Me encontraba en una especie de trance mientras observaba la ventana, involuntariamente llevé la taza a mis labios y bebí un sorbo caliente de té, sentí como este quemaba mi garganta por dentro, pero ni me inmute ya estaba acostumbrado a la sensación debido a que era adicto a esto, siempre que estaba alterado o preocupado lo hacía, considerando que todo el tiempo lo estaba consumía demasiado al día. Además, en este momento tenía otro motivo que causaba que mi estrés aumentara aún más, ver a esa chica aquí había sido como un balde de agua fría, no tenía porque siquiera salir de su mundo, según lo acordado así debía ser hasta que todo terminara y este fuera un lugar seguro, ahora tanto ella como nosotros nos hallábamos en grave peligro y no tenía solución alguna para esto, no puedo enviarla devuelta está sola, aunque no dudaba que no supiera como sobrevivir no poseía el valor para echarla. El sonido de las puertas al cerrar me trae a la realidad, me volteé encontrándome con mi mejor amigo Nicolás, noté las facciones de su rostro que reflejan preocupación.
-¿Hans qué sucede? Vine lo más rápido que pude.
Aclaré mi garganta y puse la taza aún lado del marco de la ventana, no sabía cómo empezar, como decirle, esto era un poco difícil para mi, sé que se inquietará aún más que yo.
-Esta aquí.
-¿Hablas de...?- pasó una mano por su cabello negro sin poder terminar de articular su pregunta.
Asentí.
-Eso es imposible ¿Cómo ha llegado aquí? Sus padres no lo permitirían, ellos...ellos lo prometieron ¡lo juraron por sus vidas!- exclamó con exasperación.
Lo comprendía en su lugar yo estaría igual o incluso hasta peor.
-Ese es el problema- le di la nota- ya no están con vida o al menos no lo creo posible cuando ya no le sirve lo que tiene lo desecha como si fuera cualquier cosa insignificante.
-Ese maldito siempre anda un paso delante de nosotros- arrugó la carta.
-No pierde su tiempo y nosotros tampoco deberíamos hacerlo, debemos adelantárnosle.
-El tiene una de cinco así que se supone que llevamos la delantera, sin embargo, hace esto solo para adelantar lo establecido.
-Eso no puede hacerse, sea como sea se cumplirá en el tiempo acordado.
-Negó con su cabeza- No lo creo, seguiremos de la misma manera no revelaremos nada, lo acabaremos de otra forma poseemos un buen ejército, no recurriremos a eso.
-No estoy de acuerdo contigo, todos merecen saber la verdad ¿Para que seguir ocultando algo que cada vez adquiere más fuerza para salir?
- Ahórrate tus sermones Hans este no es momento para que juegues hacer el hombre sabio.
-Solo intento ayudarte, además algo dentro de ti sabe que eso es lo correcto.
-Suspiró con pesadez- Si de verdad quieres ayudarme haz lo que te digo y sigue como hasta ahora, como el hombre que no sabe nada.
-Esta bien dejaré que arregles esto a tu manera.
-Te lo agradezco amigo- sonrió aliviado.
Algo me decía que esto no terminaría bien, pero supongo que como todos los otros este secreto moriría con nosotros.