Las Hierbas Que Sanaron Al Angel

Capítulo 7: Los Trapos Sucios de Nevada

–No sabía que tenías una pareja doctor Sigmund...y una pareja tan.....Bueno, mejor no alzo la voz.– Exclamó Smirtk. -De hecho.....Creo que lo he visto por alguna parte...-

–Lo dudo, es de mi pueblo, y vino aquí para ayudarme. Ahora, si me disculpan...– Sigmund desvío la mirada del resto de doctores y sin soltarme la mano, salimos casi huyendo de ahí.

Caminamos apresuradamente hacia la oficina, pero no nos dijimos ninguna palabra. Mi cara tenía varios tonos rojizos y no sabía como reaccionar. Tampoco pude ver su reacción, estaba demasiado avergonzado para poder mirarle.

Una vez dentro de la oficina, se pudo notar que la tensión bajó considerablemente. Y con respecto a lo sucedido, Sigmund prefirió no hablar de ello.

–Descubrí muchas cosas sobre el virus, pero su origen no está en el distrito alto.–

–No..– Respondí. –Puede que te sorprenda un poco pero su origen es...mágico.–

–¿Mágico? ¿Q-qué dices?–

En ese momento, ambos nos sentamos, él en la silla de su escritorio, y yo encima de la mesa. Ahí procedí a contarle todo lo que sabía; Sobre la anciana, Alejandro, y los síntomas.

–Así que es la anciana que viste....–

–Probablemente, no lo sé. De todas maneras, la primera vez que la vi noté algo raro en ella.... –

–¿Y por qué no vamos directamente hacia ella? ¿No debería estar en la plazoleta?–

–Lo dudo, me encontré con ella en un callejón, al parecer no es que se quede en un solo sitio....–

–¿Y si vamos al distrito Oeste?....Creo que es el único lugar que se me viene a la mente.–

El distrito Oeste tiene la particularidad que en el día; es un barrio tranquilo, de familias honestas y humildes, pero cuando cae la noche, toma otra vida; Se vuelve cuna de supuestos hechiceros clandestinos, aquelarres, y tiendas que te ofrecen desde amarres, hasta como aplastar a tu enemigo.

–Emh...¿Sabes que eso son solo rumores, no?– Le dije yo. Al fin y al cabo, nunca he pasado por ahí de noche, pero conociendo como es el Reino de Nevada con la magia, dudo que permitieran tales cosas en la capital.

–No lo sé, nunca he ido. ¿Pero a dónde más iría una bruja en Angulema?–

–La mayoría son estafas, pero es cierto de que viven algunos brujos allí.– Era Zoe, escuchándonos desde atrás. Al parecer pudo oír toda nuestra conversación. –Mi padre.....Mató a miles de brujos, pero no siempre fue así.. ....Con mi abuelo hubieron momentos en los que tuvo contacto con hechiceros.–

–O-Oh Reina Zoe....No esperabámos verla aquí..– Exclamó Sigmund con sorpresa levantándose de su silla.

–Oh, no te preocupes, mi cielo. Solo quería una actualización sobre lo que han descubrido. Me alegra que hayáis podido investigar bastante. Pero me temo que ir al distrito Oeste es muy peligroso. ¿No les importaría un poco de compañía?–

–Claro, ¿de quién?– Pregunté.

–Yo misma por supuesto. Sé defenderme, y especialmente de las brujas. Mi padre siempre me enseñó a defenderme de ellas.......Él siempre decía que iban a buscar venganza.–

–¿Venganza?– Contesté yo. 

–¡Oh, Herbolario! Si supieras la historia de nuestro reino con los brujos.....Verás, hace muchos años, cuando mi abuelo gobernaba este lugar, la región de Enkret era famosa por los brujos que habitan las montañas de allí. Al ser una región cercana a Angulema, mis familiares comerciaban con los más altos hechiceros de esa región, pero algo salió mal entre ellos, nunca me explicaron el qué... Generando una guerra entre el reino y la magia hasta el día de hoy. Lamentablemente para el bando contrario, el reino es el que ha estado ganando esta guerra..... Después del genocidio que cometió mi padre, al matar casi toda la población de esa región, la brujería cayo en desgracia, los llamados hechiceros sobrevivientes tuvieron que huir a otros reinos, o muchos dicen que fueron a las lejanas islas Fukar. En cualquier caso, mi padre siempre mandaba expediciones a las islas y destruía cualquier poblado mínimamente acusado de brujería.. Por mi parte, cuando tomé la corona, detuve esta caza indiscriminada, porque aún recuerdo como mi padre las quemaba vivas.....Era un horror.... -Dio un suspiro.- No sé si lo que hago está bien, pero prefiero no causar más dolor..–

–Entonces.....Quizá esta plaga viene de algo más mágico...– Contesté yo. Estaba uniendo los hilos.

–Lo dudo.– Afirmó Sigmund. –Abraham, no te he contado lo que descubrí yo. Si bien no se empezó a esparcir en el distrito Alto, si que se sabe que la enfermedad vino de las ratas. Soy médico, sé de lo que hablo.–

–Que haya empezado de las ratas, no significa que no sea mágico de todas maneras.– Respondí yo. –Tiene sentido, hay que unir las piezas, Alejandro se enfermó al tener contacto con la bruja, luego Zoe.......ejem, lo siento. La Reina Zoe nos cuenta la historia....Y mi visión....Con el ángel..– En este punto, Zoe y Sigmund se miraban extrañados. –Quizá sea sorprendente para ustedes, pero a los 18 años, estuve a un paso de morir. Ahí, tuvo una visión de un ángel, que me advertía de la epidemia, y que tenía que venir a Angulema para poder solucionar esto, y el ángel parecía cansado, como si hubiera luchado con alguien...¿Qué tal si luchó con los brujos?–

–Eh...Abraham, igual es un poco apresurado para...–

–¡No, no! Tiene sentido, confíen en mí.–

Sigmund y Zoe se miraron profundamente, pero no dijeron nada.

–En el caso que sea así...– Prosiguió Zoe. –Será mejor que nos apresuremos, y vayamos al distrito Oeste, ya se está oscureciendo. Iré a cambiarme. – Acto seguido, Zoe nos adelantó y fue la primera en salir de la oficina.

Sigmund y yo salimos después. Al cerrar la puerta, rápidamente me toma de la mano.

–¿Q-Qué haces?– Mi cara pasó por distintos tonos de rojo.

–Te recuerdo que aquí somos pareja...–

 



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En el texto hay: lgbt, amor, brujeria

Editado: 04.04.2020

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