Capítulo 1.

Ya habían pasado tres años aquí, se podía decir que no me había ido tan mal en los veranos había logrado conocer personas amigables u otras que daban pena más que otra cosa, todo debido a su gran comportamiento. ¿Qué si había logrado mi objetivo? Si, así es pero era algo molesto a veces ¿quién diría que esto lo que desean muchos en realidad molesta tanto?

Había logrado hacer felices a mis padres con entrar al equipo de fútbol, ellos no faltaban ni un solo partido era como si fuera el hijo que no tuvieron con Bernice y parecía caerles bien el hecho que viviera fingiendo aunque mi padre estos últimos meses había comenzado a actuar extraño, y extraño me refiero a que me preguntaba seguidamente que si era feliz.

—Evan, vino a verte Nalia —me anuncia mi mamá abriendo la puerta y yo simplemente asiento.

Al momento que ella se va, dejo mis apuntes en mi escritorio y bajo viendo a Nalia, ella; cuando comencé en el instituto me había declarado su amor pero al final resulto que nos volvimos mejores amigos pero ella no se juntaba conmigo en el instituto decía y dice que las personas con las que me las paso eran estúpidas y sin cerebro.

—Pequeña monstruo.

—Hola, idiota con cerebro y amigos sin el.

Comencé a reír sin más al escuchar como hablaba de mis amigos para acercarla y así poder abrazarla; dejándola pasar, ella siempre me preguntaba cosas como: ¿cómo aguantaba a mis amigos? según yo era bastante fácil, solo debo fingir ser un inútil mujeriego o tal vez ya lo soy.

—Vamos a mi habitación y ya deja de mencionarlos —tomo su mano para ir a la antes mencionada.

Apenas llegamos,ella se tiró sobre la cama y yo por otro lado me senté en la silla del escritorio pero cerca de la ventana mirando de vez en cuando a través de esta.

—¿Vigilando a Cielo, Evan? —me lanza una almohada a la cara haciéndome reír para devolverle aquel "gentil" gesto.

—Oye respeta a tus mayores. Además yo no la estoy vigilando.

—Si claro, puedo fingir que no haces eso si te sientes más cómodo con ello ¿sí?

—De todas maneras no ayudaste con decir eso.

Un suspiro se escapó de mis labios, a pesar de haber logrado toda la simpatía con las personas del instituto con ella era diferente ya que apenas me acercaba comenzaba a sudar, a tartamudear y a raíz de eso prefiero mantenerme alejado, además de que ella es casi imposible encontrársela en algunos lados debido a que ella no daba muchas señales de salir.

Según Nalia, suele ir a la biblioteca a ayudar a su madre a veces y los demás se la pasa en su casa o cualquier otro lugar, y si, Nalia era su amiga tal vez no de las mejores pero si se encontraba en su mismo grupo social del instituto además a través de ella obtuve su nombre y luego el mismo día: de mis padres.

—¿Por qué no te acercas a ella y ya?

—Claro, es muy fácil decirlo ¿Por qué no intentas acercarte a Cody? si no tienes tanto miedo—me cruce de brazos mientras levantaba una ceja para mirarla.

—Es diferente, uno, soy de las que no habla porque no me gusta y él es de tu grupo de idiotas pero sé que no es un idiota por la clase de teatro y es tan... —un suspiro se escapó de sus labios y luego movió la cabeza a los lados—. En fin que eres Evan Tanner, el gran Evan Tanner que toda chica cae con algunas palabras.

—Y tú eres Nalia Brooks; una chica asombrosa y fantástica que debería ir y hablar con Cody... aunque, si es un idiota, algo —hago una seña con mis dedos mientras rió para mirar una vez por la ventana.

—Bueno, algo idiota como todas las personas en este planeta ¿Lo sabes, no?

Lo último que oí por su parte fue una risa y sin más se acercó a mi besando mi mejilla al mismo que tomaba los apuntes que estaba haciendo antes de que llegará comenzando a fotografiar estos, y yo aún perdido en esa ventana mirando la suya como si ella fuera a salir en algún momento, lo que realmente deseaba pero sabía que no iba a hacer debido a la hora.

—Hagamos algo.

—¿Cómo qué? ¿Salir desnudos en internet para llamar la atención? ¿O comer algo podrido que haga que nuestros gases huelan mal y tu mamá nos revise?

—Pienso algo...

—¡Ya se! Leer un libro de rituales satánicos en frente de mis padres para que no te quieran volver a ver jamás, y así tengo excusas para no ir a la iglesia los domingos.

Sí, me había interrumpido, algo típico de Nalia nunca me dejaba hablar. Me levanté y la tomé de la mano tirándola en la cama para intentarla ahogar con la almohada más cercana.

—Monstruo, escucha y cierra la boca.

—¡Bien, bien, bien! —le quite la almohada y la deje a un lado dejando que se sentará— ¿Qué tienes en mente?

—¿Qué tal si me ayudas con Cielo? Y así me ayudas a superar mi miedo si tanto me amas y tu con Cody, rara.

—¿Recuerdas que ya lo intente? y casi te orinas el pantalón el año pasado diciéndole unas palabras para tan solo invitarla al baile de bienvenida.

—Está vez si será en serio, deseo hablar con ella. Ya casi comenzamos el último año y quiero, ya sabes hablar con ella porque así me puedo librar de Amy y no solo eso podré vencer mi miedo así ella me preste o no atención.

—Pobre de Amy, ella de verdad te quiere comer vivo.

—Lo sé, lo peor es que en una fiesta casi la deje pero estaba algo ebrio y le intente explicar, pero, fue inútil cree que tenemos algo.

—¿Y cuándo pensabas contarme eso?

—Cuando vinieras y mírate, estas aquí sentada en mi cama, el momento ideal —saque mi celular y comencé a mostrarle el chat con Amy.

El cual consistía en tenemos algo especial, no puedo creerlo, tengo algo con Evan Tanner en mayúsculas y mientras tanto yo se lo intentaba hasta por nota de voz pero ella respondía de igual forma pero con gritos emocionada ¿de qué? No lo sé bien, creo.

—En ese caso, ven, debemos comenzar a organizar tu salida.

—¿A dónde vamos?

—A comer algo, tengo hambre.

Me quede un momento mirándola y asiento estando de acuerdo con ella, para tomar mi chaqueta colocándomela para ir detrás de ella ya que había salido de la habitación, y conociéndola ella ya estaba casi en la puerta.