— ¿Por qué le dijiste eso? ¿Acaso tienes mierda en la cabeza? —.
—...—.
Bellzebub no contestó, la verdad es que el cómo se sentía la brujilla le daba igual, seguro en tres días se le quitaba el encaprichamiento y no la volvería a ver.
— Irás con ella y le pedirás perdón — le dijo su padre.
—No. No lo haré — contestó él con indiferencia mientras leía un libro.
—¿Sabes lo importante que es la Sra. Yaga en este lugar ¿verdad? Ella es la bruja más poderosa...—.
—También la más puta, al igual que su hija... ¿De qué te preocupas? Tu eres el rey de la oscuridad, eres superior a todos —.
— Me halagas, hijo mío, pero eso no te exhorta de lo que te estoy ordenando —.
— Exactamente... ¿Que me pides? — dice cerrando con fuerza el libro. — Que vaya y le diga: "disculpadme, fui un imbécil al haber expuesto tu naturaleza promiscua ante los presentes", o algo más sutil: "lamento haberte humillado debido a mi honestidad y tu falta de sensatez" —.
— No seas estúpido. A las mujeres les conquistas hablando de forma bonita, haz un maldito esfuerzo —.
— Lo intentare —.
—Mi pregunta es: ¿por qué sigues aquí? —.
Bellzebub hizo un arco con los ojos y se levantó de mala gana para visitar a la razón de sus molestias.
En el camino se encontró con Rictus, un "amigo" que más bien se autonombró como tal, y uno de los muchos hombres que habían pasado por las faldas de Liv.
— ¿A donde? — le preguntó Rictus.
— Iré a ver a Livya — dijo Bellzebub sin inmutarse.
— ¿Liv? ¿Irás a ver a Liv? Amigo, creí que la loca no llegaría tan alto en su trabajo —.
— ¿Trabajo? —
— Ya sabes... Es la mejor, su cuerpo, su culo... Todo en ella está bueno. A ella también le gustaba todo de mi, gemía como gatito cuando lo hacíamos —
— Si se atraían tanto por qué terminaron. ¿Te engaño? -
—¿Que? Ah, no. La verdad es que ella es muy fiel, demasiado, pero no me atraía tanto como para pasar el resto de mi vida con ella... Sólo la acepté porque quería acostarme con ella. La muy estúpida se entrega por completo en la relación, dos días después de iniciar nuestro noviazgo dejó que la tocara —.
— Ya veo — dijo Bellzebub, recordando las rápidas relaciones por las que solía pasar la muchacha, ahora que recordaba, Rictus termino con ella una semana y media después de iniciar su relación... "¡Ninguna relación le ha durado tanto y todos presumen de la intimidad que tuvieron con ella!" se sorprendió Bellzebub. "¿Será tan estúpida como para no darse cuenta de que sólo la quieren por su cuerpo?... ¿De qué estoy hablando? ¡claro que es estúpida!"
Tras conversar con la madre de Liv, Bellzebub logra que le deje hablar con su hija.
Al entrar en su habitación no se sorprendió de encontrar muchos objetos alusivos como calaveras con flores secas maquilladas con pinturas de aceite, millones de polvos mágicos que desconocía y animales exóticos como tarántulas y víboras.
— Qué habitación tan... predecible — dijo él y Liv, quien estaba maquillando un cráneo se giró para verlo y después agachó la mirada.
— ¿Eso es todo? Pensé que te lanzarías sobre mi como lo haces siempre que estoy cerca —.
— Eso... ¿no te molesta? — preguntó ella con timidez, la primera pizca que muestra en siglos.
"No es tan estupida después de todo" pensó Bellzebub mientras su boca decia otra.
— Ya me había preparado mentalmente para eso — bromeó él, pero la frialdad con la que lo había dicho hizo que se escuchara más bien como un lamento, aunque eso no le importó a Liv, quien pronto se balanceo sobre él.
— Suficiente — se quejó apartando a Liv, quien lo miró con ojos de perro regañado. — Eso no funciona conmigo— dijo y ella dio un pisotón acompañado de un puchero. — Te ves fea, no lo hagas si quieres que te vea atractiva—. De inmediato Liv volvió a sonreír. — Sonríes demasiado — se quejó él y ella disminuyó la sonrisa.
— ¿Puedo abrazarte? —preguntó ella y él contestó: — No... Sígueme —.
Tras caminar por varias horas llegaron a un edificio del inframundo, Bellzebub le pagó a la súcubo de la ventanilla y esta le entregó una llave.
Editado: 28.02.2019