No podía decir que mucho de mi día había cambiado tal vez el hecho de que Cody ha estado evitándome, y lo he estado notando así él lo quiera disimular ¿no decir nada en el auto? ¿Esquivarme en los pasillos? ¿No sentarnos a lado en las clases avanzadas de literatura? Si, ese definitivamente no era Cody.
A veces me miraba y podía sentirlo pero lo que no pude evitar notar fue su presencia en la hora del entrenamiento, no se encontraba y digamos que una de las cosas más importante para Cody a parte del teatro era el fútbol decía que esa era la parte en la que podía gritar y nadie lo escuchaba.
—Algo raro tiene Cody desde ayer ¿No les ha dicho nada? —pregunta Jason mientras entrenábamos de un lado a otro con ejercicios de velocidad.
—De hecho, no, me ha estado evitando desde la fiesta desde hace unos dos días, así que no tengo información.
—Es extraño, sabes, Cody te tiene más confianza a ti que a nosotros —esta vez habla Jared mientras se detenía unos segundos— y por lo visto creo que te ha robado a la novia, Evan, tal vez sea por eso.
Me detuve junto a él mientras lo seguía con la mirada y estaba abrazado a Nalia, tan solo ignoraba los comentarios de los chicos sobre Nalia mayormente. Esta vez ambos se venían tranquilo y tan solo para mí; me alegre por Nalia había conseguido algo que quería desde que entró en el club de teatro, estar con él y lo podía saber por su rostro.
—¿Qué puedes decir tú, Jared? Es posible que Mark Johnson te haya robado a tu querida Rose —todos nosotros comenzamos a reír ante las palabras de Jason, tan solo era una broma se podía a notar a kilómetros.
—Que bien que él sepa como tomar las migajas con rapidez, creo que es su estilo aunque el tuyo también ¿No, Jason?
En ese momento Jason se quedó sin ninguna expresión en su rostro, y podía decirse que aquello era verdad de cierta forma; la excelencia de novia que tiene Jason es totalmente una de la más nombrada en chismes del instituto y era sencilla la razón; un novio no es un obstáculo si no hay sentimientos y para ella Jason era como un simple accesorio y para él, ella lo era todo.
Era algo que a veces no entendía muy bien; el amor te atrapa, te consume y te hace prisionero, maneja su tiempo sin que tú puedas opinar y te ignora cuando tu intentas hablar para entenderlo, pero existe algo que podemos notar, y es cuando el amor ya no es amor, es droga porque quien dice que el amor es como una droga está equivocado el amor es una sustancia de la cual no tiene etiqueta y la droga tan solo es el daño con el que suelen comparar el amor pero... puedes esquivar la droga mientras que el amor, ni con los mejores movimientos puedes hacerlo.
—Bueno, chicos. Nos vemos mañana como saben estamos comenzando y por suerte tenemos el primer partido el viernes de la próxima semana y espero que asistan todos mañana, alguien recuérdele a Cody que necesita jugar —habló el entrenador luego de haber silbado el silbato deteniendo el entrenamiento.
Todos nosotros tan solo asentimos y nos fuimos a las duchas, la mía fue algo duradera debido a aquellos pensamientos sobre la sustancia antes nombrada, más el partido del viernes se encontraban entreteniéndome, mientras todos los chicos pasaban a mi lado despidiéndose para ir a vestirse e irse, yo seguía ahí abajo hasta recordar que día era; Lunes.
Rápidamente me coloque la toalla en la cadera y corrí prácticamente a mi casillero para comenzar a vestirme sin siquiera haberme secado bien.
—¿Qué sucede, Tanner? ¿Viste algo que te asusto allá? Porque te puedo asegurar que yo asusto —dijo Jared mientras todos comenzaba a reír y sin poder evitarlo yo igual.
—Tengo una tutora ahora y necesito llegar a mi casa para buscar uno de los libros y ya casi son las cinco, así que.
—Buena suerte con esa chica.
Escuche diferente gritos por parte de todos mientras salía a la vez que reía y cuando llegué al estacionamiento, me subí a mi auto; me subí tirando todo a la parte trasera para comenzar a manejar a mi dulce morada escuchando un poco de David Bowie.
Ya eran casi las cinco pero tampoco iba a durar mucho, calculando el tiempo en que simplemente entré a mi casa, tomé mi libro y una manzana debido a la reciente hambre que tenía, tan solo habían pasado diez minutos y ya estaba de nuevo conduciendo al café.
Cielo nunca estaba en su casa en las tardes, la razón es sencilla debido a que se la pasaba en el club de teatro o en la biblioteca ayudando a su madre, y ellos solían tener reuniones las tardes algunos lunes, martes, miércoles y viernes, lo sé, que dulce es tener una espía en ese grupo.
Estacioné mi auto y bajé para entrar a la cafetería sentándome en la barra en vez de una mesa, me gustaba más y una razón estúpida era por simplemente los taburetes, eran altos y cómodos comparados con las sillas.
—¿Se le ofrece algo?
—Sí, cinco galletas de chispas de chocolates, una malteada de fresa y... un brownie con helado de banana —cerré la carta del menú dejándolo en el mismo lugar y la mujer se fue.
Cuando dije que tenía hambre, es que tenía hambre y esto lo recompensaba totalmente, aunque si estuviera mi madre aquí de seguro me pegaría.
—Vaya, que apetito traes, Evan —sonreí al escuchar su voz, y si, era ella cuando me volteé.
Su cabello castaño, sus ojos azules y su tez de porcelana era algo que no podía ver en ninguna chica, era como si ella fuera totalmente única para mí ¿lo malo? Que no lo era totalmente para mí, sus ojos no ven a los míos como yo veo los suyos, sus labios no desean los míos; tanta diferencia entre tan solo alguno sentimientos.
—Siempre traigo un gran apetito, es una de mis cosas favoritas; comer.
—¿Qué te gustaría estudiar, Evan?
En ese momento tan solo me quedé callado, tal vez lo sabía pero era una respuesta que sin duda era bastante difícil de contestar. El simple hecho de que mi corazón deseaba la literatura pero en mi cabeza no era lo correcto, eso era; medicina, justo lo que mis padres piensan correcto también.