Las letritas de Sybil

Cartas a Wonderland III

Queridos Tweedledee y Tweedledum:

Hola mis lindos amigos, ¿cómo estáis? Tampoco he sabido nada de vosotros... En mucho tiempo, de verdad espero que no hayáis peleado mucho, espero que estéis bien. Yo... Bueno, he estado mejor... Y estaría mejor si mis amigos de mi amado país de las maravillas vinieran a verme, me gustaría poder veros y reírnos juntos, como años atrás, como en mi infancia... 

 

¡Oh, sí! , vuestros extraños poemas, vuestras raras peleas, vuestras discusiones infundadas, aunque vosotros pensabais que estaban muy bien elaboradas, como vuestros bailes y cánticos disparatados. 

 

Me reía tanto con vosotros, ¡hasta me atragantaba con el té! Era imposible estar triste con vosotros a mi lado. Recuerdo un terrible momento de mi vida, recuerdo las lágrimas en mis mejillas, pero también recuerdo las risas y sonrisas, recuerdo vuestra discusión, no recuerdo la excusa de esa vez, pero sí cambió el significado triste de mis lágrimas por uno de alegría. 

 

Por eso me pregunto... 

 

¿Qué pasó? 

 

¿Por qué todo eso acabó? 

 

¿Por qué os vais vosotros también? 

No os acuso de nada, seguro que tenéis una vida ocupada. Han pasado tantos años... Seguro que dos gemelas os han encandilado, probablemente seáis padres, más gemelos en vuestra familia, es probable que ya no sigáis con vuestras riñas... 

 

Es solo... Que me vendría tan bien vuestra compañía... Todo este lugar es aburrido, no me dejan hacer nada, todo el tiempo me vigilan, ayer hasta me ataron a la cama... 

 

¡Dicen que soy agresiva! 

Yo no soy así, solo... Soy mayorcita ya, no me tienen porque controlar, quiero salir de aquí, y si por lo menos no puedo... Al menos quiero recibir visitas de mi única familia. Mis amigos de Wonderland. 

 

Ahora mismo estoy sentada en mi cama, mirando por la ventana, viendo como cae la nieve y cubre el jardín de... Blanco... Por alguna razón el color me incomoda... En fin, no es importante. Escucho las voces de esos locos en las otras habitaciones, yo no soy como ellos, dicen que sí, o por lo menos que terminaré así. Yo no les creo, me parece imposible parecerme a esos... 

 

Oh... Llamaban a mi puerta, era esa enfermera a la cual ataqué anoche, pero ella se lo buscó... Parecía asustada. ¿Debería disculparme? Es posible... Quizás lo haga, quizás no... Tal vez si no me obliga a tomar esa extraña medicación. 

 

¿Sabéis algo? He estado intentado recordar aquel poema... Ese en el que un pajaro gigante venía a devorados... Pero no consigo recordarlo... 

 

¿Es posible que tanta pastilla haya acabado con mi cabeza? Debería preocuparme, pero de nada me serviría. 

 

La verdad... Tengo miedo... Me asustan las enfermeras y doctores de traje blanco, odio no poder moverme, odio no poder salir. Odio recordar como corría y como bailaba años atrás. 

 

Pero lo que más odio, es no poder ir a Wonderland, odio no poder ir a veros y vivir nuevas aventuras. 

 

¿Vendréis a verme? Quiero veros, quiero que me contéis noticias sobre Wonderland. Ya le he escrito al conejo y Cheshire hace unas semanas, pero no hay respuesta de ellos, a caso... 

 

¡Oh no! ¿A caso os ha pasado algo? ¿Es eso? Por favor, necesito una respuesta, necesito saber que estáis bien, que mi hermoso mundo está bien. 

 

Tweedledee, Tweedledum... Por favor, responded mi carta, si no es uno, que sea el otro. Necesito saber que estáis bien, sé que nunca me olvidaríais, sé que nunca me dejarías de lado, por eso sé que algo ha pasado. Yo iría. Juro que volvería a correr hasta la madriguera y me lanzaría sin dudar, juro que iría en vuestra búsqueda, juro que si os viera ahora mismo correría hasta vuestros brazos y no os soltaría jamás... 



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En el texto hay: fantasia, drama y tragedia

Editado: 18.02.2020

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