Amelia se miraba fijamente en el espejo, el atuendo que su amiga le había sugerido le quedaba muy bien. No dejaba de mirar su cuerpo, lucía bastante provocativa, nunca antes había vestido así, sonrió al recordar que su padre adoptivo le compraba vestidos pomposos, esos que se solían usar a la edad de 4 a 5 años...
Su hermano tocó la puerta de su habitación
- Pasa David
Abrió la puerta, al verla se sorprendió.
- Valla Amelia, ¡Te vez muy hermosa!. ¿Con ese trapo podremos darnos unos cuantos golpes?
Ella río divertida
- ¡Que dices!, Abrió sus piernas tratando de lanzar una patada, rieron juntos, era imposible hacerlo con ese vestido rígido y zeñido a su cuerpo. - Tú también te vez guapo hermano...
*
Alejandra se levantó de su asiento para dirigirse al baño...
Jhon disimuló un poco al verla, se levantó de su asiento segundos despues, Alejandra iba a cerrar la puerta del baño pero él se lo impidió y entró sin ser visto.
Ella hizo gesto en su rostro sorprendida, mordió su labio inferior. Él se lanzó a ella, la besó con pasión, hacerlo ahí era una adrenalina que no podía evitar sentir.
Montenegro sólo se había enamorado de Sarah, la amó demasiado, pero sus celos lo cegaron tanto que perdió el equilibrio en pensar. Sentia que con tener a esta a mujer en su vida podía calmar la ansiedad de tener presente en sus pensamientos a la madre de su hijo.
Alejandra era una mujer demasiado sexi, hermosa, siempre estuvo enamorada de Jhon, él la usaba como conejo para atacar a sus blancos en sus negocios. La seducción de ella era poderosa en los hombres.
Jhon levantó su vestido, la giró de espalda y ella se inclinó, ambos sabían lo que querían. Al penetrarla Alejandra jadeo, la sostuvo de la cintura y la contraía contra su erección, enloquecida con sus estocadas ella hacía movimientos circulares provocando conmoción en él, entraba y salía de ella con rudeza, conocía como le gustaba el sexo a su invitada..
Ambos se contrajeron de placer...
Alejandra sonrío victoriosa al sentir que la había dado la mejor liberación a ese hombre.
- No creo que con otras consigas el placer que tienes conmigo.
El sonrío a lascivo
- Cualquiera da placer, hasta una callejera.
Salió del baño cauteloso evitando las azafatas lo vieran
Alejandra se sintió menospreciada, se miro al espejo y acomodó una peluca negra corta que lucía
- Idiota, no cambias ni nunca lo harás, piensas en ella, aún piensas ella, dijo esas palabras en voz baja.
*
Sandra y Rafael estaban en la cocina haciendo pasabocas para ellos dos.
- ¿Como me dices eso Rafa?
Tomo un poco de harina en su mano y soplo ensuciando su rostro.
- ¡Ah!, Me tiraste harina Rafa, río divertida.
- Eres tan buena en la cocina, como en la cama te lo diré cuantas veces sea necesario.
- Tengo al mejor profesor. Se puso de punta de pie y lo beso.
Rafael a abrazó
- Y yo tengo la alumna más obediente, susurro cerca a su boca.
*
Tocaron la puerta de su apartamento varias veces
- David abre la puerta, gritó Amelia, ¡Debe ser Elisa!, Tu Elisa.
David sonrió.
Cuando la vio, abrió su boca sorprendido, Elisa tenía parada de modelo, sus manos apoyadas en su cintura
- ¿Y?, ¿Como me veo Efraín?
No sabía que decir, la belleza de esa chica lo terminó de envolver.
- Te vez hermosa Elisa
Se acercó a él.
- Tú también te vez guapo. Pasó por su lado dejando su aroma penetrada en su olfato. - ¿Y Luciana? ¿Ya está lista?.
Amelia salía justo en ese momento de su habitación.
- Sí
Elisa gritó como loca
- ¡Esa es mi amiga!, ¿Ya la viste Efraín?, ¡Te vez preciosa!.
Amelia y su hermano se miraron y ríeron graciosos.
- Pues bien niñas, ¡Salgamos y vallamos a divertirnos!.
Elisa alzó sus manos
- ¡Siiii!, Me encanta ese entusiasmo Efraín, vallamos y emborrachemos estos cuerpos. Dijo extrovertida.
David se coloco su chaqueta para cubrirse también del frío, Elisa y Amelia hicieron lo mismo...
Elisa tenía una costumbre peculiar, silbaba para llamar la atención de los taxis. David detallaba cada expresión de ella, su modo de actuar, de hablar, de caminar, su alegría.
Estaba siendo hechizado. Era la primera vez que sentía este tipo de sentimiento, prácticamente era la primera vez que tenía contacto con una mujer. Conocía algo de mujeres, Diego tuvo su tiempo para hablarle de ellas, a la edad de 15 años le habló de sexo, protección, enfermedades de transmisión sexual, como tratarlas, sobrellevarlas.
Las miradas entre ellos dos eran esquivas, Elisa no le era nada indeferente...
Llegaron al Bar...
David le pago al chófer.
- Gracias.
Abrió la puerta como todo caballero, estrecho su mano y su hermana la tomo
- Gracias, que galán.
Seguido hizo lo mismo con Elisa.
La mirada entre ellos fue cautivante.
- Gracias Efraín.
Daban pasos hacia la entrada...
- Te vez graciosa con esos tacones, le susurro David. - Recuerdas cuando jugamos en casa y usábamos la ropa de mamá y papá.
Amelia sonrió
- Como olvidarlo, respondió en voz baja.
Elisa entrelazó su brazo con el de David.
- Seras mi pareja está noche.
Amelia se detuvo un momento, su hermano y su amiga seguian adelante.
Él hombre de seguridad saludo a Elisa.
- ¿Elisa?, ¿Cambiaste de turno?
- Sí. Sus ojos se fueron directo a un hombre que ella conocía muy bien. - Señor Víctor. Buenas noches.
El señor asintio, su mirada se desvío a la chica estaba atrás de ellos.
Amelia lo miró...