“Nada ha cambiado” Escribía Nauzet en una de sus viejas libretas que usaba como diario. “Ella sigue aquí en mi mente y en realidad ella está ahí fuera. Con él.” Se levantó de su escritorio y miró por la ventana, donde la fina lluvia anunciaba, ahora sí, el fin del verano a finales de septiembre. “Pero no quiero hablar de ello, llevo torturándote durante un año, llevo imaginando todo este tiempo lo que pudo ser y no fue y estoy harto de esta vida, de vivir muerto, de no tener ganas de nada, de fingir y aparentar. No volveré a hablarte de este tema. O eso intentaré.”
Nauzet se llevó las manos al rostro después de dejar su bolígrafo al lado del teclado de su ordenador.
“Hay algo que me preocupa más. La situación es insostenible, o eso creo yo, seré el único idiota que piensa diferente. Todos creíamos que con Rosenthal y con su mandada Marta Ribbentrop la crisis desaparecería y volveríamos a disfrutar de la vida anterior a ésta, a volver a ser prósperos y felices, pero nada de eso resultó cierto. Nada de eso ha ocurrido. Ahora somos Europeos más que españoles, tenemos la ciudadanía europea con un arraigo más que la nuestra nacional, y es Alemania quien nos controla y dirige. Ayer, mi padre me propuso por enésima vez en estos últimos meses que me alistara a la nueva policía, la Wiederstand-Waffen, que probara suerte y quizá me cogían, propuesta que he rechazado como siempre. Va en contra de mis valores y principios. Muchos jóvenes se han apuntado a este trabajo y los más aptos han sido elegidos, parece una secta: allí se aprende alemán y su dirección y adoctrinamiento está plagada de altos cargos alemanes. No sé qué pretende el Hierach Rosenthal, Jerarca de los Alemanes, pero dominan Europa entera, financiera y territorialmente hablando. A pesar de la creación de empleo la vida no funciona como antes, sueldos más bajos, alimentos más caros y un sinfín de penalidades más. Ahora o se es rico o se es pobre. Si se es de izquierdas o de derechas no importa, ya que es Rosenthal y el Partido Liberal Alemán el que tiene el poder ejecutivo de cada país europeo menos del Reino Unido. En fin, sólo sé que ésta es una nueva etapa del mundo, del planeta, soy estudiante de Historia y sé que estoy viviendo una época importante, y casi todas éstas que se dan son nefastas para la Humanidad”
—¿Qué haces? —dijo su madre abriendo la puerta de su cuarto, tan drásticamente como lo hacía aquel soldado en su sueño—Vamos a cenar, venga.
***
—¿Cómo estas hoy?—le decía al teléfono móvil Rosales, tumbado en la cama de su cuarto mirando al techo. Sus ojos azules no hacían más que imaginarla a ella. Libre.Con él.
—Lo sabes. No me gusta esta situación. Todos nos hacemos daño y todos acabaremos sufriendo por esto. Pero es que…Estos sentimientos son más fuertes que cualquier uso de razón—contestaba Daniela mientras enrollaba su pelo ligeramente rizado en su dedo índice, sentada y apoyando su espalda en la cama, intentando no hacer ruido para que nadie la escuchara.
Aquella historia era un tanto peculiar. Tan peculiar que tenían que hablar así, a escondidas. Daniela en su plenitud adolescente había hecho lo que todas las chicas a su edad: enamorarse y soñar con el chico más guapo y malo del pueblo. Tanto llegó a soñar que la realidad no le llegó ni a la suela de los zapatos a aquellos sueños.
Cuando consiguió que él se enamorara completamente y dejara atrás su fama, su vida anterior y sus actos no muy bondadosos tan solo para dedicarse a ella, Daniela descubrió que no lo quería. Ella pensaba que sería todo de otra manera. Tan ilusionada estaba que quizá lo mejor hubiera sido quedarse en eso, en una simple ilusión. Ya sus besos no le llenaban, al contrario, la vaciaban aún más. Ya no le gustaban. Era Rosales quien llenaba de verdad su corazón, pero no sabía cómo deshacerse de la mayor ilusión de su vida, de quien le enseñó a querer y por quien había suspirado hasta ese momento.
—Sólo quiero que esto acabe ya. ¿Crees que yo puedo vivir así? ¿Seguir así? Llevo tanto tiempo esperando que no sé si te tomas esto como un juego.
—Si todo fuera un juego haría ya habría acabado. Solo te pido un poco más de tiempo. Una oportunidad para…
—A él lo besas más que a mí, él te tiene y yo no.
—Él apenas me besa porque le quito la cara. A él no lo quiero. A ti sí.
***
Jesús se duchaba con el agua caliente que le recorría el cuerpo y le hacía sentirse un chico nuevo. Los gritos de su madre le alertaron y le sacaron del profundo sueño que le provocaba el agua en el pelo.
—¡Jesús!, ¡Jesús!
Salió de la ducha y se colocó la toalla. Su madre entró en el baño con una carta en la mano, gritando y dándole un fuerte abrazo, a pesar de que estaba mojado.
—¿Qué pasa mamá?
—¡Te han elegido!
—¿Para qué? Tranquilízate y explícame.
Ella se calmó, como le había dicho su hijo, se echó el pelo hacia atrás y lo dijo:
—¡Formas parte de las W-W!
Jesús, ahora sí, abrazó a su madre y gritó al aire como símbolo de su alegría. La WW, la policía alemana que actuaba en toda Europa, lo había aceptado para formar parte del cuerpo.
Desde que Rosenthal había tomado el mando europeo, las soluciones a la crisis no habían sido muchas pero sin duda, la creación de esta nueva policía era un acierto y más aún debido al alto número de hombres que se necesitaba para esta unidad policíaca.