Las dos caras de Amelia

Capitulo 23

En la clínica donde atendían a Víctor se encontraba los dos policías que hacian su trabajo en cubiertos la noche anterior donde Jiménez hablaba en tono de reclamo a su compañero.

  - ¿Entonces?, ¿Que piensas hacer con este caso?, Tenemos que ir a presentarnos,  ¿Que dirás respecto a la chica que lo apuñaló? 

 Angel pensaba en como solucionarlo, guardo silencio por unos segundos...

  - Necesitamos las cámaras de seguridad, dentro y fuera del Bar.  Vez por la orden, y  llega por los vídeos, así reuniremos pruebas. Miraron a Víctor  - ¿Creés que se salve?

Su compañero frunció los labios 

- ¡No sé!, Su pronóstico es reservado, pero por lo que he escuchado es grave tiene comprometido varios órganos  y un pulmón. 

Ángel cerró sus ojos, lamentaba la situación y no por él paciente, si no  por la chica que  conoció.  Su compañero comentó 

 - La persona que lo hizo, ósea la mujer que lo hizo, lo miró a los ojos, recalcandole sobre la chica -  Lo hizo de forma rápida, ¡No entiendo! ¿Como pudo hacer tantas heridas hiriendolo de forma grave?, Haz de cuenta que hizo estos movimientos. Jiménez le hizo la demostración que la agresora uso para herir al atacante  - No sé, pero son movimientos de defensa, dijo dudoso -  ¿si entiendes lo que te quiero decir?, Yo se que sí

Ángel negó confundido, no la conocía, no sabía quién era, ¿Que podía decir de ella? 

 - No te preocupes, lo averiguaremos, hay que hablar con ellas para que rindan indagatoria. Me quedaré para cubrirte, mientras consigue  esas grabaciones, este hombre no puede quedar libre de culpas. 

Jiménez  asiente

- Bien compañero, iré por esa orden primero.

Se despide y sale de la habitación, mientras caminaba hacia  la salida escuchaba la voz de una mujer preguntar en recepción  por victor. El giro para verla, pero no pudo ver su rostro...

 

                                          

El padre de Juan Pablo es quien toma las riendas del Bar mientras espera la llegada de César 

- ¡Bien muchachas a trabajar! ¡organicen todo este lugar, no ha pasado nada!, hizo palmadas con  sus manos - ¡Vamos, vamos muevanse!. Se dirigió al vigilante - ¿A llegado la policía?.  

 - No aún no ha llegado nadien.   

 - Bien, necesito que me enseñes los vídeos de seguridad.

El joven asiente ante la orden llevándolo hacia la oficina. Miraba con detalle cada vídeo... Se dió cuenta cuando  Víctor  saboteó uno de los tragos, se enfadó 

 - ¡Pedazo de imbécil!, Nos vas a llevar a la boca del lobo, ¡Muy bien!, Se dirigió al joven - El vídeo de la cámara 3 busca, la manera de que esa cámara quede inhabilitada y entregame el video, y tambien el video de la cámara del callejon. Deja los videos de la cámara de la entrada también la 2 la 4 y la 5.

 El joven asiente ante la orden, se levanta del asiento para hacer lo que le pidió, él padre de Juan lo detuvo del brazo, lo  acechó con su mirada para intimidarlo.  

- Sin decir una palabra José, no creo que te convenga. Y menos si es orden del el dueño. Advirtió en  voz baja. 

 - No diré una palabra, respondió 

 - Así me gusta, dijo golpeando su hombro.Salió de la oficina, sacó su celular de su bolsillobde su pantalón, le marca a su hijo  - Te necesito aquí ya mismo. Dijo al abrirse la llamada del otro lado, corto la llamada de inmediato...

 

 

  

Amelia y Jhon se miraban a los ojos fijamente, la mirada penetrante de él hacía sentirle una sensación extraña en  su cuerpo, respondió esquiva 

- No lo creo señor 

El bajo su rostro y sonrió, ella dio un paso para dirigirse hacia la salida, pero él la tomó de la mano y la detuvo, fue un impulso de su parte 

- Espera, te invito a tomar un café. Por su forma de decirlo fue como si ella ya lo hubiera aceptado. 

Montenegro la tenía clara, no la dejaría irse.

Ella sonrío ante la invitación, se soltó de su agarre  y gira para verlo de frente, se mostraba imponente, pero la impotencia de él era más fuerte, la debilataba. 

 - ¿Porqué debería de aceptar un café con usted? ¿Lo conosco?, ¡No lo creo señor!, Dijo con ironía

 El sonrió ante tanta frialdad, le gustó su forma de escabullirse, de zafarse de él, de hablarle.

- Discúlpame si te eh hecho pensar otras cosas, no deberías de tenerme miedo por una invitación a la cafetería de este mismo lugar 

Amelia trago en seco 

 - ¿Y quién le dijo que le tengo miedo?, Discúlpeme usted si le eh demostrado tal desfachatez, respondió serena 

Jhon sonrió de lado, estrechó su mano 

 - Empezaré de cero señorita, Jhon Montenegro, se presentó.

ella correspondió, asintio en respuesta con una hermosa sonrisa

 - Luciana Ferrer. 

Montenegro estaba totalmente hipnotizado ante tanta belleza, su tono de voz era como de una mujer delicada pero nada delicada a la vez, eso imaginaba él.

 Ella irrumpe su pensamiento. 

 - Capuccino, me encanta el capuccino 

 Él asiente quitando sus lentes oscuros, la contempló con su mirada, hubo algo en ella que lo atrapó, Amelia se sintió bajo amenaza, y como no sentirse de tal manera con esa mirada azul, con rasgos de hombre extranjero que de extranjero no tenía nada, era muy varonil y eso la tenso, su corazón no podía calmar sus latidos, era imposible. Tenía una buena arma, su belleza. 

Jhon le hizo un  gesto con su mano  para que ella  siguiera hacia  la cafetería, Amelia caminaba por delante de él, mientras él la seguía, Montenegro contemplaba sus curvas, su gran trasero redondo lo tenia hechizado. Se imaginaba todo lo que le haría en su cama. 

Llegaron a la cafetería, como todo caballero abrió una de las  sillas para que ella tomara asiento. 

 Llegó una de las meseras 

 -  ¡Buenos días! ¿desean algo de tomar?   

 - Sí, Capuccino para la señorita y un café sin azucar para mi, Contestó él 

La mesera tomó apunte, la cafetería del aeropuerto  estaba casi sóla, no habían muchas personas alrededor, Amelia tenía su mirada perdida, estaba analizando lo que tenía pensado hacer. Notó un baño y ahí quedó.




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