Las nubes no son de algodón

Capítulo 16: Taylor

«Gracias a los Smith tengo todo preparado para sorprender a Kat, Albert se encargó de preparar la cena mientras que Rhonda mantuvo a Kat ocupada todo el día, no sé exactamente cómo, pero no importa; fui todo un idiota cuando estuvimos en el avión, pero ahora estoy en mi elemento, es mi oportunidad de redimirme.»

Debo admitir que siento que me estoy aprovechando de su hospitalidad al pedirles ayuda con todo esto, incluso insistieron en ser nuestros camareros esta noche. 

(********)

—No te preocupes Taylor, para Rhonda y para mi será todo un placer ayudarlos, ustedes hacen una gran pareja —fue lo que me dijo Albert con su tono grave y una gran sonrisa, junto a su mujer.

Escuchar esas palabras de Albert me hizo sentir esperanzado, si nos vemos como una gran pareja, tal vez pronto podamos ser una.

—Como apenas llegamos a la isla no hemos mandado buscar a nuestros equipo de servicio aún, por lo que alguien más tendrá que hacerlo, y será muy divertido para nosotros hacer de casamenteros. —Rhonda estaba aún más entusiasmada con la idea.

Miro a los dos parados frente a mí y me impresiona lo felices y enamorados que se ven. Estoy seguro de que la diferencia de edad debió ser un obstáculo para ellos, pero pudieron superarla y salir adelante juntos; eso es lo que yo quiero, no lo sabía hasta ahora pero es lo que quiero, junto a Kat.

—Reconozco esa mirada de tonto —dijo Albert interrumpiendo mis pensamientos—, esa es la mirada de un hombre enamorado. 

(*******)

Miro a mi alrededor, volviendo al presente, y me aseguro de que todo esté en orden; la mesa está exquisitamente puesta en la piscina techada de la casa, decorada con pétalos de rosas y velas aromáticas con olor a vainilla, mientras que la canción perfect de Ed Sheeran.

«No recuerdo haberme esforzado tanto por una chica antes.»

«El traje que llevo puesto es de uno de los hijos de Albert, no es exactamente mi estilo pero no tengo otra opción, solo espero que le guste todo esto. Y hablando de la reina de Roma, la veo acercarse lentamente ataviada con un vestido verde que resalta hermosamente sus curvas.»

Mientras camina noto como uno de sus tacones se dobla haciendo que pierda el equilibrio por un segundo, afortunadamente se recobró inmediatamente. Estuve a punto de sonreír ante su inexperiencia con los zapatos altos pero en cuanto la tuve frente a frente esa sonrisa se esfumó junto con mi aliento.

—Estás... deslumbrante. —Esa era la única palabra que se me ocurría para describirla.

—Gracias —me dice, bajando la mirada.

Me levanto de mi silla y arrastro la de ella haciendo espacio suficiente para que pueda sentarse y luego tomo mi lugar otra vez. 

—Kat yo, no sé qué decir, estoy sin palabras. —«Y enserio que lo estoy, he visto muchas mujeres hermosas, pero ninguna como ella.»

—¿Y los Smith? ¿Cuándo llegarán? —me pregunta algo ansiosa.

—Pues verás Kat, la cosa es que... ellos no vendrán.

—¿Qué? Pero si ellos organizaron la cena, ¿cómo que no vendrán?

—En realidad esta cena es para nosotros. —Ella abre los ojos grandes al escuchar esa frase, mira para todos lados y vuelve a posar su vista en mí, aún perpleja.

—¡Oh! ¿Y por qué?

—Pues porque fui todo un idiota contigo desde el principio y quería enmendar mis errores antes de que nos fuéramos a casa. —Kat toma la copa de vino que está frente a ella y en menos de un segundo se toma todo el líquido de un solo trago—. ¿Estás bien?

—Sí, solo tenía sed.

—Ten cuidado, es algo fuerte.

Rhonda entra en escena en ese instante para traernos las entradas, dos sopas cremosas de coliflor con tocino, la especialidad de la casa según dice ella y de paso sirve más vino en la copa vacía de Kat.

—Taylor, ¿puedo preguntar quién es Eduardo? —Solo escuchar ese nombre hace que casi pierda el apetito.

— ¿Por qué lo preguntas?

—Es que cuando estuvimos en el avión lo mencionaste, ¿quién es él?

—Es mi primo y es un maldito. Mi padre se hizo cargo de su educación cuando su padre murió, incluso le dio un puesto ejecutivo en nuestra cadena de hoteles y el muy desgraciado ha estado robando y molestando a las empleadas, pero mi padre cree que es un santo.

—Oh, no sabía, perdón por mencionarlo —dice tomándose todo el vino de un sorbo una vez más—. Aunque suena como a alguien a quien le rompería los dientes con tan solo ver su rostro. El vino es delicioso.

—Sí, veo que te gusta mucho.

Pasamos de la entrada al plato principal que consiste en pato a la naranja con arroz con vegetales; Kat y yo estamos pasando un buen rato, aunque debo confesar que la velocidad con que se toma el vino me preocupa un poco.

—Esta ha sido una maravillosa cena —dice animada—. Y tú te ves muy guapo, debo admitir.

—Kat, ¿estás borracha?

— ¿Quién yo? Noooo, solo estoy... ¡Amo esa canción! —exclama cuando escucha la próxima melodía que es "the shape of you" también de Ed Sheeran—. ¡Vamos a bailar!




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