Las Crónicas de Melek Hoffmann Iii: Misterio en Giantville

2.2

Con todas esas preguntas que rodearon, en la mente de Alexander; casi sin darse cuenta llegó a la oficina de su padre que era un edificio de cinco pisos, por lo que recuerda el personal eran aproximadamente mil quinientos empleados, estacionó su auto y bajo de el; de manera inmediata muy  instintiva se detuvo para contenplar ese edificio que es moderno en comparación al resto de Giantville, en medio de sus pensamientos sintió que alguien le tocó el hombro muy fuertemente, se asustó mucho y se dio vuelta y vio que era su padre :

-           Alexander - habló su padre

-           ¿Qué sucede padre? - lo ve de reojo

-        Nada es que todavía no entras - comentó su padre

-           Te estaba esperando - atinó decir Alexander un poco incómodo

-             Bueno si me estabas esperando entramos - indicó para entrar al edificio

-          Claro -  caminó hasta la puerta y la empujó suavemente, su padre pasó inmediatamente y Alexander lo seguía a pasó ligero, se acercó a la portería; ahí estaba una mujer de edad creía que tenía unos sesenta años, con su pelo suavemente platinado, de aspecto dulce y cordial, a pesar de sus arrugas que eran suaves, sus ojos de color miel que eran igual que su encantadora faz, con las comisuras de sus labios su padre  la saludo gentilmente algo raro de él :

-          Buenos días Clarita - saludo de forma amable

-           Buenos días señor Sterling - saluda amablemente la señora a su padre, en ese momento aparece Alexander - y ¿Quién es este guapo joven?

-             Es mi hijo - contestó con amabilidad

-         Ohhh en serio ¿Es Adrian? - preguntó la señora sin saber de los hechos o estaba perdiendo la memoria

-           No es mi hijo Alexander- contestó el padre

-          Ahhh que bella criatura, lo recuerdo cuando venía a esta oficina y dejaba un caos- exclamó la señora guiña su ojo derecho a Alexander con cierta confidencialidad, el joven se rio un momento y se dirige al padre- hoy señor tenemos una junta con el cuerpo corporativo

-       ¿A qué hora es? -  preguntó el señor Sterling

-        A las once de la mañana - respondió alegremente

-          Excelente - exclamó León Sterling y se dirige a su hijo - vamos hijo a la oficina

-         Claro padre - inquirió Alexander, su padre se retira y se despide de la secretaria; también lo hace Alexander lo sigue a paso rápido hacia el ascensor;  a pesar de la edad del padre aún conserva cierta vitalidad de sus años pasados, en realidad su padre nunca perdió esa extraña fuerza que parece sobrehumana sacada de cualquier obra de ciencia ficción, Alexander no ignoró el desconocimiento de la secretaria de su padre, aunque admite que Clarita llegó tiempo después de la muerte de Adrian, habló sin saber los hechos; subieron hacia el ascensor ninguno dijo o comentó algo sobre lo que paso en recepción, llegaron hasta el quinto piso en donde los esperaba la secretaria que era joven; como la edad de Alexander, por lo además muy atractiva que se dirigía con elegancia y gracia hacia su padre:

-           Señor hay una junta programada a las once de la mañana- indicó la joven secretaria

-         Si lo se - inquirió el hombre ignorando lo que dijo la joven secretaria - Alexander ven inmediatamente

-          Si voy - respondió Alexander a paso rápido

Este entró inmediatamente a la oficina, con su corazón palpitando tan fuerte que sentía sus latidos en sus oídos; la oficina de su padre era tan grande, espacioso y de estilo muy antiguo que parece que fueran los 60', su padre se sentó detrás de ese gran escritorio con su gran silla, en tanto él se sentó en la silla derecha; estos se miraron sin comentar nada, Alexander recordaba vagamente cuando su madre los llevaba a esta oficina en sus primeros años de existencia, en conjunto con sus hermanos, esta exactamente igual y los muebles parecían no envejecer jamás mantenían el mismo vigor, en el escritorio vio el retrato de su amada esposa y en el otro sus tres hijos cuando eran pequeños, Adrian, él y Benito; de hecho era la misma fotografía que él mismo tenía en su habitación, cada vez que veia a su hermano mayor se le encogía el corazón y la vida que llevaba su hermano menor tan a veces solitaria, todavía estaba recordando la conversación de la noche anterior y su pregunta que resonaba en su mente ¿Si la amaba a ella?, no sabia si la amaba a Vanessa o es sólo la comodidad de quedarse ahí, o la difícil búsqueda de ese ser humano tan especial y a su vez puro que te hace vibrar cada fibra de su ser; algunas veces creía que su hermano era una fuente de sabiduría, a pesar del daño neurológico Alexander llega a creer que desde la inocencia, llegaba a cuestionar todo el mundo; en realidad era tal vez el único ser humano que generaba ese impacto emocional y lo poco que recordaba de su hermano muerto, él era un gran hermano muy preocupado por los demás; lo recordaba como un adolescente de gran atractivo físico y mental había una gran fila de chicas que prácticamente gritaban por él como un tipo de cantante juvenil, pero Adrian nunca había amado a alguien y ser correspondido posiblemente eso seria su gran pena, en el fondo Adrian jamás experimento el amor en su mayor expresión y cuestionaba realmente si Benito iba a sufrir el mismo destino que su hermano mayor, para él sería su mayor karma en esta vida. Mientras tanto a esa hora de las 10: 30 A.M en la mansión, despertaba Vanessa, con su cabellera castaño y rizado todo desordenado, se levanta para ducharse y cambiarse de ropa; se detuvo un minuto para verse a sí misma, Vanessa tenía la misma edad de Alexander, a diferencia que ella aparentaba menos edad; con su piel blanca perfecto, con labios carnosos y sensuales, con senos medianos, y de cabellera rizada y de color castaño oscuro, con una estatura mediana destacaba por su gran atractivo físico y era llamada constantemente por compañías de publicidad, para ser modelo de revista, ella era de Nueva York vivió junto con su madre, hasta que empezó a salir con Alexander Sterling hace unos tres años atrás, ella estudiaba artes en la Universidad de Harvard,ella amaba locamente a Alexander, pero la destruía la eminentemente indiferencia que sentía su novio por ella; ayer en la noche quedó impactada con la belleza del hermano de Alexander, tenía una extraña inocente, y con ese físico de hombre guapo; con esos ojos azules y esa cabellera rizada y muy rebelde, a Vanessa le excitaba la simple idea de llegar con el pobre joven y a su vez se martiriza con esos tipos de pensamientos con respecto a Benito. Bajo hasta la cocina en donde estaba Simone Sterling haciendo los preparativos para el almuerzo, ella era una mujer muy discreta y amable, siente un tremendo amor hacia sus hijos, que por lo además es admirable por parte de ella, a Vanessa le hizo recordar a su madre que de personalidad es igual; al principio no le ve por estar concentrada en la comida y Vanessa dice:



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En el texto hay: misterio, misterio y crimen, misterio suspenso

Editado: 25.06.2020

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