Prólogo

A veces -y solo a veces-me pregunto en qué momento dejé de pertenecer . Tal vez fue el día en que abrir los ojos empezó a doler más que cerrar el alma. Oquizá cuando entendí que soñar no siempre es un escape, sino un castigo para quienes ya no encuentran consuelo en la vigilia . No recuerdo exactamente cuándo empezó el ruido dentro de mí, pero sí que fue después de todo ... , su voz, su forma de mirarme como si pudiera verme, incluso cuando yo ya no estaba ahí. Desde entonces, camino en ruinas. Huyo de los lugares que solian ser hogar y me pierdo en los que nunca debi quedarme.Hay mañanas en que todo me sabe a nada. Días en los que mis palabras no significan, y el silencio pesa. La vida pierde forma, sabor, sentido. Me volví extraño para mí mismo. Como si llevara por dentro un monstruo de agua y sombra que me arrastra con calma, con furia... con ellos . Una marea de caos se instaló en mi pecho. Un vacío suave y cruel, que amenaza con deshacerme desde adentro.Algunos lloran, otros se callan Yo por hoy solo escribo. Me rompo en cada línea, en cada intento de entender por qué,incluso amando, termine perdiendo todo.Y aunque jure que no recuerdo, cada letra termina llevándome ahi . Porque hay amores que no se gritan Amores que se tragan. Que se pudren por dentro. Que te obligan a traicionar lo poco que queda de ti... solo por volver a sentir por un segundo que aun estas vivo . Porque siempre he querido saber:

¿Cómo se elige entre dos ausencias que siguen latiendo en tu pecho?.

Extrato de uno de los cuadernos encontrados en el incendio del 12 de abril.