Las olas claman justicia

Capítulo 22

Se sentía desamparada, sola, y abandonada. Sentía que a nadie le importaba. Descansó unos minutos con las manos en sus rodillas, contemplando el final de la calle. Imaginando que el auto azul volvia a aparecer allí y su madre bajaba corriendo hacia ella. Pero no era así, la calle estaba completamente vacía. A excepción de Ashley, ni un alma pasaba por allí. 

Comenzó a caminar calle abajo hacia el puente, de mala gana, con los ojos rojos llenos de frustración y tristeza. Su cabeza no dejaba de maquinar y generar preguntas que aún no tenían respuestas. ¿Toda la vida había creído que su madre era ejemplar, que la amaba y que había muerto injustamente, cuando en realidad se alejó de ella abandonándola, se hizo pasar por muerta y se fue a vivir una nueva vida sin su familia? ¿Toda su vida había sido una mentira? ¿Andrew no sabía nada de ésto? ¿Cómo lo iba a tomar cuando se enterara? ¿Por qué dijo que no era su madre? Evidentemente lo era... y entonces, ¿de quien era el cuerpo que se encontró en la escena del crimen, en bahía de Estados Unidos?

Sus terribles teorías no podían ser otras que "mi madre me abandonó" "no quiso seguir con su familia" "engañó a Andrew" No era la bella y buena mujer que todos decían que era, era una farsa, una mentira. 

Ashley se sentía decepcionada y terriblemente mal. En ese mometo una llamada interrumpió sus pensamientos, sacándola de su ensimismamiento. 

-¡Ash! ¿Dónde estás? ¿Estás bien?

-Chad, no lo sé... voy por el puente Viejo, de regreso al hotel.

-¿Por qué tienes esa voz? Dime que te pasó.

-Vine a buscar a Kayla, hablé con ella.- y no podía evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas.

-Oh no... Debiste esperarme ¿que parte de que te acompañaba no entendiste?

-Quería hacerlo sola y lo antes posible. Ya tengo la dirección para entregarle a Patrick, mañana en la mañana podrán interrogarlo sin problemas.

-¿Cómo te fue con Kayla?

-Luego te cuento, no tengo ganas de hablar de eso.- cortó la llamada y siguió caminando pensativa por las oscuras y solitarias calles del distrito. 

Esa misma noche, Ashley fue directo a la policía donde tenían transitoriamente encerrado a Patrick hasta el momento del interrogatorio y la declaración. Ya era media noche, solo había un policía a cargo en la pequeña localidad. Esperó al cambio de guardias y entró a escondidas sigilosamente mientras los oficiales se saludaban y charlaban. Tomó las llaves del tablero y abrió la puerta que daba a las cárceles de paso, donde los dejaban transitoriamente. Entró y vio enseguida a Patrick, era el único allí.

-Al fin nos vemos las caras después de tanta cobardía...-dijo Ashley en voz baja, desafiandolo con la mirada.

-¿Qué haces aquí niña? ¿Ahora tú me secuestrarás a mi?- preguntó con sarcasmo. 

-Tengo lo que querías, la dirección de Kayla, hablé con ella hace dos horas, se fue en un fiat azul. Descubrí cual es su casa.- explicó, enseñándole el papel donde la tenía anotada.

-¿Cómo sé que no me engañas? ¿Por qué me ayudarías? Soy tu secuestrador.- reflexionó, con una sonrisa maliciosa.

-Porque sabes algo que no me interesa que nadie más sepa. Si callas te daré la dirección.

-¡Oh vaya!-exclamó sorprendido. -De todas formas estoy preso... no me serviría de mucho.

-Estás preso transitoriamente, podrías salir,de todas formas supongo que tienes algún contacto fuera de aquí que pueda ayudarte con ésto.

Patrick reflexionó un minuto, mirándola detenidamente a los ojos.

-¿Que se supone que no debo decir de ti mañana en el interrogatorio? 

-Ya si ves como nos entendemos... Escucha, yo soy la agente Brenda Everlin, a cargo del subcomisario Chad McCarthy en ésta investigación. No soy hija de Kayla Collinge ni de Andrew Rogers. No me llamo Ashley. ¿Me entiendes?

-Claro... no hay problema señorita Brenda.-rió burlándose de la situación.

-Si te mantienes callado, tendrás los datos a cerca de dónde se oculta Kayla. Podrás vengarte y vengar la muerte de Hanna, yo haré lo posible para que puedan sacarte de aquí enseguida.- trató de manipularlo.

-Está bien, haré lo que me pides, no te nombraré. 

-Perfecto, ahora sí. -le pasó el papel entre las rejas y se marchó sin que la vieran. 

En realidad sólo estaba confiando en su palabra, pero no le quedaba otra opción y no perdía nada tampoco... ya lo había perdido todo antes. Sólo creía en su sed de venganza, en algún momento lejano, ella también la había tenido. 

A la mañana siguiente había mucho por hacer, y mucho por lo que pasar. Con decirles que sería tal vez la última vez que Ashley vería el sol en años... Que extraño ese aspecto de la vida, nunca sabemos cuando puede ser la última vez que le daremos un abrazo a alguien, la última vez que miraremos a los ojos a una persona amada, nunca bebemos un café pensando en que podría perfectamente ser el último, nunca miramos a la luna como si fuera la última vez que la veríamos en años, y eso no nos preocupa, hasta que sabemos que ya no podremos verla... y ya es tarde.



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En el texto hay: homicidios, amor, justicia por cuenta propia

Editado: 21.02.2019

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