Golpeé su rostro con el dorso de mi mano haciendo que este se volteara para el lado derecho, su cabello despeinado cubrió la marca roja e inflamada de su pálida mejilla, su cara golpeada y el hilo de sangre que se extiende por su mentón. Siempre tratando de hacerse la fuerte supiese que, en lugar de eso, solo conseguía verse patética.
- Te lo diré una vez más- hablé con severidad- ¿Dónde está la gema?
- Alzó su rostro lentamente mirándome con rabia, su cabello cubría la mitad de su rostro sucio-Púdrete, jamás te lo diré.
- Oh mi querida Amanda-negué con mi cabeza mientras chasqueé mi lengua en mis dientes haciendo un sonido de desaprobación- no estás en posición para hablarme así, al parecer hay que enseñarte modales ¿no es así? -apartó su mirada de mí, furioso tomé su barbilla obligándola a verme- ¡MIRAME! - sostuve su mandíbula presionándola con fuerza- ¿no es así?
-¡DÉJALA! -exclamó Robert encadenado-¡No la toques más o te juro que..!
- Una ruidosa carcajada salió de mis labios mientras la soltaba con brusquedad- ¿Qué harás? – di un paso acercándome a él- ¿Me golpearas? - lo vi despectivamente- Eres patético Robert, no podías tocarme cuando no estabas encadenado mucho menos ahora. Me alegro que aun conserves tu buen sentido del humor.
- ¡Señor! - gritó uno de mis secuaces irrumpiendo en la habitación.
- ¿Qué quieres Kathier? -me crucé de brazos molesto odio que me interrumpan cuando estoy en algo importante.
- Tengo noticias importantes
- Más te vale que lo sean no me gusta que me molesten cuando estoy platicando con mis amigos- pronuncié amenazadoramente.
-Tragó con fuerza y asintió-tenemos la posible localización de la gema.
- ¿Así? -pregunté con interés- Pues habla-exigí.
-Según nuestro espía hoy ingreso una jovencita desconocida, ella posee un collar con una interesante gema roja. Como lo sospechabas tiene otra forma.
-Interesante-sonrío- sin embargo, para estar seguros debemos hacer que su poder se active.
- ¿Cómo lo haremos señor?
-Poniéndola en riesgo, creo que debemos hacerle una visita.
- ¡No te atrevas a tocarla! - exclamó Robert.
-me volteé arqueando una de mis cejas- ¿Tiene algo de especial la chica?
-Es su hija- respondió Kathier.
- ¿Hija? Esto cada vez es más interesante ya que Amanda y Robert no pueden tener hijos su raza no se lo permite ya que ambos han sido creados con otros fines. Así que- me detuve- esta pequeña debe ser vaya creí que estaba muerta-sonreí- por su puesto como no lo había pensado antes todas las patéticas señales llevan a lo mismo, solo así pudo terminar ambas con ellos. Sabía que la gema había sido dada a ustedes, pero, esto se lo tenían guardado y lo justo sería traerla aquí para ponernos al corriente- podía ver el pánico reflejado en sus ojos tenían tanto miedo que acabase con su frágil vida como lo había hecho ya años atrás con la de ella.
-No puedes poner un pie en esas tierras señor.
-Detalles insignificantes Kathier, obtendré la gema y ambos sabemos cómo.
Mi plan saldría a la perfección de eso no había duda.