Las estrellas que nos falta contar

Capítulo 9. Domingo

8:57am.

Me levante de golpe al ver la hora, me restregue los ojos con mis manos, y sentí el mal aliento en mi boca, me levante y corrí al baño, me lave los dientes mientras trataba de mantener los ojos abiertos.

Mamá estaba en la cocina alistando la comida, Eiram se estaba cambiando al igual que Gohan.

Buenos días Ma - dije mientras me lavaba la cara, y corría a mi cuarto.

Abrí mi armario y saque una gran falda celeste, qué me llega hasta los tobillos, zapatos planos negros y un polo verde claro. Combinaba, según yo.

Volví a mirar mi teléfono, a ver la hora, uun mensaje me distrajo de todo pensamiento.

+51 **********

¿Ari?

Abrí la pantalla de bloqueo, y conteste.

Eso dependerá ¿Quien eres?

Sentí un escalofrío al escribirlo, el término ¿Quien eres? Es muy usado, y no para lo que yo quisiera.

Leandro.

Mi corazón dio un vuelco, mire hacia el techo y luego mi celular, otra vez este sentimiento.

¡Holi! ¿Cómo estas?

Respondí tratando de no sonar desesperada, aunque eso depende de como el leerá el mensaje.

Mire la hora, deje mi celular y comencé a vestirme.

Leandro me escribió. ¡Leandro me escribió!

Me repetía en mi mente, me vestía rápidamente, hasta que llegue a los zapatos. Me senté en mi cama mientras sonreía, y agrande los pasadores para que pudiera ponérmelo.

Leandro, ¿hace cuanto no lo veo? Lo vi ayer, pero eso no cuenta, creo. Sería épico salir, aunque si solo salgo con él, mi papá sospechara y me molestara. Mejor salir en grupo, con Daise, Cristina, Daniel...

Ya estaba poniéndome mi zapato, me mordi la lengua y termine rápidamente. Agarre mi celular y suspire, al notar que no me había respondido tan rápido como quisiera.

Agarre mi mochila, en esta estaba mi biblia, un cuaderno de apuntes, lapiceros y audífonos. Ahora también estaba mi celular.

Salí de mi cuarto, y vi a mi mamá, estar alistando unas últimas cosas, sonrei y comencé a limpiar la sala.

¿Llegaremos tarde? - pregunte mientras acomodaba las almohadas del mueble

Solo si tu hermana no baja en este instante - mire las escaleras, Eiram tomaba un siglo para cambiarse.

Luego de unos 5 minutos y un par de palabras de apuro, Eiram bajo. Mamá llamo al carro y salimos de la casa.

Caminamos por la vereda del vecindario, salimos de la reja y esperamos en la vereda, mirando a ambas direcciones para ver si venía.

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El auto giro para la derecha, y guarde mis audífonos. Aliste mis cosas y arregle mi cabeza.

El carro freno, abrí la puerta, me desabrocha el cinturón y salí, cerré la puerta tras de mi. Ayude a mi mamá a bajar, abriendole la puerta.

Caminamos hasta la puerta de la iglesia, se escuchaban como cantaban, me sentí avergonzada de que llegamos tarde.

Entramos con rapidez y nos acomodamos en la 2da banca, mirando el proyector donde se encontraban las canciones.

Las alabanzas, me reconfortan mucho.

Las letras tienen un significado, me ayudan a ser mejor, y yo amo la música ¡así que es mucho mejor!

Con gran gozo y placer.

Nos volvemos hoy a ver.

Nuestras manos otra vez estrechamos.

Se contenta el corazón

Ensanchandose de amor;

Todos a una voz a Dios gracias damos.

Bienvenidos

Bienvenidos

Los hermanos hoy aquí, nos gozamos en decir:

¡Bienvenido, bienvenido!

Al volvernos a reunir, bienvenidos

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Cuando las alabanzas terminan, el hermano Luis nos dirige a cada uno a su clase.

Los niños con sus maestras.

Los jóvenes con el hermano Luis.

Y los adultos se quedan la predica.

Mi hermana y yo nos miramos, y luego abrace a mamá, fui con ella hasta el 2do piso.

Mi hermana se senté en la esquina de la habitación, me senté a su lado, abrí mi mochila y saque mi biblia.

¡Bien chicos! - el hermano Luis siempre a sido tan energitico - han estudiado ¿verdad?

Mire a mi hermana y rei, nos habíamos olvidado.

En los últimos domingos, junto al hermano y a otros jóvenes, habíamos estudiado la vida de José.

Seguí sonriendo y luego junte mis manos. A pesar de no estudiar me se la vida de José de memoria, yo y mi poderosisima serie José en Egipto lucharemos.

El hermano nos entregó el examen - ustedes resuleven juntas ¿de acuerdo?

Mi hermana y yo aceptamos, ella estaba emocionada, ya que sabía que yo tenia un amplio conocimiento en eso.

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¿Quien puso a sus dos hijos como garantía?

Era la pregunta donde nos congelamos, yo decía que Rubén y Eiram que Simeon.

Rubén no tuvo hijos ¿verdad? - seguí mirando atentamente la hoja, mirando la pregunta queriendo recordar todo lo que sabia.

Si, si tuvo - cruce los brazos y suspire - pero pesa mucho más la palabra del primogénito qué del 2do ¿no?

Confiaré en ti - Eiram escribió Rubén y llamamos al hermano, el acepto la hoja y lo reviso delante de nosotras.

Sus expresiones hacia que mis nervios subieran y bajaran.

Chicas - su voz hizo que sintiera un escalofrío, sonreí nerviosa - muy bien 20 de 20.

Deje los nervios atrás y con Eiram chocamos las manos, los demás seguían haciendo su exmane mientras que ella y yo nos relajaba mis y yo reía internamente.

Reia por una simple razón: pensé qué sacaría 0 de 20.

Supongo que no puedo evitar los malos escenarios en mi cabeza.

Esperamos un poco más, hasta que el hermano nos dijo que podíamos ir bajando, agarre mis cosas y espere a mi hermana.

¡Chicos! Esperen - el hermano Luis se colocó en la puerta saco su teléfono - pose chicos.

Sonreí y miraba a la cámara, me sentí ansiosa, quería ir abajo. Nunca me ha gustado la forma en la que veo en fotos, así que prefería evitarlas.

El hermano dejó de tomar la foto, y bajamos al 1er piso, salude a algunos hermanos que me abrazaba, con una sonrisa cálida.




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