Las letritas de Sybil

Mi cuento de hadas

¿Sabes que siempre quise ser Alicia para perderme en el país de las Maravillas? Quería olvidar mis problemas en un mundo de fantasía. Deseaba viajar a un sitio donde mi locura fuera la normalidad más pura. Creí que al alejarme del castillo en ruinas todo se solucionaría. ¡Que equivocada estaba! Huir de los problemas no sirve de nada.

De pronto y sin pedirlo apareció mi hada madrina. ¿Crees que no le pedí un deseo? ¡Por supuesto! Lo que deseé fue un héroe, de esos que luchan contra gigantes y que te llevan al final feliz. ¡Yo no quería comer perdices! Pero sí un guía para encontrar esa felicidad. Ella movió su varita y con un poco de "Bibbidi-Bobbidi-Boo" mi deseo se cumplió.

Por un momento creí que todo estaba arreglado cuando el príncipe azul entró en mi vida. Pensé que él sería mi medicina, ese guardián que me cuidaría noche y día. Tenía la certeza de que sería ese chaleco salvavidas... ¡No sabes lo equivocada que estaba! ¿Quién diría que el faro que alumbraba en la oscuridad se volvería una borrasca que me llevaría hasta el fondo del mar? ¡Era un brujo malvado! Alguien que me hechizó solo para hacerme daño. Yo creí que era el chico perfecto y a pesar de darle mi corazón... El solo me lastimó.

¡Pero espera, esta sirenita tiene todavía un cuento que contar! Justo cuando pensé que yo era la bruja mala y por eso el escritor me castigaba fue que todo cambió. ¿Por qué debía ahogarme y terminar? ¿Quién era el hijo de su malvada madrastra que me obligaba a quedarme con ese final? Decidí dejar atrás mis miedos y comencé a nadar. ¡No necesitaba un hada madrina o un héroe que me fuera a salvar! ¿A caso yo no tenía manos ni fuerza de voluntad? Nadé y nadé... Fue entonces que llegué a la superficie y te encontré.

No, no eras para nada un príncipe azul. ¿Quién puede querer uno cuando tiene delante a un pirata guapo y rebelde? Me diste la mano y me ayudaste a subir a tu barco, ese fue nuestro primer contacto. Desconocía a dónde ibas, pero yo estaba decidida a abordar esa aventura, ¡quería vivir y sentir! No me importaron los peligros que podríamos encontrar en el camino, contigo me sentía segura y lista para afrontar nuestras locuras.

Surcamos los siete mares y aunque no hubo que enfrentar gigantes... ¡Ahí estaba el Kraken! Por supuesto, durante ese viaje fue imposible no enamorarme. ¿Quién diría que acabaría con el chico malo y de buen corazón? Amar a un pirata fue una gran elección.

Tiempo después llegamos a una tierra desconocida, un lugar en el que no había estado antes. No, no era el país de las Maravillas, sino Nunca Jamás. No entendí porque fuimos a parar allí, pero con solo una mirada tuya lo comprendí. El tiempo se para al llegar allí, así que al no envejecer pasaríamos juntos cada día, venciendo al mayor de los enemigos. ¡No pude evitar sonreír! [IC]¡Justo cuando iba a bajar del barco apareció mi hada desgraciada! Yo le eché en cara lo que hizo al pedirle ese deseo. ¿Qué hizo ella? Solo dijo:

—¿A caso no eres feliz?

Yo asentí.

—Entonces deseo cumplido. Querida, nunca dije que el camino para lograr lo que quieres era fácil.

Me quedé callada pensando en sus palabras. El hada tenía razón, no necesitaba un héroe ni el perfecto príncipe azul porque yo soy mi propio héroe y gracias a eso llegué a ti, mi final feliz.



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En el texto hay: fantasia, drama y tragedia

Editado: 18.02.2020

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