A I L E E N
El sonido insistente del timbre hace que vaya corriendo a la puerta, no eran horas. En mi trayectoria me encuentro a la abuela de Sawyer, me mira con la misma cara de pocos amigos que probablemente se había apoderado de mi rostro para finalmente bostezar y cerrar la puerta de su habitación de un portazo.
Continuo caminando hacia la entrada, finalmente tomo las llaves de la entrada y abro la puerta encontrándome a un Sawyer totalmente borracho, ni siquiera se puede mantener de pie. Mis ojos se salen de órbita cuando este sonríe como el gato de Alicia al verme de frente con uno de los pijamas que habíamos comprados puesto, consistía en un short blanco de tela vaporosa y una camiseta fina de tirantes del mismo color. Rápidamente siento mis mejillas hervir al sentir sus ojos escanearme de arriba a bajo, probablemente de saber que dormiría en casa no me habría puesto esta ropa.
—¿Qué te pasa?—pregunto con desesperación, él mueve las llaves con las manos haciendo ruido para finalmente llevarse las manos a la boca.
—Shttt…—susurra tajante—Aileen está durmiendo—añade riéndose mientras se tambalea de nuevo.
Lo miro con el ceño fruncido sin entender la situación. No sabía como debía actuar, había lidiado muchas veces con mi madre borracha pero tener a Sawyer, con su altura y su peso borracho era demasiado.
—Sigues en tu línea infantil—afirmo negando indignada cruzando mis brazos encima de mi pecho—Encima de salido, eres un jodido borracho—añado de mala manera sin esconder mi indignación. ¿Dónde demonios me estaba metiendo?
—¿Pecas?—pregunta él posando su mirada en mi escote, lo miro de nuevo con los ojos fuera de órbita y las mejillas ardiendo mientras me cubro de nuevo esa parte con las manos alertada.
—Ni borracho se te va lo mujeriego—refunfuño molesta mientras lo tomo por el hombro para ayudarlo a caminar hacia dentro, él suelta de nuevo una risita medio drogada, demasiado lela, como si no estuviera en este mundo. A saber que se habría chutado.
No puedo evitar hacer una mueca de asco al sentir su olor a alcohol invadir la entrada y mis fosas nasales, aun así no me detengo y lo empujo como puedo intentando no chocar, aunque fue en vano, con las estanterías y cualquier otro decorado del pasillo. Sin querer una foto cae al suelo, haciendo que él pare en seco.
Observo como aun ni siquiera pudiendo mantenerse de pie toma la foto en sus manos y le da un beso, ni siquiera me da tiempo de ver quienes eran los protagonistas, jamás me habría imaginado que alguien como Sawyer pudiese albergar tantos sentimientos por alguien. Él actúa como si se tratara de su más preciado tesoro mientras mi curiosidad tan solo se multiplica por la fotografía. Finalmente la guarda dentro de su chaqueta tejana mientras yo le insisto para que nos metamos en el baño haciendo uso de toda la fuerza que mi cuerpo podía albergar.
—Al baño, Sawyer—respondo sin poder camuflar mi frustración, no era fácil empujar a alguien que te lleva ventajas en la altura y en fuerza. De repente me sentía como si fuese la madre de un bebé elefante.
—¡Está bien, pero no me violes!—gimió él obedeciendo mientras sin más empieza a desnudarse sin reparos frente mío, definitivamente este hombre estaba loco. Era pura contradicción. No quería que lo violara pero era él quien se estaba desnudando frente a mi sin ningún tapujo o indicio de vergüenza.
Lo miro con los ojos desorbitados, mi mirada va des de su cabeza hasta los pies, encontrándome con su perfecto cuerpo desnudo frente mío. Eso hace que mi mente divague y sin querer vuelva a recordar la primera vez que nos conocimos, una sensación cálida se apodera de mi cuerpo sin que yo pueda poner remedio. Dios mío… ¿Es ahora cuando recuerdo cómo perdí la virginidad con Sawyer? ¿En la ducha con él desnudo y borracho frente mío?
—Creo que ya es tarde para vergüenzas—responde tajante mientras se coloca en medio de la bañera como si en lugar de ducharse para despertarse, quisiese darse un baño de sales, él al parecer es capaz de leerme la mente puesto que poco después suelta sin ningún reparo—No iba a ducharme con ropa ¿o si?—añade indignado mientras toma la cortina para pasarla.
No entendía ni entendería jamás a ese hombre, niño, chico, llámese como se quiera, cuando crees que hará algo, acaba haciendo justamente lo contrario. Es jodidamente impulsivo e inestable y lo peor de todo es que sabía en el fondo que estaba a punto de gustarme a pesar de todos los palos a las ruedas que he querido ponerme para protegerme. Llorar en el pecho de mi mejor amiga había sido prueba de que la relación entre Sawyer y yo se había ido de manos hace tiempo, ahora era todo tan incontrolable, tan inesperado, tan desmesurado que nada ni nadie podría pararlo. Acabaría de la misma forma que se había iniciado cuando menos me lo vea venir.
Finalmente miro el manto de ropa de nuevo y no puedo reprimir mi curiosidad cuando la foto queda fuera de la chaqueta, era como si el destino quisiera que yo la viera. La tomo en mis manos y no puedo evitar enternecerme al ver el contenido, intuía que debía ser Sawyer de niño con sus padres. Parecían felices, como cualquier familia normal, nadie podría haber adivinado que un alguien como Sawyer pudiese tener sentimientos o ponerse sentimental por una foto de este calibre. En el fondo también agradecí internamente que no hubiese sido alguna foto de alguna super modelo o actriz porno, conociéndolo podría haber sido probable al fin y al cabo me había ahorrado la experiencia de tener que ver ese tipo de contenido.
Finalmente salgo del baño y me vuelvo a la cama, tomo el edredón, lo aparto para meterme dentro y luego me cubro de nuevo. Pronto siento el sueño tomar mi cuerpo, mis parpados me pesan pero notar el pecho mojado y poco después los brazos de Sawyer rodear mi pecho mientras posa sus labios en mis hombros hace que mi instinto se ponga en alerta. Me odio por no sentir repulsión por un hombre que ha jugado con mi presencia, que no valora que este viviendo bajo su techo… Demasiado. Pero es la verdad, poco podía hacer cuando sentía sus labios deslizarse por mis hombros hasta mis brazos.
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Editado: 07.04.2023