Las estrellas no se enamoran

26

S A W Y E R

 

—¿Qué cojones te pasa?—pregunta Jerome de mala manera cuando entro en el baño sin avisar.

—No es la primera vez que te veo drogarte—me encojo de hombros.

Solía hacerlo con frecuencia, dejar al resto y meterse en su jodida burbuja. Supongo que la existencia de las burbujas es lo que nos mantiene de pie. No soy quien para juzgarlo tampoco.

—Ni tampoco en la que me ves desnudo—sonrió con malicia.

Entonces es cuando me doy cuenta de que tiene algo entre sus manos, un trozo de papel y no parecía que fuera precisamente de liar.

—¿Es una foto?—pregunto antes de quitarsela de un manotazo.

Él me mira de mala manera.

—Es una foto de Keyla—afirmo de nuevo con los ojos fuera de órbita—Ha pasado tiempo—añado sin salir de mi asombro.

—Estás loco si piensas que voy a olvidar esa noche, ella nos dijo que no lo hicieramos. Todo es culpa mía…—gimió él sin poder esconder su dolor.

Lo miro con seriedad.

—He podido conducir un jodido camión de helados creo que ha llegado el momento en que puedas superarlo, pasarán tres años de ese maldito accidente y del contrato, luego seremos libres—intenté sonreír pero la amargura se dejó entrever igualmente entre mis palabras.

Él me mira con la mirada fría.

—No hace falta que finjas que no fue mi culpa—se encogió de hombros—Soy un desgraciado, he matado a la única mujer que he llegado a amar…

 

( T R E S A Ñ O S A T R Á S )

 

—No lo hagas Jerome, estás borracho…Solo quiere provocaros—suplicó Keyla sin esconder su preocupación.

El rubio tan solo miró con frialdad hacia Levy.

—Eres un jodido cerdo, no te la mereces.

—Y tu un maricón, acepta el desafío, mis hombres contra los tuyos, yo contra tú—afirmó él encogiendose de hombros.

—Eres un capullo—sentenció la morena girandose para encararlo.

—Nadie te ha dado permiso para hablar conejita—sonrió él con lascivia en la mirada.

Ella le dedica una mueca de asco.

—A ti tampoco y estás hablando, cerdo de mierda—declaró ella haciendo que rapidamente el rostro blanco de Levy se tornara de un rojo pasión.

No duda en tomarla del pelo a lo que ella lo mira sin agacharse.

—Quiere-

—Sueltala hijo de la gran puta—gritó Byron de mala manera.

—¿Qué cojones le haces?—la voz de Kasem suena en medio del antro.

Pocas veces podías ver a Kasem cabreado y cuando sucedía ya podías correr.

Por mi parte decido ignorar las palabras y tomar una de las botellas de cerveza y romperla contra la mesa. Tomo el culo de la botella y señalo a Levy con cara de pocos amigos aunque ni siquiera pueda mantener la compostura.

—Ya los has escucha-es-chado—tartamudeo.

Jerome toma aire molesto mientras Kasem me ayuda a mantenerme firme.

—Aceptamos—declaró el rubio.

Byron suelta un grito euforico mientras Kasem y yo nos miramos sin poder entender muy bien la situación.

Keyla mira a Jerome de mala manera.

—No.

—Sí—afirma él.

—Jerome…

—Keyla.

—Tu te vas a ir a casa, conejita. Ya hablaremos—afirmó de mala manera Levy mientras la empuja lejos.

Ella lo mira de mala manera pero finalmente decide marcharse. Solo esperaba que llegara a casa a salvo. Todos lo hacíamos. Ninguno pensaba que esa sería la última vez que la veríamos hablar.

 

(***)

 

—Yo la quería.

—Y ella a ti. Siempre te prefirió a ti. Nosotros eramos como hermanos para ella—afirmé con seriedad.

—Aun asi yo fui quien la mató. Si hubiera frenado a tiem-

—Nosotros también tuvimos la culpa. No debimos de usar ese atajo. No debimos de haber conducido bajo los efectos de toda esa mierda… Eramos jovenes, joder…—solté de mala manera.

Él me miro con seriedad.

—Y ella.

—Jerome…

—No lo entiendes, Sawyer. Eso supuso un punto de inflexión. Gracias a ella somos la boyband del momento… Después de Keyla todo fue distinto.

—Excepto tu actitud.

—Eso nunca cambia.

 

N/A: Besos




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