Terminaba de lavar las mantas que habríamos de usar para la cena de esta noche, a cada familia le tocaba apoyar con algo, a mis abuelos la leña para el fogón, otros alimentos, y otros más algún animal a sacrificar, las mantas debíamos de usarlas cubriendo nuestro rostro quiénes éramos menores de edad y teníamos prohibido mirar a los ojos al supremo, nuestro patriarca el más viejo y por lo tanto el más sabio o eso decían los mayores, desde que vi a mi tía Constance en el bosque recibía cada noche una canasta llena de galletas y dulces que solo los compartía a escondidas con mi mejor amiga Greta ni siquiera a Jack le dije de esos regalos y no podría al fin de cuentas mi tía fue expulsada del pueblo por ser una bruja y eso estaba prohibido en este lugar, no entendía porque tanto misterio
- Hola Amelia, ¿lista para esta noche?- Greta
- Hola Greta, creo que sí, aunque, prefiero seguir mirando esa luz en el cielo, me recuerda a mama- responde
- Lo sé, es hermosa verdad, jamás había visto una de esas y es preciosa, no entiendo porque se molestan cuando escuchan hablar de ella- Greta
- No lo sé, según los diarios de mi mama, dicen que esa luz viene a traer paz a este mundo, deberían de estar felices, por cierto ¿no le habrás contado a alguien de las galletas y los dulces?- Amelia
- Por supuesto que no, es nuestro secreto, además están deliciosas, ¿tendrás más?- Greta
- Si, aun me quedan algunas, vamos- Amelia corre a su casa junto con Greta para entregarle algunas mas
Desde el enorme ventanal, en la cima de la colina esa enorme casa color negro unos ojos rojos miran fijamente todo el pueblo, la mesa esta lista, preparada con los mejores manjares y a la espera de su cordero para iniciar la cena
- maestro, maestro, ya no apareció la luz ¿cierto?- una voz lo distrae
- no, mis conjuros siempre funcionan- responde
- Lo sé, por cierto, dicen que vieron a un lobo color blanco a las afueras del pueblo y una mujer a un lado de él y- cae de espaldas su cuello es oprimido el aire sale pero no entra - ma..estro, no pue... no puedo respirar- jadea
- ¿Quien rayos vio a esa mujer? ¿Como se atrevió a acercarse al pueblo de nuevo? ¿Porque no me lo dijiste antes?- Lo lanza por los aires, cae sobre unos bloques de madera
- lo lamento mi señor, me acaban de informar los vigilantes, dicen que la vieron el mismo día en que Jack cortaba la leña- responde
- Ese mocoso y su estúpida hermana, espero que no me den problemas o terminaran igual que sus padres- dice
- mi señor-
- ¿Que?- grita
- ahí vienen, ya traen las antorchas- señala hacia a fuera.
- perfecto, muero de ganas por comer- cierra las cortinas negras y enciende sus velas, para la entrada del cordero
Entrabamos a la enorme mansión oscura de esa enorme colina de sal color negro como eran conocidas, Greta trataba de no hacer ruido por una galleta que comimos antes de venir aquí y yo no quería que olieran ese delicioso olor de Chocolate y nuez que traía en mi aliento, cubrimos nuestros rostro por fortuna y entramos al gran salón solo las mujeres y los más ancianos los un poco mas fuertes iban a otra parte siempre era así año tras año aunque no sabíamos que era exactamente la noche del cordero, solo sabíamos que, reaccione abrí los ojos, los reales, corrí a las cortinas negras entre las personas y las abrí, desde afuera se escuchan gritos era la primera vez que eso ocurría o era la primera vez que ponía intención.
- La cena está servida, acompáñenme al gran comedor- dijo ese sirviente
Caminamos en silencio y así nos sentamos en nuestro lugar, la mesa estaba servida pero algo ese extraño sentimiento de que algo no anda bien estaba erizándome toda la piel y me decía que no comiera nada que teníamos frente a nosotros, por fortuna Greta estaba a un lado de mi gire para tratar de decirle que no comiera nada pero no fue necesario ella, por su mirada que ella también tenia esa sensación de temor, tragamos saliva y aun que nos sirvieron los platos repletos de alimentos no probamos nada, fingíamos hacerlo pero no comíamos solo envolvíamos, todos los demás estaban felices comiendo
- Perdone pero ¿Que es la noche del Cordero? ¿Que celebramos?- pregunte y el silencio se hizo presente nadie más continuaba comiendo - Me dijeron de niña, algún día me lo dirían así que, creo que ya es tiempo- dije
- Niña no seas grosera- el mismo extraño sirviente
- No, no, está bien, mira Amelia es simplemente una celebración de compartir, una cena donde todo el pueblo convive y celebra la abundancia y el cordero es eso, la carne que están disfrutando- dijo
- ¿Donde está Jack? ¿Mi hermano? entro con nosotros y ahora no está- ínsita
- Creo que ese el cordero- Greta
Y al fin lo vi real como es en verdad, me puse de pie al igual que ella las personas tenían rostros deformes y sobre la mesa había gusanos en los alimentos, el cordero es el sacrificio de un ser humano, el año pasado desapareció André un pastor amigo de mi hermano y hoy desapareció Jack, eso quería decir que este año comimos a André y el siguiente a mi hermano, no, no lo podía permitir
- ¡JACK! ¡JACK!- grite unas manos me sujetaron mientras ese hombre sonreía macabro
- SAL JACK, ¿DONDE ESTAS?, Suelten a mi amiga, no la toquen, no la- y caímos encima de dos personas más arrastrando las cortinas negras y dejando entrar una luz brillante que ilumino todo el comedor.
- ¿Que esa luz?-
- No es la misma que ha aparecido-
- No, es más grande-
- Y más brillante-
Comenzaron a decir algunos de los aldeanos, trataba de ponerme en pie ayudada por Greta
- ¿Que cosa es esa luz?- Greta
- No lo sé- respondí
- Es la luna- escuche la voz de Jack tras de mí y gire abrazarlo al igual que Greta
- Apareció la luna otra vez, como la profecía lo dijo- giramos a ver a Samantha una chica de nuestra edad que vivía con su padre, abuelo y dos hermanos pequeños
- ¿La profecía? ¿Que profecía?- Greta
Cuando la primera Luna aparezca en el firmamento, la segunda destruirá la oscuridad, y el Rey de Reyes regresara-
- No, no debe pasar de nuevo- ese hombre camino a zancadas alejándose de nosotros hasta la entrada alzo sus manos y antes de que dijera algo los errantes aparecieron de nuevo caminando por el sendero a las afueras del pueblo
- Si, si la profecía se está cumpliendo al fin la- un destello cayo de pronto a Samantha ese hombre la convirtió el piedra, hicimos un silencio y después fue el caos
- Hay que irnos ahora- corrimos hasta nuestros hogares aterrados nuestro patriarca, el protector y benefactor de la aldea, nuestro guía era en realidad un monstruo capaz de destruir y matar
- Si es eso cierto, ¿la noche del cordero?- en casa pregunto Greta, asustada igual que su familia nos resguardamos en sótano de nuestra casa.
- Si,- comenzó Jack - quería gritarles que no comieran nada pero me era imposible, hasta que, bueno, comenzaste a cuestionar eso distrajo al carcelero, ese extraño sirviente y logre salir, era mi turno de ser el siguiente cordero, el alimento de ustedes el siguiente año- Finalizo
- Aun no se ha ido la luna- dije mirando hacia arriba por una rendija - Necesito saber más de esa profecía- dije
- Tu tía ¿sabrá algo?- Greta
- Tal vez, iré mañana a preguntarle o antes- y señale, estaban colocando cercas o algo alrededor del pueblo - piensan encerrarnos- Amelia
- Entonces hay que irnos ahora- Jack tomando la mano de Greta y la mía - listas, hay que correr-