Capítulo 8.5: Una infinita proyección de recuerdos

-Bien la primera lección del día, Control, te ayudaré a aprender como ser una con la naturaleza.

Mi vida parece ser una infinita proyección de recuerdos, ¿cómo los eventos pueden impactar tanto en una vida? Creo que para todos aquí se hizo un antes y después del desastre, estar aquí frente a esta chica solo me abofetea con memorias. Memorias que parecen ser un castigo de algún dios, como si torturara por permitir esto.

-Siéntate aquí, en medio del bosque y la tierra.

Mientras esperaba que lo hiciera, la observaba con atención, parecía ser una replica exacta del pasado, como una especie de reencarnación, todo este momento en sí, lo estaba viviendo de nuevo y sin pensarlo mi mente vago un rato.

El llanto de una niña se escuchaba en el bosque de primavera, era una tarde cálida, los rayos del solo entraban en medio de los arboles y la brisa del viento soplaba con aroma a frutos frescos, llegué al arrollo de agua cristalina siendo atacada por unos pajarillos que volaban asustados por el llanto. De repente envolví mis brazos en un intento por darme algo de calor, las rosas en mis brazos empezaron a cerrarse, un aliento helado salió de mi boca, ¿Quién estaba alterando las estaciones?

Fue cuando la vi, una niña pequeña en un rincón, oculta por las hojas de los árboles, tenía una piel de un hermoso tono oscuro que brillaba con el sol, su cabello magenta escondía su rostro, vestía un vestido color lila que estaba sucio en la falda. Ella era la dueña del llanto. Me puse en cuclillas para verla mejor, había pequeñas gotas congelas suspendidas en el aire y al estar tan cerca de ella se sentía aún más frio.

-Hola- la niña se sobresaltó, levanto su rostro lleno de lágrimas. Tenia unos atrapantes y grandes ojos rojos que me veían asustada, inmediatamente supe quién era esta pequeña- Tranquila, está bien.

-Yo..yo lo siento mucho- dijo al ver mi piel roja por el frio.

-No te preocupes- sonreí para calmarla- ¿te encuentras bien?

Sacudió su cabeza.

-No puedo controlarlo, mis tutores me han estado enseñando todo el día, pero no puedo- el frio se volvió más intenso conforme ella hablaba, tenía que encontrar una manera de pararlo- No quiero lastimar a nadie, soy un monstro.

Su llanto volvió y esta vez un retumbo en el cielo fue la respuesta.

-No eres un monstro, escucha te voy a ayudar a dominarlos.

- ¿De verdad? - sus ojos ahora estaban cargados de esperanza.

Asentí

-Ven linda, sal de ahí.

-Como te llamas?

-Lilia

-Tienes un nombre hermoso, yo soy Zira- sonrió.

Sacudí mi cabeza apartando el recuerdo de esa pequeña niña que se había convertido en mi amiga y regresé al presente.

- ¿Qué tengo que hacer ahora? - de alguna forma sus ojos me recordaban a esa niña indefensa en el bosque, solo que estos eran unos inquisitivos ojos color tierra, su cabello era lacio y oscuro.

-Cierra los ojos, pon tus manos en la tierra, respira con profundidad, siente como se percibe bajo tus manos, como se escucha y huele.

- ¡Ag! esto no funciona, no siento nada- frunció el ceño

-Hazlo de nuevo, tienes que comprometerte. No te desesperes.

Obedeció y minutos después sentí una vibración en la tierra, las ramas de los arboles empezaron a moverse como si se estiraran después de estar adormecidos por mucho tiempo, vi la plenitud en el rostro de Alessia, lo estaba consiguiendo, se estaba haciendo una con la naturaleza, pequeñas raíces recorrían sus brazos, sanando sus venas de un negro sobresaliente debido a la acumulación de poder.

-Lo sentí, es algo tan abrumador- expresó mirando como las pequeñas enredaderas se iban de su piel- es una fuerza mucho más grande que yo.

-Es hermoso, lo sé- sonreí- ahora son uno solo, ella te ayudará a controlar cuando uses tus poderes y no guiarte por tus emociones.

-Gracias, esto es un gran comienzo.

-Lo es, mañana de mostrare a usar tus habilidades, puedes crear, dar vida y también quitarla, pero todo a su paso.

-Vale- sonrió- ¿No me has dicho como te llamas?

-Lilia

-Es un nombre hermoso, soy Alessia, pero eso ya lo sabes.