable, siente un tremendo amor hacia sus hijos, que por lo además es admirable por parte de ella, a Vanessa le hizo recordar a su madre que de personalidad es igual; al principio no le ve por estar concentrada en la comida y Vanessa dice:
- Buenos días - saludó con una alegre sonrisa
- Ahhh niña me asustaste- expresó sobresaltada Simone - Buenos días - con una sincera y amable sonrisa
- ¿Cómo está usted? - preguntó Vanessa curiosa
- Muy bien ¿Y tú Cómo pasaste la noche en Giantville?- preguntó Simone
- Ahhh bueno es muy diferente a Nueva York, pero es muy bonito el lugar- inquirió Vanessa
- No te preocupes me ocurrió lo mismo cuando llegamos de la natal Francia - confesó Simone con tono confidencial
- ¿Enserio? - preguntó sorprendida
- Es verdad, antes en Giantville era más rural - inquirió
- Ohhh y ahora que se ve más moderno - replicó la joven más curiosa aún
- Desde que mi esposo abrió la empresa cambio mucho la ciudad- intentando de resumir toda la historia de Giantville
- Ohhh - cada vez más curiosa
En ese instante entra a la cocina, Benito con todavía su pijama puesto un poco perdido, para la joven fue un impacto verlo con sus ojos que son iguales a su madre, pero estos son más limpios y transparentes, con su cabellera rizada y muy desordenada, con ese rostro perfecto e inocente, el joven movía sus manos muy rápidamente como un poco alterado por algo; y tocándose su cuello desesperadamente e intentando de articular palabra alguna y que al parecer no salían de su boca:
- Mmaa - intentando de decir la palabra - mmaadreee - soltó finalmente
- Si hijo - se da vuelta Simone y le presta atención, le toca el hombro
- ¿Dóóóndeeee eestáá AAleexxx? - preguntó Benito un poco alterado
- Hijo tu hermano fue a trabajar con su padre- intentando de explicar
- ¿Vaa aa voolveerrr mii heeermmaaanoo? - preguntó Benito más alterado
- Si hijo - inquirió la madre - hijo ¿Te tomaste las pastillas? - preguntó preocupada
- SSiii maaddrree - respondió con calma - mmmaaadrreee puueedees deeciirleee aa AAleexx qquee veenngaa deespúúess aa laaa haaabiitaaciiióónn
- Bueno hijo anda a tu habitación - le besó en la frente a Benito con ternura y este se marchó con toda tranquilidad a su habitación, su madre siguió cocinando tranquila y Vanessa miraba hacia el pasillo con deseos de ir a la habitación de Benito Sterling, para verlo estuvo unos minutos mirando la rutina que en realidad no le interesaba; intentó de salir de forma simulada, pero la mirada penetrante de Simone la perseguía:
- Señora quiero ir a la habitación - inquirió Vanessa
- Puedes ir querida - exclamó Simone
- Voy..... a buscar - inquirió la joven
- Anda a buscar lo que necesites - exclamó Simone tranquila
Esta fue caminando por el pasillo, estaba oscuro excepto la habitación de Benito que era la más iluminada; el ambiente de esa mansión era oscuro con su arquitectura, de principio de siglo pasado con sus candelabros, sus pisos de dos colores negro y blanco que da la impresión de ajedrez y que todos los integrantes fueran peones en el mítico juego, su impresión de las paredes de mármol es de los mayores sufrimientos, su largo y tenebroso pasillo que emanaba los mayores miedos escondidos en los corazones de la especie humana; su fría temperatura parece que espíritus de ultratumba emanaban en ese pasillo personificaba el miedo, Vanessa pasó rápidamente para no volver a pasar por esa extraña sensación; fue a la habitación de Benito de manera sutil como una gacela vio la puerta abierta y entró, en ese momento no estaba el joven; contempló una gran habitación, llena de libros de cualquier eje temático, tenía un pequeño desorden era normal y en ese momento salió del baño con una toalla enrollada en la cintura, Vanessa no pudo contener su impresión; el chico era demasiado atractivo, con su anatomía equilibrada era de hombros anchos, con una piel pálido y su cabellera larga y rizada, sus brazos son fuentes era el hombre deseado, pero lo que destacaba más es su eminente inocencia, en ese momento Benito te alteró bastante y con vergüenza
- ¿QQuuéé haaaceesss aaqquuíí? - preguntó alternado el joven
- Perdón me equivoque de habitación - ella estaba un poco avergonzada
- LLaa haabiitaaciióónn dee AAlleexx esstáá aall llaaddoo - replicó el joven
- Si perdón, te pido una sincera disculpa - exclamó Vanessa con sus mejillas rojas de la vergüenza, salió inmediatamente de la habitación; lo hizo con intención, pero se impresionó ante ese chico; él era mil veces más atractivo que Alexander, su cuerpo y ser todo lo de él; tenía la esperanza de seducir al joven, como era muy inocente nunca salía de su casa es más fácil de utilizar sus armas de seducción.