Las dificultades de ser adolescente

Capítulo 5

Peter.

—Peter—gritó en medio del pasillo—, ¡Peter!

Rodé los ojos y di media vuelta para encarar a Mackenzie. Ella se acercó a mí, agitada y sosteniendo sus libros.

—¿Qué?—dije de mala gana, sosteniendo la correa de mi mochila.

—¿Por qué me hablas así?—se quejó mientras hacía un puchero absurdo con sus labios pintados de un color rosa.

—¿Es enserió?—levanté una ceja y la mire a los ojos—. Te envié un mensaje y no me contestaste.

Acomodó su cabello pelirrojo mientras se miraba en el pequeño espejo azul. 
 
—¿Qué?. Perdón, no te escuche.

Respiré profundo, pidiéndole paciencia al de arriba.

—El mensaje—repetí.

—Oh, si, es que estaba ocupada—se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla—. Además estas castigado y que iba a hacer.

Cansado de eso le dije…

—¿Sabes qué?. Olvídalo—ella frunció el ceño, confundida—. Lo que sea que había entre nosotros se terminó.

—¿Estas terminado conmigo?

—Es que ni siquiera había algo oficial. Siento que solo yo estoy dando todo de mi y tú nada. Lo mejor será que quedemos como amigos.

Y con eso último, me dirigí a la clase de matemáticas del profesor Stevens.

Antes de poder tomar asiento, fui llamado por el profesor. Sabía porque me había llamado.

—Señor Fox—odiaba su voz tan rasposa—, tome asiento—señaló la silla que estaba frente a su escritorio. Me senté de mala gana, ganando una mirada de reproche por parte de él—. Quiero hablarle sobre sus notas—extendió tres de mis últimos exámenes y las notas no eran para nada bonitas—, bien, te he dado tres oportunidades para que puedas levantar tus notas y aquí están. Una peor que la otra.

La verdad que el profesor Stevens fue muy considerado conmigo. Me dio tres exámenes para que pudiera levantar mis notas y no venir a la escuela de verano, pero no pude. Lo peor es que dos de ellos eran a carpeta abierta. 
 
—Estamos a finales del segundo semestre, sabes que tendré que…

—Asígname un tutor—dije, interrumpiendo.

El me miró, sorprendido.

—¿Un tutor?—asentí—. No lo había pensado, sin embargo—señaló los papeles sobre el escritorio—, ¿Cómo un tutor te va a servir si no aprendiste conmigo?  

Mierda. Tenía un buen punto.

—Bueno, a lo mejor haya alguien que explique de una forma diferente—miré el piso y rasque mi nuca—, a lo mejor ese sea el problema—volví a mirarlo y él tenia una ceja levantada.

Respiró profundo y se removió en su asiento.

—Te asignare un tutor, tal vez tengas razón—sonreí tranquilo—. John Miller es uno de los mejores de la clase, podrían…

—¡No!—volví a interrumpirlo y todos mis compañeros me miraron extrañados—. A lo mejor Mara Cross podría ayudarme.

—¿Mara Cross?—meneó la cabeza—, podría ser, ella también es una de las mejores de mi clase, pero debo preguntar ¿Por qué la señorita Cross?

¿Qué quería que le dijera? ¿Qué quería acercarme a Mara y esta fue la mejor forma que encontré?

Dile que están en detención juntos, idiota.

—Estamos en detención juntos, por eso.

Luego de eso mando a llamar a Mara. Ella entró al salón un tanto intranquila.

Miró al profesor y con temor se sentó en la silla junto a mi.

—Señorita Cross, supongo que conoce al señor Fox—me señaló, y ella me miró, para luego asentir con la cabeza—. Bien, por lo que tengo entendido están juntos en detención.

Ella se aclaró la cargante ates de hablar.
 
—Si, y ¿Eso que tiene que ver con que yo esté aquí?—su voz se escuchaba baja y un tanto rasposa.

—Simple, quiero que ayude a mejorar la condición del señor Fox en mi materia.

Ella me miró de arriba abajo con el ceño fruncido. Y yo solo sonreí como un estúpido.

Volvió a mirar al profesor.

—¿A él?, ¿Y por qué?—me señaló con el dedo pulgar. ¿Qué le pasaba?, ¿No me quería ayudar o qué?

—Porque es de las mejores en mi clase y quiero que lo ayude—contestó el profesor sin más.

—No es para ofender a nadie, señor—se removió en su asiento intranquila y acomodó su cabello detrás de sus orejas—, pero yo no estoy en la misma clase. Podría haberle dicho a John. Él también es muy bueno—señaló a este último y él la miró y sonrió. Ella le devolvió la sonrisa.
 
—Tengo la información de que ustedes dos están en detención juntos, pasan mucho tiempo juntos, por eso.

Mara volvió a mirarme, parecía que iba a decir que no.

—Le sumare puntos si lo hace—dijo el señor Stevens. Ella lo miró de inmediato.

—Esta bien, lo ayudare.

Sonreí como nunca antes.

#

Llegué a casa temprano, pues la profesora de química había suspendido la clase, y no quería quedarme a esperar. Volvería para detención.

—Peter, ¿Tan temprano?—escuché la voz de Nini. Se acercó a mí con el plumero en la mano.

—Hola, Nini—la saludé mientras dejaba la mochila a un lado de la puerta—. Se suspendió una clase, así que decidí venir, volveré para detención.

Ella me sonrió y acarició mi mejilla. 
 
Mis padres no estaban en casa, habían salido por viajes de negocios, así que la casa era solo mía. No tenía hermanos, lo más cercano que tenía a eso era el hermano de papá, mi tío Luke, que se encontraba en la universidad. Así que mi única compañía era Nini y un par de trabajadores más.

Era raro estar en una casa tan grande y con tan poca gente.

Fui a la cocina, con la clara idea de comer algo. Preparé un improvisado sándwich con solo queso. Cuando estaba apunto de darle un mordisco, Nini golpeó mi mano y me lo quito de las manos.

—No comerás eso, no cuando yo estoy aquí. Te haré algo rico en proteínas—se colocó el delantal y comenzó a contar las verduras.

No dije nada. Sabía que si me quejaba me regañaría.

Ella odiaba que yo me alimentará de esa manera, porque según ella, al yo no saber cocinar me mal alimentaria. Y no lo voy a negar, ella tenía razón.

Me senté en la isla de la cocina en cuanto sirvió la comida y noté una caja sobre esta, estaba un tanto rota y un par de trofeos sobresalían de esta.




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