ADAM
14 años atrás
-Papi, papi- dije susurrando para no alterarlo, siempre dice que no debo gritar porque su corazón salta y se vuelve loquito.
-Papá tengo hambre- dije con mi nivel de voz normal , pero no me hacía caso.
Rendido, me dispuse a hacer de comer para los dos. Papito también me dijo que no debo estar en la cocina, pero yo tengo hambre.
Me subí a un banquito para prender la cocina y freír huevos.
-¡Ay!- grité. Me quemé la mano
- ¡¡Papi!!- lo llamé llorando.
-¡¡Papá me duele!!- grité más fuerte.
-¿Adam?- dijo papi entrando a la cocina.- Mi niño, ven aquí campeón- me bajo del banquito y me miró la mano.
-Yo solo quería cocinar para los dos, te llamé y no despertaste, perdón papi- dije llorando.
-Ya, tranquilo campeón, ven vamos a curar tu manito ¿Quieres?- preguntó y yo asentí agarrándome de su cuello.
Después de curarme papi cocinó lasaña y luego me llevó a dormir.
-Papi cuéntame algo- pedí cubierto de edredones. Papá no quiere que enferme.
-Está bien, mi niño. ¿Sobre qué quieres que te cuente?- preguntó abrazándome.
-Háblame de mi mamá. ¿Tengo mama verdad?- pregunté y papi se puso tenso.
-Campeón, mami está de viaje, uno muy largo, pero aquí estoy yo. ¿No te gusta la idea?-preguntó papi haciendo truchita.
-¡¡Si!!- grité abrazándolo- Eres mi héroe papi!- dije aun en sus brazos.
-Y tú eres el mío, campeón. Me salvaste cuando naciste.
-Tengo sueño- bostecé escondiéndome en su cuello.
-Duerme mi pequeño hijo-dijo acariciándome el cabello
-Te amo- escuché a lo lejos y me dormí con mi héroe.
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Ese recuerdo parecía muy reciente en mí. Ahora lo tengo todo. Me siento completo y en paz.