A I L E E N
—Mea en el puto test, Aileen—espetó con furia la rubia.
— No puedo mear si me miras así, joder—me sincero yo con miedo.
— Que mees te digo—vuelve a ordenarme con fuerza.
— Que no, no sale—le insisto.
— ¿Te leo las instrucciones que hay en mi bebé y yo sobre los tests de embarazo? —hace una pausa burlona—Pues claro que quieres que te las lea: Se trata de dejar caer durante pocos segundos el chorro de orina en la tira contenida en el envase, o de sumergir la tira en un recipiente con orina. Un minuto después, las rayitas de control indicarán si se ha efectuado correctamente, mientras que 3-4 minutos después, indicarán si el test es positivo o negativo—de nuevo pausa con dramatismo mirándome con esos ojos redondos que ahora parecen afilados de mala manera—No pipi, no prueba. Sorpresón venir nueve meses, decir hola mamá—añade usando los verbos sin conjugar, eso significaba que ya había rozado el límite de su paciencia. La conocía tan bien, sus capacidades y su poder, que sabía que no me gustaría estar en mi lugar. Pero por desgracia no puedo abandonar mi cuerpo ni mi suerte, de haber podido lo habría hecho hace tiempo.
—Meo, meo— afirmo temblorosa.
— ¿Cómo ha pasado?— pregunta ella caminando de un lado a otro como si no estuviéramos en medio de un cuchitril que hacían llamar baño de mujeres, si ese era el baño de mujeres no quería ver el de hombres.
— No lo sé, pero juro que estaba emocionada con el viaje a Londres, es final de curso, el año que viene la U-— ella me fulmina con la mirada, al parecer no le había gustado mi respuesta.
— ¡Mea!— me ordena de nuevo.
Vuelvo apretar todo lo que puedo y la miro con miedo esperando que continúe con su lectura.
—No me sale cuando me estreso— susurro en un hilo de voz.
— Mea ya, en el grupo de whatsapp de clase dicen que ya volvemos a Bermen— afirma ella ahora sin mirarme, prefiere mirar las baldosas. Repugnantes y asquerosas, parecía que una rata fuera a salir en cualquier momento de cualquier lado de esa caja de zapatos.
— Ni yo se como ha pasado lo juro. Él estaba cansado, yo estaba chof después de la semana de exámenes finales, bebimos y sucedió…—confieso esperando que estalle en ira pero no sucede.
Mi mejor amiga se para en frente mío, yo trago saliva con fuerza, mis ojos se vuelven poco después redondos al sentir por primera vez el chorro de pis saliendo.
—¡Aleluya!— grita ella eufórica— Por fin meas. El autocar se va ir sin nosotras. Has disimulado bien con que los vómitos eran por tu supuesto estomago sensible, cualquiera que te conoce sabe perfectamente que eres capaz de comerte incluso comida caducada sin despeinarte— añade mirándome, el chorro sigue sonando mientras yo me mantengo neutral.
Pronto cuando empiezan a caer las últimas gotas nos miramos a los ojos y soltamos una carcajada limpia mientras aguanto el test.
—¿¡Cómo nos has hecho eso estúpida!?— grita ella intentando sonar enfadada aún así sin borrar la sonrisa de su rostro.
— Ni yo se como lo he hecho. He perdido la virginidad con una estrella del pop mundialmente famosa y todo ha sido por tu culpa— hago una pausa mientras me empiezo a limpiar para finalmente subirme las bragas, ella me mira con la boca abierta pero es incapaz de hablar—Ahora si me quedo embarazada…—Malena me interrumpe con el ceño fruncido.
—No vamos a abortarlo, ¿cierto?— pregunta hablando en plural como siempre hacíamos cuando una de las dos la cagaba más de la cuenta.
Yo la miro tomando aire con fuerza.
— No.
— Está bien, te apoyo igual, no es así como había imaginado que saldrían mis sobrinos, pero al menos sabemos que saldrá guapo o guapa por los genes del padre, si no quiere hacerse cargo, ese regalo que le ha hecho a su hijo— afirma ella, vuelve a bajar la cabeza al suelo y a caminar de un lado a otro y se que habla más para ella que para mi— Puedo hablar con Byron… Él cantará la dirección de la casa de Saywer, es su mejor amigo de la infancia— añade finalmente, todo el rostro se le ilumina.
Yo trago saliva con fuerza sabiendo que mi madre probablemente me matará o pedirá que lo mate o tal vez nos mate a ambos, incluso a los tres si consigue encontrar a Sawyer.
— El problema es mi madre…— susurro yo finalmente frente a ella mientras miro la prueba de embarazo de reojo— Ella no me dejaría tenerlo, ella quiere que vaya a la Universidad, y que me den la beca como siempre, quiere el dinero—añado seria.
—Ese dinero es tu dinero, que arrime el hombro, y ese niño o niña está en tu cuerpo, no hagas nada de lo que no te sientas cómoda, ya sabes que yo estoy aquí contigo en las malas y en las peores, saldremos de esta. Primero díselo a Sawyer, él tiene veinte y un años sabrá que hacer— añade.
— Mira el resultado tu, no puedo— afirmo con fuerza sin poder camuflar mi nerviosismo.
Ella asiente tomando aire con fuerza por la expresión que se le forma en el rostro se que las únicas esperanzas de que fuera gastroenteritis o algún cáncer terminal se disipan. Nos miramos serias durante unos segundos sabiendo que lo que iba a venir sería una de las etapas más complejas de nuestra existencia y que a pesar de ello, Malena, la loca fangirl con aires autoritarios iba a permanecer a mi lado exactamente de la misma manera que lo habría hecho yo. Definitivamente iba a ser madre.
Tomo la prueba y la hoja de instrucciones, un señor llamando a la puerta hace que ambas nos alertemos, busquemos nuestras maletas y salgamos corriendo en busca de nuestros compañeros de clase para volver a Bremen y así iniciar el último verano antes del primer año de Universidad. Sentía mil emociones y ninguna me alentaba buen final, eran una combinación de miedo, dolor, adrenalina y tal vez una pizca, diminuta, de felicidad. Pero esa última sensación la guardaba aparte, no quería que me cegara los ojos ante el desastre que se había abierto frente a mi sin que pueda hacer o decir nada para cambiarlo.
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Editado: 07.04.2023