sangre en la boca.
Todos tenemos poca
o mucha sangre,
dependiendo de cuántas verdades hablemos.
Algunos se ahogan en ella
al no poder aguantarla;
otros la escupen
cuando ya no pueden más.
A otro, quizás,
no se le nota que está ahí.
Sangre.
Todo rojo verás.
Si no lo sueltas algún día,
te ahogarás.