Capitulo 25

Narra Marlo

Esa luz no es normal, debo ir hacia su origen, sin pensarlo, voy hacia allí. Kenner se queda vigilando a Ron. Voy tam rápido como puedo, esta mas lejos de lo que me esperaba. Al fin llego a un claro en medio del bosque, hay dos mujeres, con tanta luz alrededor casi no puedo distinguir bien quienes son. Intento entrecerrar los ojos para poder ver mejor, una de las mujeres parece mayor, y la otra se parece a Margaret, o quizás a la madre de Amaris, aún me cuesta distinguir sus rasgos. Regreso a mi estado humano, necesito respuestas.

Ahora todo el bosque empieza a regresar en la oscuridad, ya puedo volver a ver bien y distinguir a las dos mujeres que tengo enfrente.

- ¿Donde esta Amaris? - les pregunto

- Hola Marlo, deberías tener mas modales y empezar con un “hola”, respondiendo a tu pregunta, no es asunto tuyo, y te diré más, debiste quedarte en tu manada, venir hasta aquí fue un gravísimo error - me responde la señora mayor

- Hola señora- le digo no muy amable- su error es amenazarme y ocultarme información de mi luna

A mi lado derecho aparece otra persona, esta ya la conozco, es Margaret.

- Hola mami, hola hermanita - empieza a decir Margaret- hacía mucho que os buscaba, estaba tan preocupada por vosotras, ya ni me escribisteis ni una simple postal. Me encantaría ver a mi queridísima sobrina, ya debe ser toda una mujer

- Tu no te acercaras a mi Amaris- le digo amenazante a Margaret

- Marlo, es mejor que te vayas- me dice la abuela de Amaris

- Hermana, destrozaste mi vida, lo que deseas no lo vas a tener - le dice la madre de Amaris

- Marlo, vete- me insiste la abuela

Me transformo en lobo y salto encima de Margaret, primero la quiero matar, luego seguiré con el interrogatorio hacia su familia, y después iré a buscar a mi luna. Antes de que pueda tocar a Margaret, ella ha creado como una especie de burbuja alrededor de mi, me tiene inmovilizado. Maldición, no se como escapar de esta burbuja.

- Hay Marlo, Marlo, Marlo - dice Margaret riendo- querías ir junto a tu amada, pues yo tengo la solución, tengo un hechizo para llegar hasta ella y todo gracias a vuestro vinculo de pareja.

- Déjalo- le dice la abuela- no hagas ninguna estupidez

La madre de Amaris está recitando algo, se arrodilla al suelo y puedo ver como unas raíces salen de debajo los pies de Margaret y empiezan a inmovilizar las piernas de Margaret. Margaret parece asustada, y va mirando a su alrededor.

- Oh, no! Estoy atrapada- dice Margaret, pero se empieza a reír a carcajadas- no ganaría un oscar con esta falsa interpretación

Margaret hace un pequeño movimiento y se suelta de las raíces en sus piernas.

- Ya me he cansado de estar aquí, vámonos lobito, tenemos trabajo que hacer- me dice sonriendo con maldad

En un abrir y cerrar de ojos, paso de estar en el bosque siendo un lobo a estar encerrado en una cárcel con unos grilletes atado de manos y pies colgado en una pared. Margaret está delante de mí sonriendo. Intento deshacerme de los grilletes. Pero no puedo, las muñecas y los tobillos me queman.

- No podrás liberarte, es una celda especial para lobitos como tu, por el momento no te voy a matar

- ¿Que me vas a hacer?- le pregunto

Ella se acerca a mi y me rompe la camiseta, dejándome todo el pecho al descubierto. Ella pasa sus manos por mis pectorales y mis abdominales, su tacto me da grima, no me gusta que me toque esta bruja, así que le escupo a la cara. Ella se limpia la cara con la mano y me abofetea.

-Mi sobrina tiene buen gusto en cuanto a físico, aunque tus modales dejan mucho que desear, tendré que enseñarte a tratar a las mujeres- me dice Margaret

-Tu no eres una mujer, eres una arpía - le digo

-Porque te necesito vivo, que sino ya estarías tomando unas cervezas con tu suegro- me dice Margaret riendo

Ahora empiezo a pensar que cuando su abuela me dijo de irme, debí hacerle caso, aquí no puedo moverme, no puedo buscar a Amaris, soy un pésimo alfa. Aún nose que voy a hacer ni como salir de aquí, pero debo pensar en algo, algo debo hacer para solucionar todo esto.

Las horas pasan y Margaret no ha regresado, me ha dejado aqui encerrado, cuanto más tarde mejor, así puedo pensar, y quizás con un poco de suerte Amaris se aleja lo suficiente para que nadie le haga daño, o para que la manada pueda buscar la solucion. Seguro que Kenner habrá informado a mi padre de la situación. Lo que aún no entiendo es Bolt y Ron, y esas dos mujeres que una era la abuela y otra la madre de Amaris, ¿porque Bolt y Ron secuestraron a Amaris?¿Ellos dos obedecian a Margaret?¿la abuela y su madre que hacian alli?¿porque la casa estaba en llamas?¿que ocurrio? Tengo muchas preguntas, y todas ellas sin respuesta, debo salir de aquí mis pensamientos me matan, todo es confuso.

Despues de muchas horas, lo que para mi parece una eternidad regresa Margaret.

- Buenas noches lobito - me dice feliz - perdon por abandonarte, tenia un par de asuntos a los que atender, pero ya estoy por ti... mmm... me encanta la vista que tengo, te voy a proponer algo

- No acepto nada tuyo - le digo de malas maneras.

- Aceptaras, te lo aseguro - me dice confiada - tu vas a ser un gran alfa, estas mas rico que un bollito de chocolate - se acerca a mi y pone sus manos encima de mi - yo te puedo dar todo lo que quieras, poder, riqueza, fuerza, reconocimiento, todo!

- No quiero nada de eso

- También puedo darte a Amaris - me dice - yo sere tu Amaris, juntos gobernaremos este mundo, todo sera nuestro

- Tu nunca seras ella, ni te acercas - le digo intentando quitarme a esta arpia

- Solo piensalo, puedo adoptar su figura, pero por el momento debo encontrar a mi sobrinita y despues me das una respuesta, que espero sea un si, porque si es un no, ya no me sirves para nada - me dice Margaret

- Antes muerto que ser tu esclavo - le digo en repudia.

Hace un gesto de desaprovación, y saca un puñal, empieza a dibujar unos simbolos justo encima de mi corazón, me quema, siento como si me estuviera quemando por dentro, todo mi cuerpo reacciona por el dolor que esta sintiendo, ella esta recitando algo, las marcas que deja empiezan a brillar, una especie de hilo rojo sale de mi corazón, duele mucho.