Las dos caras de Amelia

Capítulo 6

 Tiempo después...

 

Joel ha visto en  varias ocasiones a un hombre sospechoso.

Esta vez este hombre se encontraba recibiendo órdenes en la oficina, Joel instintivamente se  acerco a la puerta  y la abrió con cuidado para escuchar las instrucciones que el daba 

 -  quiero que lo sigas a donde quiera que el valla, creo que esconde algo, me han dicho que acostumbra a salir de madrugada, no puedo tener a mi lado a un empleado que haga cosas a mis espaldas, aparte se enferma demasiado ya está viejo el pobre. 

El desconocido asiente aceptando la orden de Montenegro. Joel con cierta preocupación, siente que quieren deshacerse de el hombre que los crío. 

Cierra y toca la puerta 

 - siga, dice Jhon. 

 Joel se topa con el hombre que iba saliendo, sus miradas se cruzan, Joel ansía salir de esa oficina lo más rápido.  

- señor, me dijeron que me necesitaba 

Jhon asiente 

 - necesito que me acompañes a un viaje  mañana a primera hora, haste cargo de todo, compra los boletos. 

- si señor lo haré enseguida. 

-  puedes retirarte...

 

Joel salió buscando desesperado al tipo, sacó su celular del bolsillo de su pantalón  y le marcó a Diego pero no contestó la llamada, se subió a su auto y aceleró a toda  prisa, otro empleado  fruncio el ceño, lo miró extrañado  por la forma en la que lo vió  salir... 

Marcaba con desespero y ansiedad a Diego, no le contestó su llamada, marcó a sus hermanos y tampoco  consiguió que estos contestaran las llamadas que hizo, conducía lo más rápido que podía, su instinto le decía  que habia peligro con su familia.

 

Diego conducía  a una velocidad no tan acelerada.

 El misterioso  hombre  buscaba a Diego por  GPS, Jhon le dió la ayuda para que pudiera hacerlo más fácil y rápido. Todos sus autos tenian este aparato...

 

Joel siguia inquieto y marcaba deseperado.

 Amelia  y David caminaban, charlaban y jugueteaban fuera de casa. No tenían ni la menor idea de lo que estaba pasando. 

Amelia miraba a David pícara 

 - David, Vallamos a nuestra casa un rato, le pidió 

David negó 

 - y si viene Diego o Joel, con ellos nunca se sabe, siempre vienen sin avisar, es raro cuando lo hacen 

Amelia bajo la mirada 

 -  no van venir por ahora, Insistió. Anda vamos, lo empujo, Anda David vallamos un ratito no más.  Sentanda en un columpio que les habia hecho  Diego cuando estaban pequeños, él la empujaba mientras ella seguía insistiendo.

David pensativo dudaba en cederle... 

- ya, ya, está bien, vayanos solo un rato. No hay que demorarnos, como negarse  su propia hermana conocía de artimañas para envolverlo y manipularlo, sabía cómo convencer a sus  hermanos  y más a David quién se habia convertido en una persona sobreprotectora para con ella, todo estos años la a cuidado, mimado y protegido, han estado siempre unidos, formaron un lazo difícil de romper. 

Se detuvo con la punta de sus pies alegre 

- y de paso nos bañamos en el río, Sugirió emocionada

David voltea sus ojos y sonrie al ser convencido por su hermana 

 - quién te dirá que no hermana. Respondió acariciando su mejilla cariñosamente.

 Caminarin hacia un auto algo viejo, ella entra del lado del copiloto, el del lado del conductor...

 

Mientras Joel insistía marcandole a Diego y al celular de sus hermanos. Diego no se percataba de que no tenía señal, molesto por la situación golpea el volante varias veces 

-  ¿Donde carajos están? ¿Que diablos sucede?, ¡maldición!, expresó desesperado...

 

Diego hizo una parada en una gasolinera, se bajó del auto sin notar que en el camino era perseguido. Llenó de aire una de las llantas, entró al local a ver  que puede comprar para sus muchachos...  

Tomó varias cosas, el hombre observaba detalladamente cada paso y movimiento de Diego, miraba con intriga los producto que tomaba de las estanterías.

 - ¿Porque compra cosas para mujer? ¿Será que es casado? Se pregunta cuestionando. ¡Hay compadre! me huele que escondes algo... 

Este hombre no era tan desconocido, conocía a Diego y quién sabe desde cuándo...

Diego cancela su cuenta y sale hacia su auto guardando las bolsas y sin percatarse de nada. Enciende el auto y toma la vía  poco transitada, coloca un poco de música clásica para relajarse, mira en la guantera y saca unas pastillas, se toma una con un  Poco de agua, estaba un poco enfermo, días  anteriores se había hecho unos chequeos médicos y exámenes de laboratorio,  aún tenía  sus resultados ahí guardados no los ha abierto, pues no quieria saber que tenía, no le permitió a el médico que le leyera los estudios que se había hecho por temor a sus resultados...

Se sintio un poco mareado, se aparcó a un lado de la via, para esperar que  se le pasará el mareo, recostó la cabeza en el volante, ahora sí que  menos se  fijó que estaba siendo vigilado a unos metros de distancia. O se  sentía muy mal o este hombre definitivamente sabia como acechar a las personas... 

Después de un rato ya sintiendose mejor decidió seguir conduciendo hacia dónde se encontraba sus hijos adoptivos.

Joel siguia conduciendo  lo más rápido que podía. Por otro lado el hombre conducía a una distancia prudente persiguiendo a Diego...  

 

 Llegó a su casa donde según él estarían seguros, sin sospechar nada aparca el auto, se baja seguido de las bolsas, tocó la puerta, nadien le abrió ni le contestó, sacó las llave y abrió la puerta  llamándolos 

 - David, Amelia, ¿Donde se metieron? ¿A dónde se habrán ido estos dos ahora? Colocó las bolsas en la mesa...

 El hombre caminó alrededor mirando con extrañez  la cabaña, era bonita sencilla, rodeada de arboles, a su vista esto era  extraño para él, ¿Que hace Diego aquí? Se preguntó entre sí...

 

Diego abre la nevera se sirve un poco de agua y toma asiento...  Siente su celular vibrar en el bolsillo de su pantalón, lo saca ve un mensaje de texto, las notificaciones de las llamadas de Joel, no le dió la mayor importancia. De la nada entró este hombre cerró la puerta colocando seguro. Mirándolo fijamente a sus ojos...




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