Las dimensiones de la serpiente

18

            La mano de Caroll sintió una suavidad familiar. «¿Roxy?» Pensaba.

            —Roxy, ¿por qué volviste?…

            Abrió los ojos sobresaltada creyendo que efectivamente Roxana estaría allí tomándole la mano como a los diecisiete.

            Un gemido de terror despertó a Carol y a Karol.

            —¿Qué son ustedes? —dijo de pie y en ropa interior.

            Karol se sintió aliviada al darse cuenta de que no estaba muerta. Vio a Caroll toda engrifada y carraspeó un poco para aclararse la voz.

            —Soy Karol. Soy tú, pero de una línea temporal diferente. Verás, hoy tienes una entrevista con Wattson y tienes que buscar una forma de detener los bucles.

            —¿Qué?

            —Verás —dijo Carol—, somos la misma persona —dijo en un bostezo— y tenemos que frenar esta locura. Watson también debe estar en triplicado ahora y tenemos que detenerlo cuanto antes.

            —Okey… ¿Cómo es esto posible?

            —Te lo simplifico: hay algo llamado Proyecto Leviatán que permite hacer bucles en el espacio-tiempo. Watson está experimentando con él y va a construir una realidad totalmente distinta a la que conocemos. Está jugando con muchas vidas.

            —¿Y eso en qué le sirve a él?

            —Pues… resulta que probablemente detendrá el experimento, y quedaremos las tres atrapadas aquí. Se quedarán investigando, pero, peor aún, se aseguró la inmortalidad. Podríamos decir que el Leviatán le permite seguir en su causa, aunque muera de viejo. Podría volver al punto marcado y reemplazarse en una realidad idéntica. Daría lo mismo que lo encontraran, porque habría toda una red de Watson’s. Con esto ya le basta para ser invencible, y si no lo detenemos, estaremos perdidos.

            —Pero… ¿Por qué son dos?

            —Yo soy la primera —dijo Karol— y me teñí el pelo cuando llegué a su dimensión —dijo señalando a Carol— para que no me reconocieran tan fácilmente.

            —Yo soy la segunda —siguió Carol— y con Karol tenemos que encontrar una forma de frenar esto.

            —Ah, perdón por despertarlas entonces.

            —En realidad te lo agradezco —dijo Karol—. Soñé que estaba muriendo.

            —Y yo soñé que estaba tranquila —comentó Carol.

            —Chicas, tendremos que ponernos de acuerdo en qué hacer si queremos hacer las cosas rápido.

            —Muy bien, entonces hagamos un plan.

            Se organizaron de forma tal que cada una ayudaría a iniciar el día. Caroll se bañaba mientras Carol iba a comprar cosas para un buen desayuno de a tres. Karol se quedó organizando la ropa y los números de teléfono que necesitaría.

            Al salir del baño,  Caroll se encontró con Karol anotando en el cuaderno.

            —¿Qué escribes?

            —Unas cuantas cosas que deberías preguntarle a Wattson.

            —¿Como cuáles?

            —No lo tengo claro aún. Por ejemplo, cuánto es el límite del Leviatán…

            —Tengo una idea mejor idea. ¿De qué se trata?

            —Actuaré como si nada de esto hubiera pasado.

            —Tengo una mejor idea aún: pidámosle adelantar la reunión.

            —Me parece.

            Caroll tomó el teléfono y despertó a Javier.




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