Al recobrar la consciencia, después de alguno minutos, los gemelos se dieron cuenta que se encontraban solos fuera del cuarto de Tatiana. No se veía a Necros o a Gloria por ninguna parte, tampoco al doctor, la niñera o los padres de la niña. Entonces David tuvo una loca idea, por fin podrían hacer las cosas a su manera.
Los niños despertaron, pero no veían a Necros. – Debemos intentarlo. – Dijo David sacudiendo a su hermana.
- Sin Necros estamos muertos. – Dijo Estela tratando de recobrar sus fuerzas. Tomó la mano de su hermano para que este se detuviera y dejara de sacudirla. – Además esa perra está enojada. – Dijo refiriéndose a la niña.
Su hermano trataba de levantarse con las pocas fuerzas que le quedaban. - Vamos hermanita, no me digas que tienes miedo. – Le dijo David entre quejidos. – Anda. - Los gemelos entraron a la habitación. Adentro estaban la niña y su madre. – A ver engendro de Satanás. Hemos venido por ti. – Le dice a la niña señalándola con el dedo.
- Si claro, enfurécela más. – Le dice Estela mientras se incorporaba. – Esa perra nos va a matar a todos. – Golpea en la cabeza a su hermano. - Bueno a intentarlo. - Sonrió.
Entonces Sandra apareció de la nada, se interpuso en el camino de los gemelos. – No pasarán. – Dijo. Entonces Estela intentó golpearla, y consiguió conectar un fuerte golpe en el rostro de la mujer.
Esto hizo enfurecer a la niña, quien soltaba un grito ensordecedor. La casa tembló. Los niños no sabían que hacer. Sentían que no tenían control de su cuerpo. Estaban desesperados.
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Gloria y Necros se encontraban en la planta baja, Necros necesitaba respuestas, y Gloria no era la más indicada para dárselas. Temía por lo que pudiera pasarles si ella decía algo que no debía.
- Ahora si. ¿De qué hablas exorcista? – Dijo la hibrido.
- Tú sabes bien de que hablo, y deja de llamarme así. – Le dijo. – Tú sabes quién soy, conoces mi pasado, Gloria. – Se volteó y penetro los ojos de Gloria con sus ojos negros. – Después de todo, tú me mataste… - Trataba de utilizar sus poderes con la hibrido.
- No puedes usar tus poderes conmigo. ¿Lo olvidas? – Le preguntó a ella cruzándose de brazos.
- Tal vez no te puedo hacer hablar con mis poderes. – Le dijo él. – Pero si mi persuasión. He notado como me miras. – Entonces se acercó a ella. – Tus deseos al verme. – La volvió a tomar de la cintura, no intentaba provocarla, simplemente quería hacerla hablar, y la mejor forma de lograrlo era la insinuación.
- Está bien. – Dijo ella. Necros se sorprendió al ver que el poder de sus ojos era inútil con ella. – No te puedo mentir más. Tú y yo éramos pareja. Vivíamos juntos. Un día comenzaste a desvariar, decías cosas sin sentido, yo intente detenerte, pero tu… Parecías poseído. No me escuchabas. Entonces… - Hizo una pausa y suspiró. - Te lanzaste. No pude hacer nada para detenerte. – Ella estaba muy angustiada, se le oía triste, estaba muy mal, no sabía cómo explicarle lo que había pasado.
- Eso quiere decir que tu… y yo… - Dijo Necros, Pero no pudo terminar la frase, sus labios estaban junto los de Gloria. De pronto se separaron. – Eso me refrescó la memoria. Pero no ayuda mucho contra ese demonio. – Dijo tomando la mano de Gloria. - Debe haber una forma de vencerle… Aunque la única opción será… - Se quedó pensando y entonces sonrió. - Vamos, hay que regresar. – Gloria estaba confundida. No entendía lo que él pensaba.
- Creí que tu maldición te impedía tener sentimientos. – Dijo ella sorprendida por lo que acababa de suceder.
- No hay tiempo para eso. – Le dijo él, ahora vamos, debemos salvar a los niños y… - La vio, entonces sentir el beso le hizo pensar que si él podía tener un lado humano, la pequeña Tatiana también debía tenerlo.
- ¿Qué? – Preguntó Gloria.