Las feas también podemos

capitulo 4

Regresé a casa y me puse mi pijama para tumbarme en el sofá decidida a ver series en el televisor durante resto de la tarde para despejar mi mente. Intentar ser feliz no estaba dando resultados y del amor ya ni se diga, me sentía más confundida que relajada.

Audry seguramente estaba con Mateo, Leo probablemente regresaría a Estados Unidos y Jhoan era mi mejor amigo, no era sensato que arriesgáramos nuestra amistad. Jamás pensé que estaría en una situación como esta, no estaba acostumbrada a que se fijaran en mí y no quería herir los sentimientos de nadie. Tenía dos opciones, seguir probando mi suerte o resignarme a terminar convirtiéndome en la loca de los gatos.

Al poco rato mi móvil comenzó a vibrar, era Sofy, se disculpó por no salir de la habitación cuando fui a su departamento, charlamos un poco y le conté lo que pasó con Mateo por la mañana, de su hermano no mencioné nada.

– Lo siento amiga, pero todas las cosas pasan por algún motivo, debes intentar relajarte y dejar que la vida te sorprenda.

– Si me va a sorprender así mejor me quedo encerrada – reímos.

– No te desanimes, mañana vamos para allá a la casa de mis papás, van a hacer una pequeña cena familiar, ves con nosotros para que te distraigas un rato. – No me pareció que una cena con su familia fuera una buena idea, eran agradables pero pensar en ver a Leo después lo qué pasó me ponía nerviosa.

– No sé Sofy, tal vez iré a ver a mi mamá y a mi abuela mañana.

– Bueno si te animas a ir me avisas. – Nos despedimos y colgué.

A los pocos minutos volvió a llamar.

– Hicimos cambio de planes, nos vamos a ir hoy para estar mañana todo el día con mis papás, que dices si vamos al Hulao, – un restaurante bar junto a la playa de una Ciudad a casi una hora de mi casa – ya le dije a Naty y también quiere ir ¿Qué dices? Pasaríamos por ti alrededor de las 8:30. – Dudé en aceptar pero no podía negar que era mejor idea que desvelarme viendo series yo sola.

– Está bien, me avisas cuando estén por llegar.

No quería enfrentarme sola a cualquier situación incómoda que pudiera surgir así que llamé a Jhoan para pedirle que me acompañara y le prometí que le presentaría a alguien. No tardé en convencerlo porque él sabía que también necesitaba divertirse un poco.

Me puse un vestido muy parecido al anterior pero en color jade y unas sandalias de piso, me maquillé y me hice un chongo. Después envié un texto a Sofy para decirle que no era necesario que pasaran por mí, que nos veríamos en el Hulao.

Nos fuimos en el auto de Jhoan y aprovechamos para pasar a ver el hotel Angora que próximamente sería nuestro. No entramos, simplemente nos recargamos en el auto a observar el lugar. Lo imaginamos ya remodelado y una sensación de satisfacción me invadió.

– Quedará hermoso – le dije a Jhoan.

– Lo sé, todo saldrá bien. – Me miró y le sonreí con un suspiro.

Cuando llegamos al estacionamiento del bar, supe que ya habían llegado al ver la camioneta de Leo.

– Por fin llegas – me dijo Sofy – que gusto verte Jhoan. – Los acompañaba un guapo hombre moreno al que me presentaron como primo de Alex, su nombre era Miguel. Tal como lo tenía en mente presenté a Jhoan con Naty esperando que su amigo no fuera a intervenir en mis planes.

Jhoan se sentó junto a mí y apretó suavemente mi mano bajo el mantel para ayudarme a calmar mis nervios por tener a Leo a un lado. Bebimos un par de tragos y todos tuvimos una divertida conversación. Después de cenar pedimos otra ronda pero Naty, Leo y Miguel se centraron en su propia conversación, Jhoan, Sofy y yo hicimos lo mismo pero pude notar como mi amiga se sonrojaba al mirar a Jhoan. Afortunadamente recibí un texto y al leerlo tuve que salir del lugar para hacer una llamada.

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Al bajar del lujoso auto gris que se detuvo frente al estacionamiento del Hulao, no me percaté de que mis amigos iban saliendo del lugar y observaron sorprendidos al elegante hombre que lo conducía.

Jhoan me fulminó con la mirada pues sabía quién era aquel sujeto, pero no dijo nada.

– Lo siento, tuve que arreglar un asunto de negocios. – Vi que llevaban algunas bebidas y refrescos en la mano.

– ¿Quién era ese? – Sofy me sujeta del brazo.

– Después te cuento Sofy, no es importante. Pero, ¿a dónde vamos?

– Vamos a sentarnos en la playa un rato – dijo Leo muy serio.

– Bebimos de más y no podemos conducir así – dijo Jhoan mientras caminábamos hacia la playa y me apartó disimuladamente.

–¿Qué hacía Eliot aquí? ¿Tú lo llamaste?

– No lo llamé, él nos vió llegar al Hulao y me envió un texto.

– ¿Y era muy necesario que subieras a su auto? Sabes que tienes que alejarte de todo eso. – Me dijo molesto.

– Lo sé, te prometo que será la última vez.



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En el texto hay: humor, autoestima, romance

Editado: 21.09.2023

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