Te odio por aparecer.
Yo jamás abrí mi corazón a nadie. Nunca creí en el amor. Jamás pensé que ese sentimiento podría nacer en mi interior. Pero un día llegaste para cambiarlo todo. Iluminaste las noches, le diste calor al invierno, me prometiste el cielo con miles de te quieros. Dijiste que yo curaba tu depresión y me abriste tu corazón. Según tú, yo me volví tu paz, tu verdadero hogar.
Te odio por hacerme amarte.
Te amé, te amé como nunca creí amar a alguien. Te quise tanto que por ti habría cruzando los mares y luchado contra mil gigantes. Hubise dado lo imposible solo por verte sonreír, por escuchar tu voz haciendo bailar a mi corazón.
Te odio por mentirme.
Siempre dijiste que me amabas, podía sentir tus lágrimas al pedir perdón. Tantas palabras vacías... Aún no entiendo la razón. Decías abrir tu corazón, ser sincero en el amor. ¡Todo era un teatro! Creí que todo era perfecto, pero para ti solo era un juego.
Te odio por engañarme.
Dijiste que no la amabas, que solo buscabas la manera de dejarla. Ella te hizo daño, te mintió. Me pediste tiempo, querías volver a empezar conmigo. Nuevas promesas salieron de tus labios, yo solo sonreí con el corazón en mi mano. Prometiste no volver a lastimarlo.
Te odio por confiar en ti.
Cuando ella te dejó pudimos volver a comenzar, pero ella no tardó en regresar. Entonces yo fui la rechazada, a mí me diste la patada. Te creí, confíe en ti. Jamás esperé algo así... Fui idiota por creerte nuevamente, mis amigos me lo advirtieron: "Elige a un hombre que sí te respete."
Te odio por destrozarme.
Me usaste cuando te quedaste solo con tus demonios. Me humillaste cuando me hiciste creer que me amabas, yo por tonta creí de nuevo en tus palabras. Pensé que si tú no me querías jamás nadie lo haría. En mi mente no había otra cosa que volver contigo, solo por miedo a lo desconocido.
Te odio por hacerme odiarme.
Pensé que no era suficiente. Di todo por ti, ¿no es así? ¿Debí dar más? ¿Fui yo la que te hizo algún mal? Tantas preguntas sin resolver me hacían pensar en ti una y otra vez. El pensar que solo tú me podías amar solo me hacía llorar aún más. Me hiciste creer que no valía nada, pensé que en verdad eran ciertas tus palabras.
Te odio por hacer que me preocupe.
Siempre cuide de ti, me preocupaba, te escuchaba y animaba. Siempre mi apoyo te di. Lloré cuando pensé que jamás volvería a verte, hasta le recé a un dios inexistente. Cuando volviste me di cuenta de cuando te quería, estabas a salvo y nada podría separarnos.
Te odio, pero gracias.
Gracias por hacerme ver la verdad. Ahora me doy cuenta de que yo no fui el problema, solo no podía darte lo que tú siempre necesitaste. Preferiste un par de cuernos a un amor sincero. Quise luchar por ti, quise curar tus heridas, pero yo nunca fui tu medicina. No existe quien pueda salvarte de ti mismo porque tú eres tu propio enemigo.
Ahora las cosas son diferentes, ya puedo ver que yo no fui suficiente, pero no por mi culpa, por tus dudas, por tus miedos, por esos demonios que llevas dentro. En realidad, soy mucho más de lo que podías soñar. Aunque no lo creas yo puedo volver amar y alguien un día sabrá apreciar lo que tú despreciaste sin mirar atrás, porque yo soy especial. Espero que algún día te arrepientas del dolor que me causaste, a mí, a una persona que habría dado la vida por ti. Alguien que te ofreció un amor sincero, puro, único y lleno de respeto. Sé que nunca encontrarás a nadie que te ame como yo, sé que nunca serás feliz porque el odio que te tienes impide que te quieras a ti. Pero te deseo que en verdad algún día logres tu verdadera paz.
Te odio y no puedo perdonarte, pero gracias por enseñarme como amarme.