Las Hierbas Que Sanaron Al Angel

Capítulo 5: Dos Mundos

Sigmund no me dirigía la mirada en ningún momento, era frío, se notaba. No le presté mucha atención al principio, el recorrer los pasillos del castillo de Angulema era un honor tan grande, que decidí olvidar lo que estaba pasando por un momento, y fijarme en la arquitectura del lugar.

Luego de recorrer un enorme pasillo, llegamos a una puerta de madera, Sigmund la abre con su llave y entramos a una oficina gigante, el lugar parecía una librería gigante. Tenía estantes a los lados, con libros de todo tipo: Medicina general, Anatomía, de Cirugías, etc. Cogí unos libros y les eché un vistazo.

-Okey, ¿Qué haces para calmar los dolores de la gente enferma?- Preguntó Sigmund, sentándose en su escritorio, sin prestarme mucha atención.

-Creía que era un simple resfriado lo que tenían, así que solo le entregaba.....hum, varias cosas, entre ellas Tusílago, es bastante buena para ese tipo de cosas....- Contesté con buena intención. No planeaba discutir.

Sigmund se rió un poco, de manera burlesca.

-Como si seguramente esas cosas ayudaran...-

-Pues lo hacen, si no, ¿Cómo explicas que la gente quiera comprarlos?-

-Porque eres brujo, está claro que algo más pones.- Dijo seguro de sí mismo, mientras escribía en su diario.

-¿De dónde sacaron que soy un brujo?-

Sigmund se levantó del escritorio, se dirigió a mí, y apuntándome con un dedo, desafiante, me dijo:

-¡Porque te vi hablando con esa vieja bruja en la plazoleta! ¡Es obvio que ella ayudó en tu éxito falso doctor!-

-Mira....- Suspiré, tratando de relajarme. - No vine a discutir, estoy aquí por Zoe...Quiero terminar esto pronto para volver a mi tienda con Chelsea.-

-¿Chelsea? ¿Otra bruja?- Dijo burlesco -Ella es una bruja, además no me negaste sobre lo de la anciana...Es verdad... Lo sabía, no sé como la reina te dio una oportunidad.-

-No soy brujo....ni conozco a esa anciana...-

-Sí, claro, todos dicen lo mismo, todo para evitar ser quemados....-

-Que no...-

-Sí, como los brujos de Enkret, murieron todos, y agradece que ese no es tu destino..-

-No..-

-¡Sí! Cuando todos se enteren de que eres un...-

-Por favor, Doctor Sigmund......- Tratando de relajar un poco el ambiente.- No busco pelear, solo quiero ayudar...-

-No necesito ayuda.-

-¿Por qué tan cerrado? ¡No le vendría mal ayuda!.- Mi cuerpo comenzó a temblar por la tensión.

-Quizá porque no necesito ayuda de un brujo.-

-¡NO SOY BRUJO! ¡BASTA! ¡SOLO SOY UN HERBOLARIO DE ORIUNDE!- Grité, ya cansado. -¡Te recuerdo que no estoy aquí porque yo quise, yo solo honro a mi madre!....- Se generó un silencio incómodo. -Extraño Oriunde........-Se me escapó una lágrima.- Lo debiste notar la primera vez que nos vimos, no soy de la ciudad, no vine a ser un héroe ni nada.....Si quieres hacerlo solo, está bien. Dile a la reina que no puedo, y que me devolveré a Oriunde...-

Su expresión cambió un poco. Especialmente al mencionar a mi madre. Notó que fue insensible lo que dijo. 

-Hey....Lo siento, es..- 

Lo ignoré, dejé los libros que tenía en la mano encima del escritorio, y me fui, caminando apresuradamente. La gente caminando en los pasillos me miraban de manera extraña, pero siéndoles sincero, era mucho para mí. Siempre estuve acostumbrado a estar cuidado, que me vigilen, el hacer las cosas solo, o con gente nueva....Es complicado para mí. 

Salí del castillo, y ya en ese momento, comencé a correr hacia mi tienda. No sabía si estaba haciendo lo correcto, solo corrí hasta llegar a mi puerta, estaba abierta, y habían clientes y Chelsea los estaba atendiendo.

-¡Abraham!- Dijo ella sorprendida.

Yo la miré y solo subí al primer piso, tratando de no mostrar mis lágrimas. 

Chelsea atendió ese poco de clientes, cerró la tienda y subió a mi habitación de la manera más rápida posible. Recordar que en el primer piso se atendía a los clientes, en el segundo estaban las habitaciones.

-Abraham....¿Qué sucedió?.- 

Yo estaba en mi cama, sentado secándome las lágrimas. Ella se sentó junto a mí y puso su mano en mi hombro.

-Solo.......Es que....Uf, sé que tú eres menor que yo, pero, no sé, todo esto es muy diferente, extraño mi vida en el campo en Oriunde.....Todo era más fácil allí. Y creo que...fue un error venir.-

Ella me miró compasivamente.

-Crecer es raro...Independizarse puede que también. Pero...no creo que haya sido un error venir. Es decir, mira, muchos de aquí están felices con tus hierbas. Hiciste accesible lo que antes no lo era.... No creo que haya sido un error. Además....- La comencé a mirar fijamente.- Aún me tienes que enseñar tus trucos..¿No?.-

Sonreí. Creo que eso era lo que necesitaba.

-Tienes razón. Es algo apresurado a saltar conclusiones, supongo.- Respondí.

-¿Y qué pasó exactamente?.-

-La Reina Zoe quiere que trabaje con el doctor Sigmund, para encontrar una cura de una enfermedad creciente en la ciudad.....El problema es que me ha tratado de brujo, y bueno, no me deja desarrollar en paz.-

-¿La r-reina Zoe?.-

-La misma. Y debería estar trabajando en ello, pero no sé si resistiré a los insultos o sus tonos sarcásticos....Ya viví mucho de ello en Oriunde en mi infancia, no tengo porque volver a pasar por ello...-

-¿Sabes? Sé que el doctor Sigmund no siempre es engreído...A pesar de lo que parece. Recuerdo que atendió una vez a mi abuelo....Nos quedamos sin dinero, claro. -Soltó una risa.- Pero él fue....atento, e incluso tierno con nosotros. A lo mejor, debe haber un motivo del por qué esté así....¿El estrés, quizá?.-

-No lo sé....¿Crees que debería ir mañana al castillo de todas maneras?.-

-Creo que eso lo tendrás que pensar mañana....- Me acarició mi hombro. -Venga, descansa, seguramente lo necesitas. Yo seguiré con la tienda.- 

Creo que contratar a Chelsea fue de lo mejor, más que nada porque es obvio, ella más que una trabajadora, es una amiga. Adoro tenerla cerca. Ella me ayudó a recostarme, y acto seguido, bajó por las escaleras para seguir atendiendo en la tienda. Apenas se fue, cerré mis ojos. Y no les voy a mentir, necesitaba descansar. Dormí el resto de la tarde, apoyar mi cara en la almohada era lo que quería. Reposé hasta caer la noche. Chelsea me despertó.



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En el texto hay: lgbt, amor, brujeria

Editado: 04.04.2020

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