Las letras de un ángel caído

Capitulo 19

Caminando por la calle escribí lo que sentía y lo publiqué de una vez.
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A veces tu propia familia te rompe el corazón, te baja la autoestima y te hace la vida triste.
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El día de hoy pasó rápido gracias al cielo, no vi a Melany, nadie me molestó, todo estuvo bien.

Iba caminando por la calle para ir a la cafetería de Caridad y cuando doblé la esquina pude notar que estaba repleta, me adentré a esta y vi a Caridad y a dos empleadas pidiendo órdenes.

- Caridad - la llamé y se dirigió a mí con una sonrisa.

- Perdón mi niño, hoy no me podré ir temprano esto está repleto y como ves me falta personal.

- Esta bien Cari, te puedo ayudar si estás de acuerdo.

- ¿De verdad mi niño?

- Si.

-Gracias corazón, toma esta libreta y ve pidiendo las ordenes, cuando recojas 2 o 3 la llevas atrás y le das la orden al chef, ¿de acuerdo? Yo iré a ayudarlo atrás.

- Bien, yo me encargo - dicho esto, voy a una mesa y cordialmente los saludo y les pido la orden.

Así pasó la tarde, ya eran las 7:30 y estaba completamente agotado.

- Gracias mi niño por ayudarme hoy - dijo Caridad con una sonrisa cansada.

- Estuvo muy bien para ser su primer día y sin vigilancia - dijo Jessy una de las camareras.

- Hola niño, soy Mey, soy unas de las camareras un placer conocerte y gracias por ayudarnos este día - dijo una chica rubia y de ojos cafés.

- No hay problema, lo hice con gusto.

- ¿Tu eres hijo de Cari?

- ¡Mey!, - dijo Jessy dándole una mirada amenazadora.

- Tranquila Jessy, sabes lo curiosa que es Mey.

-No Mey, Ángel - Cari no terminó de hablar porque la interrumpí.

- Soy Ángel Caíd Mateo y Caridad me adoptó, soy su hijo - no sé cómo diablos dije eso, Caridad tenía una mirada de asombro y yo solo me sentí mal, no debí decir eso, seguro Caridad no me quería como hijo si no que sólo era una buena vecina y me dio un techo por un par de días. - lo siento no debí decir eso Caridad - dije con la mirada hacia abajo y a partir de ahí sentí como unos brazos me rodeaban, levanté la mirada y vi que Caridad me estaba abrazando.

- Eres mi hijo- dijo con una sonrisa tan hermosa y llena de felicidad, le seguí el abrazo y en algunos segundos sonó un clic, nos habían tirado una foto.

- Eres mi hijo- dijo con una sonrisa tan hermosa y llena de felicidad, le seguí el abrazo y en algunos segundos sonó un clic, nos habían tirado una foto

2 meses después

Desde ese día todo cambió, iba todos los días a la cafetería a ayudar a Caridad, era mi trabajo de medio tiempo pero no recibía dinero, Caridad siempre insistió en darme pero me negué rotundamente , no podía aceptarlo, aquel trabajo me ayudó en parte, era más sociable debido a que compartía con muchas personas, en el colegio me fue mucho mejor que antes, tenía amigos, 5 con exactitud, ya Carlos ni ningún otro chico me molestaba debido a la pelea que tuve con Carlos, se podía decir que era feliz.

- Tenga buenas noches - decimos Caridad y yo a Jessy, nos íbamos más tarde, ahora pues al tener muchas personas que atender Caridad no podía dejar la cafetería solo con 2 meseras y un chef.

A veces ella se va temprano porque cada vez está más sensible, le tengo que rogar para que vaya a casa más temprano pero el día de hoy se quiso quedar hasta tarde y no hubo manera de detenerla.

- El día de hoy fue muy agotador, ¿no crees ma? - sí, le he dicho ma, le tengo un cariño enorme a Caridad, la considero mi madre.

- Si mi niño - dice tratando de poner una sonrisa.

- ¿Qué tal si yo hago la cena hoy ma?, estás muy cansada, ándele, déjeme hacerlo ¿sí?

- Esta bien mi niño.

- Bien - dije poniendo una sonrisa y agarrándola de las manos.

Al llegar al apartamento ma se fue a recostar a lo que yo hago la cena, pensaba hacer unos espaguetis con albóndigas esas eran sus favoritas.

- Maa está lista - dije llamándola de la cocina y al cabo de un rato aparece. - venga ma, me salió fabulosa.

- Pues claro, aprendiste de la mejor- dice ella con su hermosa sonrisa.

Empezamos a comer y hablar del día y al cabo de unos 40 minutos terminamos de comer.

- Ma, ve a descansar, yo lavo los platos.

- No cariño yo lo haré, ya tu hiciste la cena.

- No importa ma, estás cansada ve, yo lavo.

- ¿Qué te parece si lo hacemos los dos? - ella propone.

- No, de ninguna manera, ve a descansar.

- Cariño, sabes lo terca que soy vamos.

Solo pude botar un suspiro porque se que no la haré cambiar de opinión.

- Ángel, quiero hablar de un tema contigo - dice Caridad entrando las manos en la labasa para empezar a limpiar, por el cómo me llamó sé que es algo serio y solo me quedo observándola.

- ¿Qué te parece si arreglamos tu habitación y la decoramos así para tu edad y no para un recién nacido?, quería hacerlo hace un tiempo, pero temía como actuarías al respecto, pero, quiero que sea definitivo que estés aquí conmigo y que seas mi hijo.

 




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