Las Crónicas de Melek Hoffmann Iii: Misterio en Giantville

Capítulo 2: Los primeros meses anteriores a los sucesos

                                    2.1

La chica estaba corriendo por el frondoso bosque de las cercanías de Giantville, con el brazo herido a causa de una gran cortada que estaba chorreando, dejando una huella para su perseguidor que estaba hambrienta de carne humana, ella corría torpemente por el largo pasto de la pradera; manteniendo el miedo de la extraña criatura que en algunos minutos antes la lastimó intentando librarse  de la criatura que la tomó del pelo, afixiandola hasta la muerte con un aliento que parecer ser de las cosas más horrorosas que haya presenciado en el cine de terror en las cercanías de la empresa de los Sterling; hasta que tuvo que adentrarse  en el espeso bosque que sus arbustos parecen zarzamoras por los atrapantes que podían ahogarte, con el astro plateado iluminando en su mayor resplandor; la pobre joven herida y asustada se escondió en una gran tronco con el brazo herido dijo:

-         Ahhh!!! Dios mío - habló asustada - en que cosa me he metido y además que es esa mierda - hablándose a sí misma, con el corazón que estaba a punto de estallar, su respiración entrecortada por la larga huida y la transpiración que corría en el suave y blanco rostro; espero por largos minutos con su inmutable tranquilidad, para la joven fue un tiempo prudente y salió de su escondite, caminaba sigilosamente por un claro que denotaba su sombra y de la criatura que la asechaba muy sutilmente y esta miro hacia  atrás sintiendo de la presencia de la criatura, pero no había nada hasta que finalmente se topó con la criatura en frente y este con sus dientes y su saliva que salía de su horrible boca y exclamo:

-        Hay por Dios!!! – exclamó aterrada, que comenzó a caminar hacia atrás, hasta que cayó al suelo y la criatura con sus largas garras le corto su arteria yugular, esta instintivamente se tomó el cuello con su mano la sangre manchaba su vestido blanco hasta que su ultimo respiro fue exhalado, la chica quedo con sus ojos  abiertos de color negro, su sangre hacia un río alrededor de ella.

A la semana anterior, la familia Sterling esperaba a su hijo problemático, pero a la vez inteligente; el joven  Alexander se graduó el lunes de la escuela de negocios en la universidad de Harvard  con una alta calificación, de hecho el mejor de su generación al joven de sólo  veinticinco años le han ofrecido puestos de trabajo en las mayores empresas de Estados Unidos, en Diciembre del año 2019, llego a su casa y lo estaban esperando toda la familia en una fiesta de bienvenida y en la previa de la cena de bienvenida su madre estaba preparando como buena anfitriona para su amado hijo :

-      Esposo mío -   gritó Simone a su esposo

-        ¿Qué quieres mujer? – respondió el hombre un poco alterado 
Puedes traer las cosas que están en la cocina, para la bienvenida de Alex – exclamó la mujer muy feliz

-        Para que…. – reprochó el hombre, desde el pasillo

-         Ahhh!!! …. Querido tu hijo pródigo se graduó de negocios – exclamó Simone, un poco atareada

-         Gran cosa…. -  reprochó el hombre

-         ¿Todavía estás enojado con él? – preguntó Simone

-        Y todavía lo preguntas mujer – inquirió el hombre alterado – ese chico siempre nos mete en problemas

-        No seas tan duro con él – reprochó Simone

-          ¿Por qué lo dices mujer?- preguntó curioso el hombre, llegando a la cocina

-          Yo creo que nosotros tenemos un grado de culpa… - con su voz fragmentada se tocó con la mano su rostro

-          ¿Culpa de qué? – preguntó el hombre

-         Por la muerte de Adrián… por no saber llevar de mejor manera y tú sabes que tanto Beni y Alex  eran muy unidos hasta inseparables – soltó unas lágrimas Simone

-        Mujer tranquilízate – se acercó a calmar a su mujer

-        ¿Cómo me pides eso, acaso no te duele? – pregunto entre lagrimas

-         Tú crees que eres la única yo llevo mi propia pena… - dijo el hombre con mucha calma  

-          Pero… - se secó las lágrimas con su chaleco

-           Querida haz lo que tienes que hacer, y yo voy a hablar con Benito – apeló el hombre tranquilo

-         ¿Vas a hablar con Benito? – preguntó curiosa Simone

-        Si claro tiene que salir de su habitación para recibir a su hermano -  inquirió el hombre

-         Eso sería genial – exclamo Simone – pero… ¿Cómo lo vas a convencer?

-         Tengo mis métodos – le sonrió – tú preocúpate de la cena y yo de Benito

-           Está bien anda – sonrió Simone consolada, y el padre  se retiró de la cocina para dirigirse a la habitación del joven, mientras tanto ella siguió con los preparativos para la cena de esta noche con los detalles; el padre llego a la habitación con el joven Sterling estaba un poco incómodo y a su vez tranquilo espero uno minutos para tomar un poco de aire hasta que finalmente golpeo la puerta suavemente llamando amablemente:

-          Benito ¿Estás ahí?- preguntó dulcemente, sin recibir respuesta alguna en la habitación, espero tranquilamente unos minutos hasta que se emano una voz en la habitación, esto coloco en estado de alerta al padre y la voz dijo :

-           Siii essstooyy aaaquíí – tartamudeo el joven

-          ¿Hijo puedo pasar? – preguntó amablemente el padre

-          Claaaroo – respondió el joven tranquilo a través de la puerta  este entra  sutilmente a una oscura habitación que tenía un olor a moho, ningún rayo del sol estaba en esa habitación y la brisa no entraba, era un lugar impenetrable hasta para ellos mismos; el padre se acercó a las grandes ventanas, levantó las persianas americanas y la luz por primera vez entraba en esa habitación; a su vez también abrió las ventanas para que pudiera entrar la brisa del día, estaba ahí un chico de veinticuatro años  sentado en un escritorio paralizado por el miedo, de ojos azules que reflejaban la esencia del océano, y de mirar perdida en el tiempo, con una melena clara con sus rizos desordenados  y largos, de piel pálida y delicada, con un rostro muy dulce en conjunto de esos pálidos y rosados labios, con hombros anchos, fuertes y a su vez de espíritu dulce; hasta su padre se sorprendió  no podía entender que algún ser humano sea tan grande como Benito, con su gran altura metro noventa, con un cuerpo atlético y vigoroso, con un atractivo poco común, a su vez sea tan frágil con esos ojos dulces y de espíritu dulce; este último se levanta violentamente y se dirige a su padre en un tipo de aplanadora y le dice



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En el texto hay: misterio, misterio y crimen, misterio suspenso

Editado: 25.06.2020

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