Las feas también podemos

Capítulo 14

— Pasa hijo — dijo mi madre y escuché que alguien subía por la escalera.

— Si, gracias — era la inconfundible voz de Jhoan. Por fin estaba ahí después de alejarse de mí en uno de los momentos más difíciles de mi vida. Se sentó en una orilla del otro sillón de playa, miró la silla de ruedas y despúes me miró de una manera que no pude reconocer si era tristeza o lástima lo que sentía.

Traía una bolsa grande de papel en la mano y después de un pequeño silencio me la dió. — Te traje esto — dijo e hizo una pequeña pausa. — Sé que nada compensará lo que pasó pero no quería venir a verte con las manos vacías.

Al echar un vistazo a lo que había en aquella bolsa solté un gesto de ironía, era un enorme libro de recetas de cocina. {¿Por qué se le ocurrió regalarme esto?} pensé. Sé que no soy buena cocinera pero en ese momento estaba a punto de sentirme ofendida. 

— No es lo que piensas Issa. Ábrelo. — Entonces saqué aquel libro y al abrirlo me llevé una sorpresa. No había páginas en su interior, más bien lo habían adaptado para que cumpliera la función de estuche. Dentro había un pequeño lienzo en blanco y debajo de este estaba lleno de pinceles y pequeños tubos de pintura. Al fondo venía una pequeña tarjeta con un código para un curso de pintura al óleo. Entonces me pareció que aquel era un obsequio ingenioso. Le dí las gracias pero aún estaba resentida con él.

— No me lo tomes a mal Jhoan pero esto me hubiera sido útil antes. Llevo casi seis meses de aburrimiento y ya por fin gracias a Dios estoy mejor y pronto regresaré a trabajar. — Tal vez soné un poco grosera pero quería que sintiera que estaba descepcionada y molesta con él, no porque haya sentido celos de Eliot antes del accidente, sino porque ni siquiera tuvo la descencia de llamarme para ver como estaba durante todo este tiempo aunque no fuera para hablar de lo nuestro pero al menos por respeto a nuestros años de amistad.

— Me da gusto que ya estés mejor, — hizo una pequeña pausa —  Issa, de verdad te pido una disculpa por no haber venido antes. 

— Comprendo que no vinieras pero no sé si sepas que ya se inventaron los teléfonos móviles. — Reclamé.

— Creeme que cada día desde el accidente le he preguntado a Audry y a tu mamá sobre tí. 

— No es lo mismo Jhoan. — Lo miré a los ojos y sentí un pequeño escalofrío recorrer mi cuerpo, yo lo extrañaba tanto pero durante el tiempo que pasé sin verlo me había hecho a la idea de que el no me amaba de la misma manera como yo lo hacía, era la única explicación lógica de porqué se alejó cuando más lo necesitaba, pero en fin, no lo culpo porque ¿quién se enamoraría en serio de una fea?.

— Ya sé que no es lo mismo y por eso no ha sido fácil para mí venir hoy. Pensaba que no querrías verme despues de como me puse la otra vez. — agachó la mirada y tomó un poco de aire para seguir hablando y decidí no interrumpirlo —  cuando pasó el accidente me asusté mucho, fui al hospital varias veces pero no me atreví a entrar, no voy a negarte que a la vez estaba molesto porque culpaba a Eliot de lo que te pasó y no quería que terminaramos discutiendo, en ese momento necesiabas descansar. — Sus palabras sonaban muy sinceras y comenzaron a suavizar mi obstinado corazón — Después Audry me contó lo que había pasado y me sentí por culpable por no haberte escuchado aquel día y sé que no nada lo justifica pero mi ex esposa acababa de decirme que estaba embarazada y el bebé ni siquiera es del hombre por el que me había dejado así que iba a separarse de su pareja y me dolía que mi hija tuviera que pasar otra vez por eso. 

— Pero sabes que yo lo hubiera entendido. Pero ni dijiste nada ni me dejaste hablar.

— Estaba alterado y creeme que lo he lamentado cada uno de estos dias que he pasado sin verte. Sé que no te gusta que la gente se aleje molesta y aún así me fui y mira lo que pasó, le prometí a tu abuelo que siempre cuidaría de ustedes y no he podido hacerlo bien. — Sus ojos se pusieron se pusieron llorosos y yo no sabía que decir, de pronto todas mis ideas se desvanecieron, entonces el se levantó de donde estaba y se sentó en un pequeño espacio de mi sillón y acarició una mi mano, yo lo miré intentando no romper en llanto. 

— Te extraño mucho Issa. 

— Yo también te extraño Jhoan pero alejarte fue una pésima desición, entiendo que obviamente como pareja no hubiéramos funcionado pero ¿y nuestra amistad? 

— Es por eso que estoy aquí, no podía dejar que pasara más tiempo. Necesito que me perdones,  

— Sabes algo, es la primera vez en seis meses que subo aquí para ver una puesta de sol. — Di un suave apretón a su mano para hacer que me soltara.



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En el texto hay: humor, autoestima, romance

Editado: 21.09.2023

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