Dicen que hubo un tiempo en que el viento cantaba,
y los humanos podían escuchar a los espíritus del mundo.
Pero olvidaron su voz… y el silencio cubrió la tierra.
Aquella noche, Kaen sintió algo romperse en el aire.
Las estrellas titilaban como si lloraran.
Y entre las sombras del bosque, una chica apareció,
con ojos que no pertenecían a este mundo.
—Eres humano… —susurró—.
¿Por qué aún puedes verme?
El destino, sin que él lo supiera, acababa de despertar.
Editado: 04.11.2025