Las estrellas no se enamoran

18

S A W Y E R

—Sawyer—gimió ella moviéndose inquieta entre mis brazos, parecía posesa.

—Hmmm…—le respondí yo sin abrir los ojos, no quería despertarme, aún era pronto. Me daba igual que los rayos de luz estuvieran iluminando nuestros rostros aun a través de las cortinas, me daría igual incluso que en ese mismo instante se formara un tsunami. No me despertaría por nada.

—El telhfsno—volvió a responder ella en un idioma casi incomprensible sin querer abrir los ojos tampoco y moviéndose hacia otro lado en busca de calma.

—¿El qué?—pregunté yo confundido sin prestarle mucha atención.

—El telherno—respondió ella de forma insistente como si fuera obvio para volver a dormirse.

Finalmente, sin más remedio, después de soltar un par de bufidos aparto mi cuerpo del suyo, ella no tarda en protestar mientras yo me doy cuenta de que mi móvil había estado sonando como demente los últimos minutos.

—Hola—respondo sin esconder mi malhumor mientras me siento en un lado de la cama observando a Aileen vagar por la cama, no puedo evitar dejar una sonrisa ladina al saber que había altas probabilidades de que estuviera buscando mi cuerpo. Veo como da golpes con los brazos a su derecha y cuando ve que no hay nada sigue vagando hacia la izquierda sucesivamente.

—¡Sawyer Reed!—la voz de Colette se hace presente en el otro lado de la línea, con su habitual tono francés, dulce y refinado, por más que estuviera cabreada.

—Ese es mi nombre—respondo yo con una sonrisa de lado a lado, me alegraba tener noticias tan pronto de ella, aunque estuviera cabreada. Probablemente habría visto las noticias.

—¡Te vas a casar, mon ange!—añadió ella poco después, entonces entendí el motivo de la llamada. Estaba gratamente sorprendida igual que medio mundo, empezando por mi.

—Así es, dentro de una semana, me voy a casar con una adolescente malcarada y dormilona—respondo ahora toqueteando a Aileen, era demasiado divertido ver como reaccionaba a mis pellizcos cinco segundos más tarde.

—Shtttttt—gimió ella disgustada—Quiero hrdomrjsir—añadió entrecortada por la sabanas.

Blanqueo los ojos divertido mientras espero que el ataque de histeria de una de mis mejores amigas, por no decir la única con la que no he follado, se pase.

—¿Estás enamorado?—hace una pausa sin esconder su euforia—Sabía que mi instinto no me fallaba, sabía que el destino te tenía preparado algo, en otra vida debí ser bruja—añadió con emoción en sus palabras, tantas que no pude responder nada que pudiese cambiar su estado de animo.

—Está embarazada—respondí, de pronto se abrió un silencio que le siguió un chillido demasiado agudo que hace que por preservar la integridad de mis tímpanos aleje el móvil de mis orejas.

Finalmente Colette vuelve a serenarse después de soltar diversos, mon dieu, sí, bien, gracias dios, toma ya, que sinceramente no sabía como interpretar.

—Está bien, está bien, quiero que pongas mucha atención en lo que te diré ahora—su tono de voz cambió drásticamente—La doctora que sigo, es especialista en fertilidad, es tan buena que te ayuda a lidiar con estas primeras señales de embarazo: “Tómatelos con calma, disfrútalos, mitígalos y aprende a identificarlos y tratarlos en el caso de que te supongan un problema”. Así que tu trasladaras esto a Aileen ¿Vale?—más que una pregunta parecía una orden, yo solté un ahá que ella tomó como una afirmación— Éstas son sus recomendaciones: Si le molestan los senos, utiliza sujetadores holgados, sin aros y evita prendas ajustadas. Que no manipule sus pechos. Procura que no lea en el coche y que viaje delante, con el cinturón adaptado para el embarazo para no marearla. Existen infusiones y pastillas para los gases y mala digestiones, así como el reflujo. También hay medicamentos para aliviar las náuseas, los vómitos y el estreñimiento. Procura alejarla de las cocinas de restaurantes o evita cocinar con especias muy fuertes si le desagradan los olores potentes. Busca qué alimentos le sientan mejor y que no repele. Empatiza con ella cuando tenga altibajos de humor, piensa que está llena de hormonas y pide paciencia a tu alrededor, está cargando tu hijo, Sawyer. Pide cita con una matrona o ginecólogo, para que vayan revisando el embarazo solo por si acaso—dejó ir aire con fuerza como si se hubiera marcado un rap de eminem para soltar una de sus risitas nerviosas en un intento de reconciliarnos.

Mientras yo lo único que soy capaz de hacer es intentar almacenar toda esa información en mi cerebro, por más ardua que me fuese la tarea, debía hacerlo, como ha dicho Colette después de todo, me gustara o no, en su barriga carga una mini versión mía. Solo espero que saque mi lado derecho, porque el izquierdo jamás queda bien en las fotos o al menos esa es la conclusión a la que llegue tras diversas sesiones de fotos.

—¿Te ha quedado claro?—preguntó ella sin poder esconder su preocupación, supongo que al no escuchar una respuesta concisa por mi parte.

—Sí, cuidaré muy bien de ella no te preocupes—respondí finalmente con toda la calma que fui capaz de reunir mientras de nuevo veo batallar el cuerpo de Aileen en medio de la cama. Seguramente en otra vida esta chica debió hacer alguna arte marcial porque con los golpes y las patadas a diestro y siniestro que estaba dando era digna de al menos el cinturón negro.

—Más te vale, estoy muy contenta con esto, no me lo habría podido imaginar…—se sinceró Colette al otro lado de la línea mientras escucho a Jean intentando calmarla.

—Y yo, bueno, creo que todos, sí algo estamos de acuerdo todos es que esto era inimaginable—le respondí yo sin esconder mi burla.

—Incluso en momentos como este no dejas tus tonterías—negó ella con diversión.

—Entonces, me pides que deje de ser yo—afirmé yo con seriedad a lo que ella ríe.

—No te haré más preguntas sobre las circunstancias, excepto la del millón…—respondió finalmente ella tras un leve silencio que se cuela entre los dos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.