Rumi, la mujer que derrite corazones

Isabella  

Rumi

☂Tres horas para tener 17. ☂

Cuando me vi en el espejo no me reconocía.

Por lo general suelo vestirme lo más cómoda posible para estudiar e ir a la academia, pero hoy era una ocasión especial.

En lugar de mi ropa deportiva, llevaba un hermoso vestido rojo que me llegaba hasta mis rodillas. En lugar de mis aretes de mariposas, me puse unos pendientes largos plateados. En lugar de llevar el cabello recogido con una coleta despeinada, oculté mis mechas azules con un tinte lavable negro y tengo una diadema plateada de flores que adorna mi suelto y ondulado cabello. Me maquillé, uso tacones negros e incluso huelo a malditas flores recién cortadas con un toque de vainilla.

Para no dejar la mala costumbre, estoy usando el collar con el dije de catana que siempre posa en mi cuello.

Me veo perfecta.

Estoy nerviosa. Es la primera vez que me molesto tanto en lucir "bella" (aunque según Nadir, incluso con un saco de papas me puedo ver espectacular).

Escucho a Nadir gritando desde las escaleras que me estará esperando con Ivar y Félix en la puerta porque vamos un poco atrasados. Ellos han estado listos desde temprano, solo Circe y yo nos demoramos en arreglarnos. Ella insistió en ser la que nos arreglaría a las dos, por lo que tras varios conflictos con el maquillaje y con los vestidos, finalmente estamos casi listas.

—Estas preciosa Circe, no necesitas retocarte nada— Le digo mientras ella juega con sus ondulados mechones.

—Lo se Ru, pero no quiero bajar. Siento mariposas por los nervios— Dice, mientras seguía viéndose en el espejo y jugando con su cabello.

—La que se tiene que preocupar porque es la cumpleañera soy yo, no tu— Río mientras me dirijo a la puerta de la habitación.

—Sabes que me pongo nerviosa con todo.

—Solo vamos a un restaurante, no es nada del otro mundo. ¡Incluso va a estar Rita!

—Eso no ayuda con mis nervios.

—¿Por qué?

—Voy a tener que analizar todo, hasta que cuchara voy a usar en cada plato— Replica mientras vuelve a agarrar el labial rosa pálido y se pinta por quinta vez los labios— Aparte, sigo pensando que no me queda bien mi color de pelo.

—Estas exagerando— Intento bromear. Circe es muy buena socializando, solo que últimamente ha estado tímida debido a que hace unos días le dio la locura de pintarse el cabello a un tono rojizo más claro— Apuesto que amarán el cambio que te hiciste.

—Solo lo dices para que me apure

—Si lo dices de ese modo...— Al dejar de verme en el espejo noto como circe tiene la nariz arrugada mientras me mira con los ojos entre cerrados.

Aparte de que este es otro de mis cumpleaños, es el aniversario de mi llegada a este lugar.

Hace tres años estuve en la puerta de esta hermosa casa después de escaparme de mi hogar con Nadir. Ivett me acogió como su hija después de contarle mi historia e incluso me permitió seguir mis sueños mientras los ayudaba con la organización.

Antes de abrir la puerta siento la mano de Circe en mi muñeca. Tiene su cara un tanto sonrojada y está mordiendo su labio inferior.

—¿Sí?

—Solo quiero que sepas— Veo como toma dramáticamente un poco de aire — que fuiste una de las mejores cosas que nos has pasado. Estoy muy feliz porque perteneces a nuestra familia— Tenía los ojos cristalinos y una gran sonrisa.

Circe es una persona muy importante para mí. Tanto ella como Nadir estuvieron conmigo en un momento muy duro y siempre he agradecido por haberme cuidado.

—Oh Circe, muchas gracias— Respondí con mucha dulzura y puse mi mano en una de sus mejillas — No llores, vas a arruinar tu maquillaje.

—Es que... ¡El tiempo pasa tan rápido Ru! — Acto seguido se abalanza para darme un abrazo el cual correspondo inmediatamente.

Desde que llegué a esta casa me han pasado muchas cosas, tanto buenas como malas. Y aunque no tengo una familia definitiva, sé que Ivett es como mi madre y el resto del grupo son como mis hermanos mayores.

No me he olvidado de ti, espero que podamos volver a vernos porque cada día te extraño más.

Por alguna extraña razón este sentimiento no me afecta lo suficiente para cancelar mis planes.

Amo seguir viva ya que sé que gracias a eso podremos reencontrarnos algún día.