Todos se fueron a sus respectivos habitaciones, Melek estaba agotada y con un extraño sentimiento; que la perturbó toda la noche. Ella se cubría con su manto hasta la cabeza, ni aún así pudo conciliar el sueño. Melek se preguntaba lo que realmente le perturbaba, era el hombre que veía cuando estaba en peligro esa cosa que no sabría definir o las escalofriantes declaraciones de Dameron, se levantó para poder calmar sus pensamientos y se puso a mirar por la ventana de la habitación. La noche estaba iluminada por el astro plateado que se mostraba en su mayor resplandor. Melek miró a su amiga Azra que dormía plácidamente como sí sus problemas desapareciera cuando pone su cabeza en una pequeña almohada, pero ella no puede ignorar tan rápido la confusión que tenía en su cabeza, no lo puede ignorar tan fácilmente. La joven se sentía ahogada por sus propios pensamientos que no le permitían de cierta manera de respirar o pensar en otras cosas. ¿Cómo se puede callar el cerebro?, los pensamientos no se pueden silenciar así como así, con sólo cerrar los ojos y callar la mente. Melek se fue a cubrirse con una frazada, se fue a sentar en una silla de la habitación y se quedó allí; hasta que llegó el amanecer, las suaves rayos del alba, hizo que Melek se levantará de donde estaba. Se alertó, fue al baño para darse una ducha con agua caliente y cuando volvió, Azra estaba despierta la miraba con los ojos somnoliento y le dice:
- Melek.. - con su voz ronca
- ¿Qué ocurre? - mientras se secaba el cabello con la toalla
- ¿Cómo estás? -preguntó
- Bien.. - le sonríe
- Me voy a levantar.. - se levantó y fue al baño. Estuvo unos minutos y después volvió más arreglada, ella le dice - voy por el desayuno - salió de la habitación y Melek se quedó sentada en la cama mirando hacía el infinito, se preguntaba sí tiene que preocuparse con lo que le atormenta. Su respuesta no fue contestada por su propia mente, creó que no sabe que responder. Su momento de introspección fue interrumpido por la voz de Azra que le decía:
- Melek - la llama
- Ahh
- Toma la taza - le estira una taza de color blanco, espero algunos minutos para que Melek pudiera reaccionar y tomó la taza de forma mecánica y comenzó a tomar el café de forma mecánica, sin darse cuenta de lo que tomaba, ella estaba metida en sus pensamientos que no sé daba cuenta lo que pasaba en su alrededor y Azra la miraba callada mientras se comía su pan. Sus pensamientos eran nuevamente interrumpidos por la voz:
- Melek
- Si…
- ¿En que piensas ahora? - preguntó Azra
- ¿Por qué de la pregunta?
- No es que… Mirabas de una manera extraña.. Sólo eso
Melek miró a su amiga con mucha sorpresa, era tan evidente que estaba pensando en algo, que Azra se dio cuenta a pesar de que ella se caracteriza por ser demasiada distraída. Eso significa que se notaba que estaba preocupada, dejando sus pensamiento a un lado, tomaron sus maletas y se subieron al bus. Se topó con Otniel que la miró con extrañeza y se límita a decir:
- Hola.. - miró a Melek y está lo ignoró
- Hola- saludó Azra y Melek se subió al bus, ellos la miraron
- ¿Qué le ocurre?
- No lo sé..
- ¿Esta extraña?
- Eso es cierto.. Me preocupa Melek
- A mí igual - mostrando preocupación
- Bueno.. Melek tiene derecho a tener secretos - exclamó Azra
- Eso es verdad.. Tenemos que subir al autobús
- Vamos sube - le dice Otniel
Azra subió al autobús y se volvió a sentar con Melek que estaba encerrada en lo más profundo de su ser. Sus pensamientos eran difíciles de descifrar, hasta para una criatura perspicaz y que conoce la naturaleza humana. Su amiga estaba realmente preocupada, sus ojos eran diferentes, excepto que esa vez que que desapareció, en donde ella y Guadalupe la buscaban con desesperación. Algo en ella cambió y esta ocurriendo eso de nuevo, como sí las sombras de las desgracia estaba a punto de invadirla y su mirada perdida mirando hacía la nada, es posible que esta analizándose a sí misma. En definitiva Azra estaba realmente preocupada por su mejor amiga, ella sentía que Melek le ocultaba algo; las conocía tan bien que sabía cuando le preocupa algo.
En ese momento fue interrumpida por una voz masculina, tipo francés que le hablaba al oído y su olor a pino y canela que hizo que Azra estuviera ebria por su olor. Se dio vuelta lentamente y vio a Gustave que la miraba con sus ojos verdes y transparente, que quedó impresionada por su belleza y este le dice:
- Oye
- Si.. - dijo tontamente
- ¿Qué le ocurre a Melek? - preguntó
- No lo sé.. - dijo preocupada por su amiga
- Ella me preocupa de verdad - inquirió Gustave tocándose la barbilla y Azra lo miraba
- Gracias por tu preocupación - le sonrió
- De nada.. Me retiró señorita - dijo educadamente y se volvió a sentar
Finalmente pudo dormir, y comenzaron a florecer sus recuerdos como sí fuera una película del autocine. Comenzó con el accidente que cambió su vida, vio el rostro de su madre que le sonreía dulcemente, nunca se dio cuenta lo hermosa que era, con su cabello largo y claro que desprendía un olor a flores, que era a jazmín. Su vestimenta era de flores de color lila. Y las imágenes se corrompieron por otras de dolor y gritos ahogados de desesperación, también recordó cuando enterró a sus padres, los espasmos de dolor comenzaron a salir desde el fondo de su ser. Sentía que el mundo es indiferente y cruel de cierta manera perdió su inocencia sus padres estaban ahí, en la tierra que iba alimentarse de sus cuerpos y generará la nueva vida.