Cuando el cuerpo siente una mala vibra la resiente, comienzan las náuseas, el rubor, el retorcimiento de entrañas. Cuando el corazón se rompe por decisiones sin razonamiento el alma lo resiente; caen las gotas cristalinas de los ojos y corren los ríos salados por las mejillas hasta desaparecer poco a poco como el sentimiento que existía. Cuando las tentaciones te ganan, tus personas favoritas se marchan y te quedas sólo, suplicando un rayo de alegría.
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Editado: 15.09.2019