Las dos caras de Amelia

Capitulo 27

— ¡Hey!. Gritó Zack.

Alejandra giró para ver que quería, ella gritó tapando su rostro.

Zack había salido del baño con la toalla en la mano secando su cabello, no le cubría nada, a medias tapaba su miembro.

— ¡Eres un imbécil! El planeta de los simios te quedo pequeño. Vocifero — ¡Vístete, vístete!. Gritaba eufórica.

— ¡Ya deja la alaraca!. Volteo los ojos en blanco, se acercó a la ventana observando la calle con unos binoculares.

Notó una camioneta blanca, misma que los siguió cuando salieron del aeropuerto.

— Eres de lo peorsito, repicó Alejandra

— ¡Shh!, ¡ya cállate!, ven y acercate.

Rio burlona

— ¡Ni lo pienses!. Contestó evasiva.

Él giró y la miro molesto

— ¿Que estás pensando bruja loca?, ¡Acercate tenemos compañía!. Dijo molesto

Alejandra fruncio el ceño, se acerco dudosa por su desnudez, él le señaló con un gesto hacia dónde mirar.

Toda esquiva dijo

— Podrías, tan solo cubrirte Zack, es incómodo. Dijo en voz baja

Zack tomo una toalla más grande y se cubrió.

Alejandra miró, quedó boquiabierta.

— ¡Te das cuenta bruja!. Gruñó

Alejandra lo miró con molestia

— Podrías ser más educado. Lo reprendio – Parece que solo tenemos dos hombres, susurro mirando detenidamente – Pues bien, no hay problema, ¡Yo lo arreglo!. Dijo convencida.

Zack arqueó una ceja y sonrió burlón

— ¡Ah sí! ¡Quiero verlo! Veamos porque eres la consentida de Jhon. Ella abrió su gran equipaje, saco todo lo que tenía — ¡Mujeres!. Bufó al ver todo lo que sacaba.

Alejandra volteó los ojos en blanco y se encerró en el baño. Mientras zack se colocaba una sudadera y un suéter que marcaba los músculos de sus brazos...

Amelia tocó varias veces la puerta de el apartamento donde vivían. David y Elisa se sorprendieron estaban tan excitados que estaban a punto de dar otro paso más íntimo.

El cargo a Elisa con sus fuertes brazos quitándola de su regazo y ella frunció el entrecejo

— ¿¡Que pasa Efraín!?. Pregunto exaltada

Saco el arma que había escondido debajo de unos de los cojines que decoraban el sofá, y ella abrió los ojos como platos

— ¿Que haces con eso? ¡Santo Dios Efraín!. Exclamó asustada

— ¡Shhh!, Abre la puerta con cuidado Elisa. Le dijo en tono de advertencia mientras apuntaba.

La chica estaba nerviosa, abrió con cautela, Amelia entró empujando la puerta y se extraño al ver que su hermano prácticamente le apuntaba.

— ¿Que pasa?. Pregunto Amelia

— ¡Por Dios Luciana eres tú! Exclamó Elisa — ¡De veras Efraín te pasas!. ¿Que haces con un arma? ¡Qué susto me diste!

Ambos se miraron.

— ¿Que haces con eso?. Lo reprendio Amelia.

— Si Efraín ¿Que haces con eso?. Inquirio Elisa molesta.

— ¡Es de salva!. Respondió

— ¿De salva?. Pregunto confundida.

— Si, no lastiman.

Amelia los miró, quito su abrigo y camino hacia el sofá.

— ¿Que hacian ustedes dos aquí? Pregunto Amelia mirándolos con extrañes

Elisa se sonrojo, titubeó al responder

— Vine, a buscarte, daba pasos hacia la puerta – Pero ya me voy, te espero, tenemos que hablar.

Salió apresurada, Amelia sonrió al ver como actuaba.

— Interrumpí algo muy bueno ¿No Efraín?, Dijo en tono burlón.

Se quitó los zapatos, él notó algo en su hermana

— ¡No empieces!, extendió su mano para que ella la tomara y sentarse a su lado – ¿Que pasó? ¿Porque te devolviste?. Pregunto mirándola fijamente.

Ella bajó la mirada...

Suspiro profundo y exhaló al recordar lo que había pasado se echó a llorar

— Sandra está muerta hermano.

David se impresionó...

— ¿Que dijiste Amelia?

— La violó un supuesto novio que tenía y el muy infeliz la mató. Su mirada se volvió vidriosa.

— ¡Es grave lo que dices!. Amelia se apoyo en su hombro – ¿Sabes quién lo hizo o hay algún testigo?

Amelia tragó en seco, guardo silencio...

— Yo soy la testigo.

Su hermano se impresionó al escucharla, se puso en pie para digerir sus palabras...

— Esto es grave Amelia, es muy grave, dijo caminando de un lado a otro.

— Y también soy su asesina, yo, lo maté. Mates dos hombres.

Él se detuvo, se giro para verla..., su mirada era detonadora al igual que sus gritos y su ira.

— ¡Que diablos tienes en la cabeza! ¡Soy el último en enterarme Amelia! ¿¡Así es que quieres que te proteja!?, ¡Mira el problema en el que estamos!, ¡Mataste a dos hombres! ¿Cómo diablos le hiciste para convencer a Elisa y verte con Montenegro? ¡Estamos bajo las cejas de Jhon! ¡Y ahora estarás bajo la nariz de los policías!. ¡Esto es grave Amelia muy grave!. Vete, quédate con Elisa. ¡Y no salgas de ahí!... Le ordenó

Amelia limpio sus lágrimas y se levantó del sofá

— Tú no David, dijo en un tono de voz debil

Él nego

— Necesito hablar con Joel Amelia, vete. Tienes que esconderte. Dijo dándole la espalda.

Amelia cerró los ojos, su hermano estaba siendo frío y duro con ella. Lo miró por unos segundos antes de salir....

David al sentir que la puerta cerró, apretó los puños.

— Carajo Amelia, se quejó...

Alejandra salio del baño, sonrió al ver a Zack limpiando su arma, sacudió su cabello y carraspeó su garganta para llamar su atención.

Él se giro para verla, arqueo una ceja e hizo una mueca en su boca.

Alejandra posó, colocó sus manos en su cintura.

— ¿Como me veo?

— Cómo una putica bien plantada, respondió irónicamente

Alejandra volteó los ojos en blanco

— Que vocabulario el tuyo, me pregunto de dónde sacaste esas palabras, para ser un extranjero hablas muy...

— Grotesco, interrumpió Zack divertido

— Horrible, hablas horrible, no entiendo cómo Jhon puede andar con un tipo como tú, vocifero.

Zack rio divertido.

— Para que veas que no eres la única, la tomo del brazo – Haber anda, quiero ver cómo es que trabajas, dijo al tiempo que la sacaba de la habitación.




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