Las dos caras de Amelia

Capitulo 26

Amelia suspiro, recogió su cabello y exhaló, sabía que si no salía su hermano entraría como fuera, cerró los ojos y se para en frente la puerta, tenía que enfrentarlo...

 - Lo lamento hermano yo no quería, dijo al salir de su habitación.

Joel la interrumpió 

 - ¡Cállate, cállate! ¿En que diablos pensabas Amelia?, ¿De verdad creiste que lo matarías en un aeropuerto?, ¡No puedo creerlo!, ¡Eres una ilusa si lo pensaste así!. Gritaba con ira.

No soporto tanto insulto de su parte y lo acechó 

 - ¿Qué mierda has hecho tú? ¡No has hecho nada! Te ha gustado la  vida que te ah dado él. Gritó sin pensar 

 Joel  dio tres zancadas y la bofeteo, ella se impresionó David se interpuso entre los dos 

 - ¡Ya basta!. Joel no era necesario que la golpearas.

 Ella lo fusilaba con su mirada 

- La vida que me ah dado, Me eh ensuciado mis putas manos de sangre por ese infeliz y eso es lo que tú me dices! Así me dirán cuando estemos bajo tierra. Expreso con ira. 

Tocaron la puerta, los tres hermanos se alertaron, David corrió hacia una mesa, saco dos armas que tenían escondidas, le lanzó una Amelia y Joel ya tenía su arma apuntando, se alejaron de la puerta para que Amelia abriera, lo hizo evasiva, ocultando su arma. Se miraron, y en posición de defensa, Joel le hizo seña para que abriera, al hacerlo se topa con un mensajero que tenía en sus manos un enorme arreglo de rosas Rojas. 

 - Buenas, ¿La srta Luciana Ferrer?, su respiracion eran como piedras no esperaba eso.

 Guardo su arma cubriendola con su blusa, Ellos bajaron guardia mientras escuchaban, Joel  sabía que iba pasar. 

 - Soy yo, sonrió forzosa. 

- Me firma aquí por favor. 

Firmo haciendo garabatos. El mensajero se fue al ella recibir el ramo. 

La mirada de Joel fue para incinerarla, se acercó a ella, tomo la tarjeta para leer en voz alta.

 - " La mejor manera de librarme de la tentación  es caer en ella " Jhon Montenegro.  Lanzo la tarjeta en su rostro - ¿Que me diran ahora? Mirandolos molesto –  ¡tienen que irse! 

David asintió pero su rostro entristecio, Amelia tragó en seco al ver la expresión de su hermano. 

 - ¡Me iré yo!, Se apresuró en decir.

 - ¿Que dijiste?, Dijo David sorprendido – ¡No! Amelia no vivira sola Joel  

Joel camino hacia una ventana que daba vista a la calle, apoyo sus manos y bajo su rostro, así estuvo por unos minutos.

 Ella miraba a David - Lo siento mucho hermano. Susurró, él le regalo una sonrisa...

 - Si tienes alguna amiga... Es mejor que te quedes con ella un tiempo, así no estarás sola, y no me sentiré preocupado. 

 - No hay problema si la tengo, respondió 

-  David no vendré más por ahora, mandaré a una persona de confianza que vigile, cualquier día de estos Jhon vendrá aquí y es mejor que Amelia no este, se giro para verlos – Tengo que irme, la miró a ella – Es mejor que te vallas ahora. Expreso seco.

 Salió sin decir una palabra...

 Amelia cerró sus ojos, hecho su cuello atrás  

 - Lo siento hermano, me deje llevar de..

 - No digas nada, interrumpió David, ven aquí, abrió sus manos para que ella se acercará.

 Bajo el arreglo de rosas dejándolo en la mesa y camino a los brazos de su hermano...

 - Recogeré algunas cosas, ire a casa de Sandra. 

Él Asintió  y le dio un beso en la frente. Ella entró a su habitación guardo algunas de sus pertenencias en un bolso, se colocó un abrigo que la cubría por completo, al ver a su hermano de pie en la ventana, sintió que su corazón se reprimió no pudo evitar contener las lágrimas, prefirió salir sin despedirse...

 

 

Sandra cubría su cuerpo con una cobija, mientras veía a Rafael brocharse su camisa. 

Él la miró 

- Eres hermosa, ¿Lo sabías?. 

 Ella sonrió, se levantó  dejando su desnudez a la vista de él.

- Me lo dices todo el tiempo 

 - Por favor cubrete, me tientas con solo verte así, sabes que soy débil ante ti. 

Sandra sonrió 

- Te amo Rafael, nunca lo olvides. Dijo sintiéndolo desde muy dentro. 

- Yo también te amo. Respondió, le regalo un beso corto apasionado – Ahora si me iré, cubrete. 

Sandra tomó una toalla para cubrirse, lo acompaño hasta la puerta. 

Desde ahí Pablo los observó, su sangre hirvio del odio que sintió  y más cuando vio la forma en la que se besaron. Rafael intentaba irse pero Sandra lo detenía para darle otro beso y otro y otro más...

 - Te amo Rafa. Dijo en voz alta 

El sonrió, encendió su moto y se fue. 

Ella se adentró, le coloco seguro a la puerta y se dirigió al baño, entró a la ducha. 

 Pablo intentaba entrar, pero no pudo, tocó el timbre. Sandra cerró la ducha, fruncio un poco el ceño 

 - ¿Que se le habrá olvidado? Salió envuelta en la toalla, descalza, completamente mojada, a sus pasós dejaba huellas de agua con la que se resbalaba 

Pablo al escuchar que le quitaban el seguro, empujó fuerte la puerta haciendo que Sandra gritara. Al estar dentro de la casa, la miraba con odio. Su vista viajó por todo su cuerpo al verla desnuda, ella se intimidó de esa mirada y dio pasos hacia tras, en un intento por correr a la cocina resbalo con la humedad, él aprovechó y se abalanzó a ella  haciendola perder el equilibrio, cayó al suelo, ella gateo hasta llegar a la cocina, en su intento por tomar un cuchillo ya Pablo estaba detrás de ella. La giró y golpeó su rostro haciendo una herida en su boca, la tomo fuerte del brazo, llevándola hasta el sofá, ahí la lanzó, se quito su camisa. 

- ¡No, Pablo no!. Gritó jadeante lloraba de la impotencia. 

 - Serás mía. A las buenas o a las malas serás mía Sandra.

 Abrió sus ojos al escuchar esas palabras, brinco del sofá, para intentar huir, la sorprendió con un tirón de cabello que la hizo caer, giró su cuerpo, valla sorpresa al verla descubierta, encimo su cuerpo pesado en el de ella para inmovilizarla, ella gritaba y lloraba tratando de que alguno de sus vecinos llegarán a su rescate.




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