Las dos caras de Amelia

Capitulo 28

 César bajó del auto, miró su Bar antes de entrar 

– Todo está bien en lo que cabe señor, dijo Hernesto. 

– Quiero que me cuentes todo, ¿Que has sabido de Víctor? Preguntó al tiempo que daba pasos a la entrada del Bar...                   

– Salgan todos. Ordenó Hernesto a los trabajadores – Esto se está más complicando señor, vine porque usted me lo exigió, tuve una emergencia familiar, aparte de que esta situación aún la tengo bajo   control. 

– Es tu trabajo, para eso eso te pagó, dijo cortante – ¿Que problema tienes? 

El rostro de Hernesto cambió  

– Mataron a mi hijo. 

Cesár se sorprendió, dabas pasos recorriendo su Bar 

– ¿Mataron a Pablo?, ¿Ya sabes que pasó?, El asíntio en respuesta – ¡Haber habla, no te quedes callado!, vocifero 

– Mi hijo abuso de su novia 

César río irónico 

– ¿Abusó?, ¡No entiendo que tienen en la cabeza los hombre hoy en día!, Discúlpame Hernesto, pero tantas mujeres que te darían placer por dos pesos  y tu hijo se hecho la soga al cuello y todo por un culito ¡Que estupidez! 

– Ese no es sólo el problema, al parecer hubo una tercera persona. 

– No te preocupes, trataré de ayudarte, buscaremos a la persona que mató a tu hijo, ahora hablame de mi Bar , ¿La policía tiene algo?                  

 El negó 

– Aún no tienen nada, aseguró 

– Muy bien, necesito el verdadero vídeo quiero a la mujer que aparece ahí, tengo un amigo que me puede  ayudar.  

–Tengo todos sus datos señor, se llama Luciana Ferrer vive con su hermano Efraín Ferrer y trabaja en un restaurante donde casualmente trabajaba  la novia de mi hijo, lugar  que Víctor frecuentaba. 

César enarco una  ceja                                             

 – Exelente trabajo ¿La policía tendrá más información?                                                  

 – No lo sé señor, de lo que si estoy seguro es que los tendremos aquí. 

César  echo su cuello atrás.

 – ¡Que mamera lidiar con esta gente! ¡Pues bien!. Limpiemos este lugar de pruebas. Ordenó 

 – Ya me encargue de eso señor, no hay nada que nos comprometa 

– Llévame con Víctor, pero antes necesito hablar con los empleados, reunelos a todos, ordenó.

Hernesto asintió, salió a las afueras y llamo a todos – El jefe va hablar con todos ustedes, entren. 

Solo faltaba Elisa.  

Todos entraron al bar, César los miraba grabándose sus rostros. 

– ¿Están todos? Preguntó 

 – Si señor, sólo faltó Elisa, la chica que tuvo el problema con Víctor 

– ¡Este imbécil no sabe hacer nada!, Bufó...

Ellos notaban con rareza la actitud de su jefe el dueño de él famoso Bar Ruta 44. 

Carraspeo su garganta para llamar su atención ya que ellos murmuraban por  su forma de mirarlos era como si estuviera escrudriñandolos con sus hermosos ojos verdes.

 – Aquí hubo un incidente donde estuvo involucrado un empleado mío de confianza, no se si era buen jefe con ustedes. 

Una de las chicas interrumpió. 

 – Claro, aunque en ocasiones era como depravado. Dijo sin tapujos a lo que las otras niñas apoyaron su comentario.

Alzó una ceja y fruncio su ceño 

– Quiero que omitan esa parte, porque no quiero que los clientes se alejen por los rumores que se vallan a escuchar ya que la policía investigará y los llamará para hacer preguntas, a ustedes no les conviene que baje de categoría este Bar ¿O sí?  

De inmediato lo apoyaron, no les convenía quedarse sin empleo, tenían un buen pago. 

Cesar sabía que tenían entradas de dinero muy buenas en ese Bar, y más a costa de las chicas que trabajaban para él, aunque su negocio sucio no era ese, el otro consistía   en  buscar niñas vírgenes y venderlas, las enviaban a  otros países en grandes embarcaciones las drogaban y las maltrataban, era toda una mafia que el construyó junto con otras personas. César era un hombre  fetichista, no le importaba el sufriento de las familias, las subastaban al mejor comprador. 

El bar también funcionaba como un lugar para que los  hombres disfrutaran  de una hermosa chica joven  y placentera. Esa era la intención que quería hacer en el  lugar que compartía en  sociedad con su amigo Jhon aunque este no es partícipe de estos...

 

 – ¡Muy bien! entonces a cuidar sus palabras y les deseo buena suerte, que ganen mucho dinero, todas son hermosas. 

Pareció extraño pero a sus trabajadores les gustó sus palabras, aplaudieron, silbaron y gritaron emocionados, César los apoyo haciendo lo mismo 

 – ¡A trabajar que la noche está por llegar!, Dijo en voz alta. Se dirigió al padre de Pablo – Hernesto creo que necesitamos otra chica, si la joven que faltó decide no regresar busca su reemplazo. Hernesto asíntio en respuesta – Estaré en mi oficina... 

 

 

Elisa miraba a Amelia con intriga 

– ¿Hay algo que tenga que saber Lucy?.  Preguntó achinando los ojos 

 Amelia negó 

 – No, no pasa nada 

– Es que te noto extraña 

– No me pasa nada, todo está bien, mejor aprovechemos la mañana y acompáñame a dar mi declaración. 

Ocultaba su preocupación.

Elisa se levantó del sofá, recogió su cabello 

– ¡Pues bien! vallamos, ya Juan se fue a la escuela. Salgamos de una buena vez de  esta situación es... 

– Irritante. La interrumpió 

Elisa parpadeo 

– No iba a decir eso, pero bueno que más da, Larguemosno de esta mierda...

 

 

Jiménez la miraba con intriga no sacaba de su cabeza la manera en la que esa chica defendió a su amiga.

Ángel estaba sentado frente a ella no podía dejar de mirarla, era inevitable.

 – Quiero saber todo lo que usted vio señorita Ferrer, siento la necesidad de sacarla de esta situación. La miraba fijamente a sus ojos color miel, eran algo cautivantes, estaba hechizado por esa mujer. 

Ella apoyó sus codos en la mesa se inclinó un poco hacia delante, lo miro a los ojos, sintió una extraña sensación.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.